Después de casi tres siglos: baja el Carmen de Cristóbal Ramos. La belleza de María al natural

Juan Dobado. Casi tres siglos lleva la imponente Imagen de la Virgen del Carmen presidiendo el camarín del Santo Ángel, conoció incluso otro retablo anterior, pero Ella ha permanecido siempre allí, en su camarín.

Considerada unánimemente por la crítica como la OBRA MAESTRA de Cristóbal Ramos, se fecha en torno hacia 1760-80. La delicadeza de la obra, el cuidado de cada detalle, la belleza asombrosamente natural del rostro de la Virgen, la convierten en una de las imágenes de la Madre de Dios más bellas de Sevilla. Y todo ello a pesar de sus dimensiones, una de las mayores de la ciudad, dos metros y medio de belleza clasicista, de rostro heredero del ideal helenístico, en unión con la decoración rococó y la gracia inquieta del Divino Infante. Acabada en su totalidad, incluida la parte trasera, aunque nunca pudiera contemplarse, indica la calidad del encargo por parte de la comunidad de Carmelitas Descalzos del Santo Ángel.

El añorado y querido Juan Martínez Alcalde decía que "si hubiese que escoger diez Imágenes de la Virgen en Sevilla, una sería ésta", a la que él llamaba "la Portentosa".  Los restauradores Antonio Díaz Arnido y Manuel Ruiz-Berdejo comienzan una ardua tarea de limpieza hasta que se presente, repleta de belleza, el día 6 de Julio, antes de iniciar la novena en su honor.

Ya quedará preparada para que el día 10 de octubre reciba la gracia de la Coronación Canónica, aquí en su casa del santo Ángel.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.