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Manifiesto en defensa de la vida de la Real Hermandad Servita


Arte Sacro. A continuación les repreducimos el Manifiesto en defensa de la vida de la Real Hermandad Servita que suscriben la Junta de Gobierno y todos los hermanos de la Real, Ilustre y Venerable Hermandad de Nazarenos  y Primitiva Cofradía Servita de Nuestra Señora de los Dolores, Santísimo Cristo de la Providencia, María Santísima de la Soledad y San Marcos Evangelista de la Ciudad de Sevilla

1.- La Sagrada Biblia se inicia con la narración del origen del mundo y del hombre: Dios llama a la existencia a todas las criaturas y en ese relato se destaca el comienzo de los seres vivos, especialmente del hombre y de la mujer, como corona y reyes de la entera creación. Jesús afirmará, como tesis fundamental de la Revelación, que el Dios cristiano «no es un Dios de muertos, sino de vivos» (Mc 12,27). A partir de este dato inicial, la Revelación destaca en todo momento ese valor trascendente de la vida humana.

2.- En el Nuevo Testamento, sobresale aún más la valoración y defensa de la vida. Jesús, el Señor, es la verdadera vida y nos invita a participar de su misma vida, que no es una vida cualquiera, sino una vida divina, una vida en Dios.  Este es por tanto el fin de la vida cristiana: obtener la verdadera filiación para con Dios por Jesucristo.

3.-  Ya los Santos Padres afirman en los comienzos de la historia de la Iglesia como en Dios está el origen de todas las cosas que existen y como Él mismo se encarga de conservarlas amorosamente. La afirmación categórica del origen divino resultaba así una defensa tanto de la concepción de Dios como de la concepción antropológica e incluso ecológica: es Dios quien da la vida y sólo él la puede quitar (cf. Dt 32, 39). Los seres humanos son administradores y no dueños que pueden disponer de forma arbitraria de los seres creados y, menos aún, de su propia vida y de la de los demás seres humanos.

4.-  El Magisterio de la Iglesia, a lo largo del tiempo, nunca ha decaído en una constante preocupación sobre el tema de la vida y siempre se ha logrado iluminar la conciencia humana en busca de una total claridad en la exposición de cuestiones y mantenimiento de posturas. No existe ninguna justificación que permita a las personas decidir por el derecho a la vida de otros seres humanos, antes bien, -como don de Dios- está siempre debe ser protegida y cuidada y sólo a Él le corresponde el disponer de la misma, en el desarrollo de su divina voluntad, que sin duda siempre busca lo mejor y más conveniente para cada persona en todos los momentos y circunstancias de la existencia humana.  

5.-  Ante esta realidad en la que la Iglesia aún hoy tiene mucho que decir, los hermanos de esta Real Hermandad Servita, queremos manifestar con total libertad nuestra defensa absoluta por el derecho a la vida de todo ser humano, desde el  momento de su concepción hasta la muerte natural.

6.-  Sin olvidar que la sociedad contemporánea se encuentra inmersa en la “cultura de la muerte”, en la que todo es relativo y la necesidad de Dios en la vida del hombre cada vez menos valorada -llegando incluso a ser eliminada por muchos- se hace necesario que los cristianos optemos siempre por la “cultura de la vida”,  en aras de una verdadera ética humana y cristiana, situando al hombre en el lugar dispuesto por el mismo Dios, como criatura más acabada y perfecta, centro de toda la creación por su naturaleza - otorgada por Dios- a imagen y semejanza de la suya propia. 

7.-  Como ciudadanos y miembros de un Estado de Derecho, esperamos ilusionados que nuestras Autoridades asuman su papel fundamental en el derecho a la vida y sin miedo alcen la voz para despejar ideas y concepciones erróneas que quieren ser impuestas a toda costa para crear confusión en las conciencias.

8.-  Esperamos, con la ayuda de Dios, que la conciencia humana y social, cada vez más, comprenda el sentido y necesidad de defender la vida siempre y todos asumamos nuestra implicación en este tema capital, que -lejos de modas y tendencias- es base para el sostenimiento y desarrollo de todos los pueblos y culturas. 

9.-  Instamos a todos los cofrades a que no olviden nuestra esencia cristiana y por tanto ayuden a fomentar bien las conciencias y a defender la vida como don precioso de Dios. En este sentido las Hermandades y Cofradías pueden asumir un papel fundamental  buscando siempre una correcta formación de sus miembros en lo referente al tema de la vida.

10.-  Como viene siendo costumbre, cada Segundo Domingo de Cuaresma, en la Solemne Función Principal de Instituto, todos los hermanos de esta Real Hermandad, al proclamar y manifestar públicamente la fe de la Iglesia, seguirán introduciendo en la fórmula usada -aprobada por la Autoridad Eclesiástica- una explícita mención al  deseo de seguir defendiendo el derecho a la vida de todo ser humano, desde el momento de su concepción hasta la muerte natural de todo individuo. 










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