Nueva pintura para Málaga de Juan Antonio Aguilar

Arte Sacro. En días pasados tuvo lugar la presentación de la pintura que Juan Antonio Aguilar ha realizado para anunciar la salida penitencial de la Hermandad de la Paloma de Málaga. Miguel Angel Blanco fue el encargado de presentar dicha obra al mundo cofrade, utilizando un modelo absolutamente novedoso en este hámbito, mediante el cual, expuso magistralmente una reflexión sobre la actualidad de la cartelería en las cofradías.

Descripción de la pintura

Constatada la evidente recepción de experiencias artísticas entre Juan Antonio Aguilar y las obras del Barroco que más admira, fiel a su estilo, vuelve a ofrecernos una obra realista fruto de la búsqueda incesante de la belleza, en la que el mensaje principal es directo, limpio de elementos que puedan distorsionarlo, convirtiéndose éste en uno de los asuntos pictóricos que más ha contribuido en la creación de su estilo. Por ello no puede pasarse por alto la posibilidad de que la orientación artística de Juan Antonio hacia el naturalismo, es motivada por el conocimiento y estudio del arte que su vocación como conservador y restaurador le ha permitido.

Esta obra está compuesta por tres personajes dispuestos en tres planos superpuestos entre los que destaca uno principal, en primer plano, y dos secundarios. Esta diferenciación de planos corresponde a los criterios de protagonismo de los mismos que forman la escena,  tratándose de una composición del misterio del paso del Señor de la Puente recreada entre luces y sombras sobre un fondo totalmente oscuro.  

Los diferentes planos compositivos están dispuestos de forma jerárquica, representando la importancia de los elementos  según el tamaño de los mismos. La obra se representa en un formato de 116 centímetros de alto por 81 centímetros de ancho, y está organizada en una estructura formal con línea imaginaria diagonal con un eje central que la divide en dos partes. Gira en torno a la figura de la imagen de Nuestro Padre Jesús de La Puente del Cedrón que, iluminado con luz focal, se presenta con las manos atadas a modo de cautivo, representado en primer plano, visto desde su ángulo inferior izquierdo. Se encuentra ataviado con su túnica habitual de salida de terciopelo granate, ricamente bordada en oro y plata, de Teresa de la Linde. En su cabeza potencias de oro, sin corona de espinas.

A la derecha, por la espalda del Señor, el romano ataviado con la indumentaria que corresponde según el misterio, llama su atención por el casco de plumas de avestruz en un segundo plano indicado ya que es la figura que recibe un tratamiento de luz ambiental con un grado intermedio de todo el conjunto, mientras que el de la derecha, entre la oscuridad, se adivina al popularmente conocido como “el berruguita”.

La técnica utilizada se ajusta igualmente a las características más comunes e identitarias en la obra de Juan Antonio Aguilar. Se trata de una pintura realizada en óleo en soporte de tela de lino belga  previamente preparado utilizando el estucado y su posterior pulido.

La factura pictórica con la diferencia de trazado en la pincelada, aunque siempre limpia, contrasta notablemente los diferentes planos de la pintura. El primer plano ocupado por la talla de Nuestro Padre Jesús de la Puente, se trata de una representación realista, fiel a los rasgos estéticos y estilísticos de la imagen, de pinceladas finas y de recorrido corto, muy detallistas, de un alto grado de realismo, y de tonalidades más intensas y saturadas. En cambio, en el segundo y tercer plano predomina una pincelada más suelta y más idealizada, con tonalidades de menor contraste, siendo igualmente figurativos aunque en menor grado que la imagen del Señor.

En la parte inferior, en dos alturas, y guardando relación con la pintura del año anterior en cuanto a tipografía y tamaño aparece «PALOMA» y «Málaga 2018»