Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • jueves, 2 de mayo de 2024
  • faltan 346 días para el Domingo de Ramos

El beso. María del Amor Rasero Zárraga


 Antes de que puedas decir nada, no lo hagas, solo escúchame, como lo haces siempre. Deja que te mire despacio, que me pare a deleitarme con tus ojos y esas lágrimas en las que se refleja mi vida entera cuando miro tu rostro. Así, a pocos centímetros de ti, oliéndote, sintiéndote, recreándome con la hermosura de tus facciones, me postro ante ti una vez más.

Pero qué bonita te han puesto…no digas nada, solo siente.

Siente, despacio, mis ojos clavándose en tu mirada perdida y cabizbaja por el Mayor Dolor. Déjame perder la cordura ante ti, mi bella criatura, para que cuando llegue el momento pueda tenerte grabada en mi memoria tal y como nos vimos en este día. 

Por favor, silencio, traspásame tu amargura. El ruan, poco a poco se va ciñendo a mi piel; mi sangre, se va volviendo negra como la noche, y solo veo un haz de luz al final del camino. Lo veo a Él, a través de tus ojos. Veo a ese Dios humano caminando entre tus manos, esas mismas manos que ofreces hoy para que tus hijos, para que mis hermanos y tus devotos besemos antes de que todo comience…o todo acabe.

El reloj ha comenzado a correr y tú nos ofreces tus manos, antes de que el Señor empiece a caminar. Caminaremos, Madre, como siempre: Él, escoltado por las sombras portadoras de luz, y tú, iluminando su camino con tu elegante candelería. Yo, por mi parte, pondré mi luz, mi corazón, mi pensamiento y mi vida en tus manos, esas mismas que me ofreces hoy en tu besamanos.

Por eso, Mayor Dolor y Traspaso, deja que te robe un beso, que yo lo guardaré en mi pecho, entre el ruan y esparto.

A mi Hermandad del Gran Poder.

A Montero.

María del Amor Rasero Zárraga

Foto: Javier Jiménez.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.