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Provincia. Así fue la Fiesta Diocesana de las Espigas celebrada en Coria del Río


Arte Sacro. El pasado fin de semana, se vivió en la ciudad ribereña de Coria del Río la Vigilia Diocesana de Espigas, organizada por los Consejos Diocesanos de ANE y ANFE y las Secciones Adoradoras de ANE y ANFE de Coria del Río. Se congregaron adoradores y adoradoras de la Archicofradía Sacramental de Adoración Nocturna Española de toda la Archidiócesis de Sevilla, para adorar a Jesús Sacramentado. La Vigilia de Espigas contó con la colaboración, presencia y participación del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Coria, y de las propias Hermandades, Cofradías y Grupos Parroquiales.  El pueblo entero se volcó con la Fiesta de Espigas, para mayor gloria de Dios.

Coria estaba engalanada, con gallardetes, balcones adornados y nueve altares primorosamente preparados. Concretamente, cuantos acudieron a esta Vigilia Diocesana de encuentro con Cristo Eucaristía, pudieron disfrutar de los altares preparados por las siguientes Hermandades y Grupos Parroquiales: Consejo General de Hermandades y Cofradías, Hdad. de Jesús del Gran Poder, Grupo Parroquial San Lucas Evangelista, Hdad. de Vera+Cruz, Hdad. Sacramental de Ntra. Sra. de la Estrella, Hdad. de Jesús Cautivo, Hdad. de la Borriquita, Hdad. de Ntra. Sra. de la Soledad y Hdad. de Ntra. Sra. Del Rocío. Como dicen los adoradores: cuando encuentras al Señor en el Sagrario y le descubres en las Sagradas Especies Eucarísticas, tu vida cambia para siempre. El amor de quien es puro Amor te impregna y se refleja en esa alegría especial que siempre acompaña a los adoradores de Cristo Eucaristía. Y ese día, se vivió en la acogedora ciudad de Coria una jornada memorable en torno a Dios, hecho Sacramento, que llenó de gozo y alegría los corazones de los adoradores, para que durante el día, sean fieles testigos de Jesucristo.

RECEPCIÓN Y PROCESIÓN DE BANDERAS

La recepción se produjo en la Capilla de la Soledad. Los Consejos y las diferentes Secciones prepararon sus Banderas, que simbolizan la presencia comunitaria de los adoradores de una Sección o Diócesis. Comenzó la tradicional Procesión de Banderas, con las Secciones adoradoras ordenadas según la antigüedad de las mismas. Siguiendo a la Cruz Parroquial, acompañada de dos ciriales, iban las hermandades y cofradías de la ciudad, también organizadas por antigüedad. Recorrieron el trayecto que les llevaría a la Parroquia de Santa María de la Estrella. Durante el recorrido todos entonaron cantos: “Qué alegría cuando me dijeron”, “Juntos como hermanos”, “Una espiga dorada”, “Himno Eucarístico de Madrid”,  “Anunciaremos tu reino”, “Hacia ti morada Santa”, “Pueblo de Reyes” y “No adoréis a nadie”.

REZO DE VÍSPERAS Y SANTA MISA CON UN OBISPO ADORADOR DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Todo estaba preparado en la maravillosa y acogedora Iglesia de la Parroquia Santa María de la Estrella. En ella presidía el Altar Mayor, la Virgen de la Estrella, Patrona de Coria del Río.

Con todas las banderas de la Secciones y estandartes colocados en torno al Altar, los presentes realizaron en silencio oración en espera de la llegada del prelado: monseñor Santiago Gómez Sierra, Obispo auxiliar de Sevilla, al encontrarse indispuesto el Arzobispo, monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, por cuya pronta recuperación se pediría posteriormente, en los Turnos de Vela ante el Señor Sacramentado.

El Coro Dabar de Coria del Río realizó primorosamente el canto de entrada, contribuyendo con sus bellos cantos a resaltar la Solemnidad de la Eucaristía.

Tras el saludo del Sr. Obispo, monseñor Santiago Gómez Sierra, comenzó el rezo de Vísperas, que tras el himno, en su Salmodia incluiría los Salmos 112, 115 y finalizaría con el cántico de los Filipenses.

Todos los presentes participaron de la Santa Misa, de la Eucaristía que es Memorial, Sacrificio, Acción de gracias y Comunión.

Presidió la Santa Misa el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo auxiliar de Sevilla, mons. Santiago Gómez Sierra, y concelebraban el Ilmo. Sr. Teodoro León Muñoz, Vicario General de la Archidiócesis y Director Espiritual de la Adoración Nocturna Diocesana, así como Antonio Santos Moreno, párroco de Santa María de la Estrella (Coria del Río), José Francisco García Gutiérrez, párroco de Santa María de las Nieves (Olivares), Juan Carlos de la Rosa Egea, párroco de San Ildefonso (Mairena del Aljarafe) y Pedro José Rodríguez Molina, párroco de San Juan Bautista (San Juan de Aznalfarache).

Mons. Gómez denotaba en sus palabras un profundo conocimiento de la Adoración Nocturna, su alta valoración de la misma y que es adorador del Santísimo Sacramento. Animó a los adoradores a perseverar en su privilegiado carisma.

