Arte Sacro
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Salutación a la Virgen del Carmen de Calatrava


Arte Sacro. Después de finalizar la procesión fluvial y el rezo del santo rosario por las calles de la feligresía, tuvo lugar la tradiconal Salutación a la Virgen del Carmen, que este año ha realizado el pregonero de las Glorias 2018, Juan Manuel Labrador.

 

A continuación pueden leer la Salutación al completo.

Todo comienza y acaba
en la guapura infinita
de una Niña que fue esclava
con su gracia carmelita
en la calle Calatrava.

Regresamos de nuevo a aquel "Itinerario letífico" que hace de Sevilla la ciudad de las Glorias... O tal vez nunca hemos dejado atrás ese recorrido porque es un ciclo continuo en el que el sentimiento no sabe dónde habría que escribir un punto que jamás es final, mas sin ser capaces de atrevernos a indicar si es un punto y aparte o si, en cambio, se trata más bien de un punto y seguido.

En plena canícula estival, suponiéndose que el calor aún debe apretar sus dientes ante esa tensión que enciende las temperaturas, el propio Guadalquivir se hace calle para abrazar en su rivera a una Virgen del Carmen que hace mantener la esencia marinera de una urbe que fue puerto y puerta del mundo entero, aunque para muchos, después de tantos siglos, aún lo continúe siendo. Tal vez por ello, por los confines de la Alameda de Hércules, un poco más allá de esas pétreas columnas que tratan de acariciar las nubes y los astros, se obre este prodigio de que el propio río sea costalero de la Madre de Dios.

El viejo Betis se hace mar para la Reina del Monte Carmelo cuando cada 15 de julio se prepara el alma para vivir una nueva onomástica de la que es Estrella que refulge límpida sobre las olas, esas que al agitarse sobre sí mismas generan una blanca espuma que trae consigo el aroma de Aquella a la que imploramos en su salve como fénix de hermosura.

Cual gaviota que surca el aire sobre la playa serena de la devoción y el sentimiento, el corazón vuela junto a Ella cuando María embarca en un navío desde el que reparte a toda Sevilla, junto a ese Cristo Rey que sostiene entre sus brazos, ese fragmento de tela marrón que es su santo escapulario, el mismo que mañana hará 767 años que entregó a San Simón Stock para redimir nuestras almas y salvarlas del purgatorio.

Acabamos de rezar el rosario por las calles del barrio con la Virgen portada sobre las sencillas andas en las que sus hijos la llevan y la traen de las aguas, y un caudal de avemarías y letanías inundan de fervor las casas de un vecindario que se postra a sus plantas, porque la Señora pasa ante sus puertas como una habitante más que es de este entorno... Como la que va a comprar el pan en la esquina o viene de escuchar misa en Omnium Sanctorum, como la que regresa del trabajo o recoge a los niños del colegio...  Como una mujer más que en la vida cotidiana hace sus quehaceres. 

Llega de nuevo su fiesta, la de su nombre, el mismo que a tantos nos enamora y nos hace soñar con lo más bello de esta existencia que Dios nos regala. Justo delante de su altar nos esperará, y al igual que en su triduo, acudiremos otra vez ante Ella, pero ahora para felicitarla mientras besamos esa mano que sostiene el devenir de nuestros días durante esta peregrinación terrena en la que anhelamos sentir la placidez de su inconmensurable mirada.

A estas mismas horas, un blanco simpecado bordado en oro recorre las calles del viejo arrabal camino de la Plaza del Altozano, donde la Virgen del Carmen es así mismo faro que ilumina las dos orillas de una urbe que se rinde ante Ella, mientras que por San Román entonan una salve que espera ser cantada pronto, muy pronto en Santa Catalina. ¡Y luego hay quien se sigue preguntando si Sevilla es marinera! Si hasta en la madrugada más santa del año la Esperanza proclama la marinería de su estirpe trianera, esa misma Esperanza que siente a sus espaldas, durante el ecuador de la propia Semana Santa, la gracia infinita de un escapulario que se torna en prenda penitente por la calle Anchalaferia, muy cerquita de donde nos hallamos...

Vibran las paredes de dos cenobios muy próximos a este lugar, porque por San Clemente y por Santa Ana aguardan la visita de esta Madre que, sedente cual majestad que es, acudirá como cada año en procesión a visitar a quienes hacen de sus vidas una oración permanente, esa oración que tan necesaria sigue siendo porque su poder, que brota de la fuerza de ese rezo unido y compartido entre todos los cristianos, hace frente a las calamidades de un mundo que, en muchas ocasiones, se pierde entre sus oscuras sombras al ir a la deriva. Por eso Ella sale a nuestro encuentro, para tomar el timón y guiarnos correctamente por esta travesía que deparará álgidos momentos en Arte de la Seda, en Santa Clara y poco antes de arribar a Jesús del Gran Poder...

Se presiente ya un 16 de julio que renacerá en cuestión de minutos, y mientras por el Santo Ángel se inquieta Santa Teresa de Jesús por acompañar en su procesión a la Madre del Divino Amor, a la vez que en San Leandro y en San Gil suelta su cetro la Señora para tender su mano a quienes más la necesitan, justo cuando celebran con gozo en la casa que la Abuela de Dios tiene en Triana la dicha de esta devoción revitalizada, aquí, donde se alzaba la Cruz del Rodeo, se renueva otro año más este hondo sentimiento ante una de las advocaciones marianas más universales de todo el orbe...

Hoy se eleva hasta el Carmelo
la emocionante plegaria
que dedica esta hermandad
de la calle Calatrava
a esa Reina que navega
atravesando las aguas
de un río Guadalquivir
que tanto sabe de hazañas
a lo largo de la historia
de esta tierra sevillana,
y cada 15 de julio
las dos orillas se hermanan
para rezar a esta Virgen
tan jovencita y tan guapa,
esta Niña tan hermosa
por la que el tiempo no pasa
después de quinientos años
que con sigilo se guardan
entre los muros añejos
de este templo que es su casa,
pues los siglos no se atreven
ni siquiera a acariciarla
para evitar que su piel
deje de estar sonrosada
en esas tiernas mejillas
que dan dulzura a esa cara
que a todos hace soñar
cuando su amor nos atrapa.

Vuelve el 16 de julio
con la gloria centenaria
de este nombre que enamora
a todos los que proclaman
su entrega a un escapulario
que protege a aquellas almas
que, entre Sevilla y su cielo,
descubren esa mirada
que da sentido a la vida
al nacer cada mañana,
esos ojos cristalinos
donde queda reflejada
toda la fe que este pueblo
manifiesta ante las plantas
de esta Madre bondadosa,
exultante y soberana
que disipa nuestros miedos
y cuyo fervor embriaga
a aquel corazón que late
con la fuerza de esa llama
que prende una devoción
escondida en Calatrava
ante esta Virgen del Carmen
a la que todos ensalzan.

Para finalizar la Salutacion, los clarineros de la Banda del Sol interpretaron en la puerta de la Capilla; "Virgen de Gracia", "Valls", "Número uno" y "El himno a la bandera".

https://www.youtube.com/watch?v=QnOaMYPw0mw

Una vez finalizado el acto, la hermandad hizo entrega de unos cuadros de recuerdo y agradecimiento al pregonero de las Glorias, Juan Manuel Labrador y a Alexis Fernández, hermano de la corporación por su colaboración en todos los actos organizados por la hermandad.

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Fotos: Fco Javier Montiel










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