Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 18 de mayo de 2024
  • faltan 330 días para el Domingo de Ramos

Días de Novena. Javier Ramos Sáez.


 Son fechas entrañables, éstas de enero, en el seno de una importante Archicofradía Sacramental como es la Hermandad de Pasión. Desde el 13 de enero hasta el 21 de enero y su Función de Novena el 22 –inclusive-, la hermandad goza de su propia identidad: es Pasión hecho Pasión, es Amor de Padre y Amor de fe, son muchas posibilidades de conjunción mística y devota.

Nueve días se merece Nuestro Padre Jesús de la Pasión en su honor. Cultos de amor y fe, cultos de compañía y de entrega... Él nos urge y nos reclama en el altar de su Gloria... Él nos guía en el misterio del cuerpo... Él no nos abandona en su exilio... Él, en definitiva, nos conforta y nos da nueva fe y testimonio de la palabra.

Su serenidad nos transforma, nos quita ese velo de malla y nos ayuda a descubrir la verdadera fe y las verdaderas acciones cristianas. En tiempos de guerras y confrontaciones, en el humilde seno de la Hermandad de Pasión reina el amor, amor hacia Cristo, amor al prójimo a través de la palabra del evangelio y amor como consecuencia cristiana.

La unión de la Eucaristía y de la efigie del Señor de Pasión queda resumida en las palabras del canónigo hermano José Sebastián y Bandarán: “En la Pasión y en la Eucaristía... en ambos se entrega el amoroso Señor, merece recibir el homenaje de la fortaleza, de la sabiduría, del honor, de la gloria y de la bendición.” Estas palabras, resonando en el tiempo, tienen constancia y vigencia en nuestros tiempos. El Señor se inclina ante su suave yugo y preside desde lo alto la modesta iglesia de la Misericordia. Desde esa imponente vista el Señor recibe el homenaje de su pueblo los diez días de cultos.

Desde su finita infinitud –Dios hecho carne- Jesús de la Pasión es adorado ante su dolor contenido por el peso de la cruz. Sus manos, sujetas al patibulum, son carne divina, es humanidad sublime. Perfección dentro de imperfección, omnisciencia dentro de una limitada sapiencia, eternidad dentro de temporalidad, omnipotencia dentro de impotencia, inmutable dentro de un cuerpo cambiante. En definitiva, un ser perfecto: Dios hecho hombre y un ser imperfecto: hombre hecho Dios. Es una contradicción y su misterio es resuelto por la fuerza de la fe. El hombre no ha podido realizar un mejor poema que el del silencio del Señor de Pasión.

Para terminar he de añadir las palabras de Cayetano González: “Si Dios ha permitido que se haya logrado el intento, demos gracias a su misericordia infinita.” Así que Dios posibilita que cada año disfrutemos de la Novena con más misticismo y solera de Sevilla, añadiendo su correspondiente rancidez positiva.

Pasión de Cristo, confórtanos.                

Foto: Francisco Santiago                                  










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.