Provincia. Procesión de Nuestra Señora de la Encarnación de Aznalcázar

Arte Sacro. Septiembre en Aznalcázar es decir Encarnación. La fecha más esperada por los devotos de una Hermandad de la Vera+Cruz, la más antigua del pueblo, y que ha cumplido 477 años de amor a sus imágenes que en este mes viven uno de los momentos más gloriosos.

Días llenos de actos religiosos, teatros o importantes conciertos como preludio de la Exaltación de las Grandes Fiestas, que tuvo lugar el día 19, y donde se nombró a la Hermana Mayor de una ofrenda floral que se producirá en la tarde de este sábado, a las 17 horas, y donde las aznalcaceñas, vestidas de flamenca, acudirán a la Ermita para llevar sus ramos de claveles a la Virgen.

Desde entonces, ya todo es alegría y veneración a una imponente imagen del siglo XVIII que fue exiliada durante la II República para protegerla de cualquier atentado y que, año tras año, recorre las calles de la localidad sobre los hombros de sus hermanos costaleros que la pasean sobre un portentoso paso dorado.

Una procesión (acompañada por la banda de Nuestra Señora de las Nieves de Olivares) que tiene comienzo el último domingo de cada septiembre a las siete y media de la tarde y a la, por su grandiosidad, acuden vecinos de muchos municipios de la provincia.

Este año además será especial ya que la "Señora" lucirá más radiante que nunca gracias al estreno de un nuevo cetro dorado y adornado con diferentes brillantes y piedras preciosas donado por su cuadrilla de costaleros que ha cumplido tres décadas portandola. Todos los elementos decorativos de la Virgen han sufrido una profunda renovación.

Se ha vuelto a dorar su magestuosa corona de salida, se ha plateado y dorado el juego de varas de la Virgen, estrenará una corona de plata y circonitas y un broche de plata y se han restaurado sus pendientes (sello identificativo de la Virgen de la Encarnación durante siglos). el rosario y la gargantilla.