Provincia. Coripe peregrinó junto a Nuestra Señora de Fátima en el Centenario de las Apariciones

Manuel Pinto Montero. El Chaparro de la Vega despertaba de su tranquilidad la mañana del pasado domingo 26 de febrero cuando los vecinos de Coripe se acercaban hasta la Ermita de Nuestra Señora de Fátima para venerar a la Santísima Virgen que aguardaba en su Templo regresar de nuevo al pueblo tras permanecer cerca de cinco meses en la Ermita.

Fue el pasado 2 de octubre de 2016 cuando la Virgen de Fátima fue trasladada hasta la Ermita enclavada en un bello paraje natural. De este modo se iniciaba el Año Jubilar con motivo de las Apariciones de la Santísima Virgen en Fátima. Estaba previsto que el regreso a Coripe tuviese lugar el 12 de febrero pero las inclemencias meteorológicas hizo que se retrasara hasta el pasado domingo.

Por la mañana el Simpecado fue entronizado en la carreta para iniciar el camino que lo llevaría hasta la Ermita donde la venerada imagen, de gran devoción en el pueblo de Coripe, esperaba a sus devotos. Por la tarde, tras unas horas de convivencia junto a la bicentenaria encina, se iniciaba el camino de regreso, en esta ocasión junto a la Santísima Virgen de Fátima. Minutos antes de la cinco de la tarde las mujeres portaron a la Virgen de Fátima hasta la carreta que esperaba en la explanada frente a la Ermita. Una vez entronizada en la carreta de madera, que estuvo exornada con rosas y margaritas de tonos azules junto a cuatro candeleros con cera blanca en las esquinas, se iniciaba el camino de regreso cuando el reloj marcaba las cinco y cuarto de la tarde.

Aunque el sol no hizo acto de presencia y el cielo estaba cubierto de nubes el pueblo de Coripe arropó a la Virgen de Fátima que atravesaba bellos caminos al paso de los bueyes. Gran esfuerzo el de estos animales junto al de los boyeros al subir las empinadas cuestas que separan la Ermita de la localidad.

No faltaron rezos por sevillanas ni vivas durante el camino regalando estampas primaverales en esta peregrinación extraordinaria. A las seis y diez, una hora después de iniciar el camino, la carreta con la Santísima Virgen de Fátima cruzaba el puente sobre el río Guadalporcún e iniciaba una larga subida en un bello entorno natural. En el mirador, donde podemos ver a lo lejos su Ermita en el Chaparro de la Vega, se realizó la última parada antes de entrar en el pueblo.

La luna quiso ser testigo de esta llegada a las siete y cuarto de la tarde. A la entrada del pueblo, junto a la Casa Hermandad del Nazareno esperaban su llegada la Hermandad local del Nazareno, así como la Hermandad romera de San Isidro Labrador de Montellano y la Agrupación de Fieles de la Virgen de Fátima de Montellano. Desde este punto se inició el recorrido por las calles del pueblo que esperaba la llegada de la Virgen de Fátima tras unos largos meses.

Fue emotivo el peregrinar por el pueblo de Coripe donde los vecinos mayores emocionados contemplaban como la carreta paraba en sus hogares pudiendo rezar a la Santísima Virgen. Las campanas de la Iglesia de San Pedro repicaban de gozo mientras la Virgen de Fátima atravesaba la Plaza de la Iglesia buscando rincones coripeños. Pasaban unos minutos de las ocho de la tarde cuando se desenganchaban los bueyes y la Santísima Virgen de Fátima, aún entronizada en la carreta, entraba en la Iglesia de San Pedro entre una fuerte ovación y pisando su nombre que se dibujaba con flores de papel en el suelo del templo.

Su coro la esperaba para cantarle plegarias y sevillanas llenas de sentimiento y devoción mientras que la Junta directiva agradecía a todos los presentes; vecinos, devotos y Hermandades, su entrega para que este Centenario quede grabado en los anales de la devoción del pueblo de Coripe a Nuestra Señora de Fátima.

Coripe, como lo hace cada primavera, ya sueña y aguarda la llegada del próximo 14 de mayo para volver a peregrinar junto a la Virgen de Fátima hasta el Chaparro de la Vega.