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Provincia. Castilleja conmemorará el 125 aniversario del patronazgo de la Inmaculada sobre la Infantería Española con la presencia del Teniente General Jefe de la Fuerza Terrestre


Arte Sacro. El domingo 12 de noviembre, justamente, se cumplirá el 125 aniversario del  patronazgo de la Inmaculada Concepción sobre el Arma de Infantería Española, que será celebrado por la Hermandad de la Calle Real de Castilleja de la Cuesta en el templo parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción, Patrona de la Villa, a las 12,30 horas, con una solemne función conmemorativa presidida por Antonio Vergara González, Vicario Episcopal de la Zona Oeste de la Archidiócesis de Sevilla y Párroco del Espíritu Santo de Mairena del Aljarafe, con la intervención musical del Coro Clásico de la Corporación.

En el transcurso de la ceremonia se procederá al acto del Juramento como Teniente Hermano Mayor Honorario de la Hermandad Juan Gómez de Salazar Mínguez, Teniente General Jefe de la Fuerza Terrestre, a la que asistirán también otras autoridades civiles y militares, entre otros invitados.

Breve reseña sobre el origen e historia del patronazgo de Infantería

El antecedente a este patronato lo encontramos en el siglo XVI, cuando fue aclamada como Patrona desde el prodigio de Empel, milagro que marcaría la protección de la Virgen Inmaculada sobre los ejércitos de España, en la conocida como “guerra de Flandes”, o “guerra de los ochenta años”, ocurrida entre 1568 a 1648,  y que enfrentó a las provincias de los Países Bajos contra el rey de España.

El tercio español estaba compuesto por unos cinco mil hombres y la noche del 7 de diciembre de 1585 se combatía en la isla de Bommel, que estaba inmersa entre los ríos Mosa y Wall. Los españoles se encontraban absolutamente sitiados por las tropas del enemigo y su situación era de extrema angustia. El ejército enemigo soltó los diques de las aguas que circundaban el reducido territorio que ocupaba el tercio español, que rápidamente se inundó.  Los componentes del tercio buscaron un refugio de tierra firme que salvara sus vidas, encontrándolo en un montecillo que respondía al nombre de Empel. Allí un soldado encontró una tabla flamenca con una representación pictórica de la Inmaculada, a la que se encomendaron con fervor, y al amanecer del 8 de diciembre, día de la Purísima, los españoles pasaron por las aguas fluviales convertidas en hielo y pudieron obtener la ansiada  victoria sobre el enemigo. Los soldados españoles se reconocieron amparados por la Virgen Inmaculada a la que aclamaron como Patrona única y verdadera de los Tercios de  España en Flandes e Italia.

Así, la Inmaculada se va incorporando a banderas y estandartes, en muchas de las acciones en que toma parte la Infantería. En el Museo del Ejército se conserva un estandarte, del año 1550, en forma de corneta con la efigie de la Virgen, con su atuendo blanco y azul.

Era evidente que el Ejército español profesaba una devoción grande a la Concepción Inmaculada de María Santísima. Sobre todo los Regimientos, Batallones, y otras Unidades del Arma de Infantería celebraban con cultos solemnes la fiesta de su Concepción sin mancha el 8 de diciembre, reconociéndola y proclamándola su Patrona y Abogacía. Así lo venían haciendo, entre otros, los Regimientos del Infante, de Zamora, de Mallorca, de América, de Guadalajara, de Murcia, de Segorbe, etc.

Pero si esto era verdad, también era  cierto que no existía disposición oficial que proclamase Patrona del Arma de Infantería a la Inmaculada Concepción.

En 1892, los altos jefes del Arma de Infantería, se reunieron en Madrid para inaugurar el Colegio de Huérfanos de su Arma. El teniente coronel Orozco, jefe del Batallón de Cazadores de Tarifa, aprovechó esta ocasión para indicar la conveniencia de pedir que se declarase oficialmente Patrona del Arma de Infantería a la Virgen Santísima en el misterio de su Inmaculada Concepción, pues de hecho era ya considerada como tal Patrona.

Todos dieron su conformidad y determinaron solicitarlo de las altas autoridades de la nación. Inmediatamente se inició la gestión necesaria por el cauce reglamentario. Así, el 27 de julio de 1892 el Inspector General de Infantería D. Fernando Primo de Rivera, primer marqués de Estella, elevó al Ministerio de la Guerra, a petición de los jefes de los Regimientos de Infantería, una moción para que se nombrara a la Inmaculada Concepción, Patrona del Arma. Entre las razones prestadas para apoyar la petición se aludió a que la Señora ejercía ya, de hecho, la función del patronazgo sobre muchas unidades de Infantería, la Academia General y, sobre todo, el que ya era Patrona de España desde 1760.

El Provicario General Castrense, que apoyó esta propuesta, logró que la Reina Regente de España, Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, declarase por Real Orden, fechada el 12 de noviembre de 1892, Patrona del Arma de Infantería a la Purísima e Inmaculada Concepción:

“Patrona de Infantería. Ministerio de la Guerra. Cuarta Sección. Excmo. Señor: Considerando conveniente para mantener vivo el sentimiento religioso en los diversos Cuerpos y dependencias del Arma de Infantería y estrechar los vínculos morales que unen a sus individuos lo propuesto a este Ministerio por el inspector general de la misma, en su comunicación de 27 de julio último, y teniendo en cuenta que ha sido aprobada la elección por el provicario general castrense, la reina regente del reino, en nombre de su augusto hijo del reino, en nombre de su augusto hijo el rey (que Dios guarde) se ha servido declarar Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción, que ya lo fué del antiguo Colegio Militar y lo es de la actual Academia General y de gran número de Regimientos. De real orden; etc. Dios guarde a V. E. Muchos años”. Firma ésta Real Orden el general Azcárraga, Ministro de la Guerra. 

En los años siguientes cada unidad organiza sus propios festejos, interrumpido por el gobierno de la II República, que suprimió esta devoción del calendario oficial y en su lugar se creó el "Día del Ejército", que debía celebrarse el día 7 de octubre en conmemoración de la Batalla de Lepanto. Este día de fiesta sustituyó a todos los dedicados a los patronos de todas las armas y cuerpos, dándole así un carácter eminentemente militar, ya que hasta ahora se venía celebrando con un motivo religioso.

En plena Guerra Civil es restablecida por una O.D. dada por el General Franco, el 14 de noviembre de 1938 (B.O. 139), la fiesta de la Inmaculada, Patrona de España, el día 8 de diciembre, declarándose a partir de entonces "festivo a todos los efectos".

No será hasta 1961 cuando, gracias al tesón del recordado arzobispo Eijo y Garay, último patriarca de las Indias y vicario general castrense, se reciba un Rescripto Pontificio del Papa San Juan XXIII, produciéndose la confirmación canónica de la Iglesia Católica del patronazgo de la Purísima Concepción como Patrona del Arma de Infantería y de los Cuerpos de Estado Mayor, Cuerpo Jurídico, Intervención Militar, Farmacia, Veterinaria, Oficinas Militares, Eclesiástico y Geográfico del Ejército.

Fotoswww.andaluciainformacion.es y Álvaro Heras Damas.










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