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y VIGILIA

Terminada la Comunión y recitada la oración final de la Misa, mons. Santiago hizo la Exposición del Santísimo Sacramento, cantándose de pie el Magnificat.

Teodoro León recitó la Oración de presentación de adoradores, mientras todos de rodillas respondían: “Venimos, Señor, a tu presencia”. Finalmente el prelado y los ministros se retiraron a la sacristía.

La Asamblea comenzaría el rezo del Santo Rosario, la mejor preparación para el encuentro con Cristo Eucaristía. Para los adoradores la Virgen es fundamental. Por eso Pablo VI animaba a seguir a María, pues es el cauce por donde Jesús llegó y que nos atrae y lleva a Dios.

Tras el invitatorio, se recitó el Salmo 94 (Invitación a la alabanza divina).

Se organizaron cinco Turnos de Vela, que se iban sucediendo a lo largo de la noche, desde las 00:00 hasta las 05:00, recitando cada Turno el Oficio de Lectura completo. Se recitó el Te Deum, con hondo espíritu de gratitud al Señor por todos los beneficios a lo largo del último año, especialmente por tantas gracias recibidas en las noches de vigilia eucarística.

Tras el compromiso de fidelidad, cada turno dedicó en torno a 30 minutos a la oración personal en silencio, que es necesario para el encuentro con el Señor. Momentos de oración y reflexión en la que se percibe cómo Jesús Eucaristía derrocha sobre los adoradores su gracia. Y finalizaba el turno con un canto a la Virgen. Concretamente, el Himno a Nuestra Señora de la Estrella.

EXPERIENCIAS MÍSTICAS DE LOS ADORADORES Y LAUDES

Terminados sus respectivos Turnos de Vela, mientras se espera para realizar el rezo de Laudes, se produce una agradable convivencia entre adoradores, que siempre resulta muy gratificante, pues se comparten las experiencias vividas, en las que fueron llamados por el Señor a adorarle. Se siente y se vive el orgullo de ser adorador.

Llegaba el momento oportuno para disfrutar de un paseo por una ciudad en la que se vivía una jornada muy especial. Daba gusto disfrutar de ricas viandas en cualquiera de los muchos bares y cafeterías abiertos durante toda la noche, en la acogedora ciudad de Coria del Río. Los adoradores pudieron admirar la impresionante carreta de plata de la Hermandad del Rocío de Coria, que poco después portaría a Cristo Vivo, en la Sagrada Eucaristía.

A las cinco de la mañana, terminados los turnos de Vela ante el Santísimo Sacramento, se reunieron todos los adoradores en el templo para el rezo de Laudes, la Oración de la mañana.

PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO Y BENDICIÓN DE LOS CAMPOS

Terminado el rezo de Laudes, se organizó la Procesión Eucarística con las diferentes Secciones adoradoras por orden de antigüedad, con el Santísimo Sacramento en la imponente carreta de la Hermandad del Rocío de Coria, que era tirada por bueyes vírgenes, parando en cada uno de los altares, junto al cual esperaban corporativamente las correspondientes Juntas de Gobierno. Fue muy emotivo recorrer el Paseo de Mesa, con cantos eucarísticos, pero a su vez, escuchando la emotiva melodía de la flauta y el tamboril, que acompañaba a la Cruz Parroquial. A través de los sentidos se palpaba la presencia divina, no solo de Jesucristo, sino de su bendita Madre, la Virgen María.

Llegados al altar de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, dispuesto para la bendición al final del Paseo colindante con el Guadalquivir, los adoradores se encontraron una imagen, que habrá quedado para siempre en sus retinas, la de Cristo verdaderamente presente en la Eucaristía (con nosotros hasta el fin de los tiempos) en la carreta perfumada de Simpecado, Pentecostés, Rocío y Marismas; y detrás, la imagen de Jesús Resucitado, fuente de alegría de los cristianos. Allí se encontraban a un lado representaciones de las Hermandades y al otro los adoradores acompañando a las banderas de sus Secciones, dispuestas para rendir honores a Cristo Eucaristía, en el momento de la Bendición con Su Divina Majestad, que realizó el Rvdo. Antonio Santos, cura párroco de Santa María de la Estrella.

Seguidamente se realizó la procesión en sentido inverso, en dirección a la Parroquia de la Estrella, en cuya puerta esperaban los afortunados que portarían los varales del Palio de respeto, que cubriría al Santísimo. Tras la Reserva del Santísimo  finalizó la Solemne Vigilia con el canto de la Salve a la Virgen María. José Enrique González Fernández, presidente del Consejo Diocesano de Sevilla de la Adoración Nocturna, agradeció al párroco de Santa María de la Estrella, los sacerdotes, las Secciones de Coria, las hermandades, a todos los adoradores que han participado, y a los fieles en general, la maravillosa Vigilia de la que habíamos disfrutado en torno a Cristo Eucaristía.

Los adoradores regresaron a sus casas llenos de paz y gozo espiritual. Se habían llenado del Señor, para luego ser signo de su presencia y de su Amor. Fortalecidos con el Pan de Vida, siempre estarán disponibles, en actitud de servicio, en entrega constante a Dios, a la Iglesia, a los hermanos…

Redacción: Paco Burgos

 

Foto: Manuel Franco de la Rosa/Francisco Perejón










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