Seis años de un sueño: La Coronación del Carmen de San Cayetano

Arte Sacro. El pasar las hojas del calendario nos aboca poco a poco a no creernos, así nos la juega la memoria, que hayan pasado ya seis años de la vivencia irrepetible de la Coronación Canónica de la Virgen del Carmen de San Cayetano de la ciudad califal de Córdoba.

Aunque se vuelvan a ver las fotografías y los vídeos, nada como el recuerdo indeleble de todo lo vivido en aquella celebración en la que Córdoba deslumbró al mundo cofrade andaluz y enseñó que la religiosidad popular puede dejar estampas grabadas para la historia y la devoción.

Una Coronación bien preparada, que comenzó en septiembre de 2008, cuatro años antes, que permitieron trazar un plan cuidado al detalle que dio como resultado un Pontifical de tal magnitud en la Catedral que las crónicas han recogido como único en la historia.

Los planes de catequesis con los más pequeños, la formación para los adultos, las jornadas de caridad, la implicación del Colegio y toda su amplia familia, la celebración de las magníficas exposiciones en el Círculo de la Amistad y en la Diputación, los Congresos nacionales, el trabajo de los jóvenes cofrades, el amor de las personas mayores hacia su Virgen, todo ello se convirtió en una catarata de emociones que bañaron a Córdoba aquella tarde noche del 12 de mayo de 2012. Naves catedralicias repletas por esas diez mil almas, aquel cortejo de más de cien estandartes con hermandades de toda Andalucía y todas las de la capital, los cantos de los niños al salir, los balcones engalanados...

El trabajo de tantos años se palpó en una devoción hacia la Virgen del Carmen que se derrochó en vivas, cantos, palmas, petaladas, exorno de calles... Y quedó lo mejor: la fe y la devoción hacia la Reina Coronada del Carmelo que cada año baja desde la Cuesta de San Cayetano llenado las calles cordobesas de ese amor que sólo una Madre como Ella sabe repartir.

Don Demetrio lo recuerda siempre, una Coronación modelo, que se toma para dentro y fuera de Córdoba.En definitiva, seis años de un sueño que se prolonga.