La última obra de Antonio Luis Troya se puede ver en la calle Cuna nº 42

Arte Sacro. La imagen de Ntro. Padre Jesús de la Humildad, representa el momento en el que, una vez pronunciada la sentencia de muerte, Jesús tomará la cruz e iniciará el camino del calvario.

La escena que se representara hace referencia a la segunda estación del Vía Crucis.  Empieza la ejecución, es decir, el cumplimiento de la sentencia. Cristo, condenado a muerte, debe cargar con la cruz como los otros condenados que van a sufrir la misma pena: «Fue contado entre los pecadores» (Is 53,12). Cristo se acerca a la cruz con el cuerpo entero terriblemente magullado y desgarrado, con la sangre que le baña el rostro, cayéndole de la cabeza coronada de espinas.

La obra ha sido tallada en madera de cedro por las manos del escultor y restaurador Antonio Luis Troya. La obra es de tamaño real, completamente anatomizada y para vestir.
La expresión de la imagen es fuerte, valiente y conmovedora, es agonizante y sufrida de heridas, después del sufrimiento de la flagelación. La cabeza se encuentra ligeramente inclinada al espectador. Con la boca entreabierta, se dejan ver maxilares y lengua, marcando con realismo la acción de hablar.

La nariz de morfología judía, aguileña, mientras que sus ojos de vidrio color miel-verdosos se hallaran abiertos y cansados, un rostro sufrido y al borde de la rendición.

La corona de espinas grande e irregular, con largos y afilados pinchos, se podrán observar las heridas propias que le produjeron las espinas, emanando todavía sangre de sus sienes y frente.

El cabello guiado por la propia inclinación de la cabeza, tallado en grandes mechones de pelo pegados al rostro, pero siempre dejando ver el mismo. La barba muy elaborada y en su extremo bífida.

La imagen que se encuentra en proceso de talla, estará expuesta durante la Semana Santa, en Sevilla, en la calle Cuna nº42.