La procesión del Corpus Christi relució más que el sol

Arte Sacro. La procesión del Corpus Christi de este año ha venido marcada por la buena temperatura que hemos tenido en nuestra ciudad.

Tal como se hiciera el año pasado, se ampliaron las lecturas, oraciones y meditaciones al paso de S.D.M. por las Plazas de San Francisco y del Salvador, ambientadas, además, por dos corales que interpretaron motetes eucarísticos y cantos populares.

La procesión comenzó a salir a las 08,15 horas desde la puerta de San Miguel, mientras la eucaristía empezaba quince minutos más tarde.

Abriendo el cortejo los niños carráncanos de la Sacramental del Sagrario con el Guión Sacramental. Tras ellos, las representaciones del as hermandades de glorias, penitencia y sacramentales por orden de antigüedad. También representaciones de las distintas Cámaras, jefatura de Policía, Colegios Oficiales, Ateneo, Reales Academias, Universidad, Cuerpo Consular, Audiencias, Órdenes, Consejo de Cofradías, Delegaciones Diocesanas, Cáritas, Seminario, Ordenes Terceras, Diáconos, Comunidades Religiosas, Tribunal Eclesiástico, Clero Secular, Curia Diocesana, Universidad de Curas, Maestranza de Caballería, Niños Seises, Cabildo Catedral y Coral. Tras el paso de la Custodia, el obispo auxiliar Santiago Gómez Sierra, ya que el arzobispo se sintió indispuesto tras la misa, acompañado del Deán de la Catedral, primeras autoridades, corporaciones municipales, provinciales y el ejército.

Con respecto a los pasos, el de Santa Ángela de la Cruz está a cargo de la hermandad de la Amargura, el de las Santas Justa y Rufina por la hermandad de la Esperanza de Triana, este año, al ser rotatorio por las hermandades de Triana; el de San Isidoro, por la hermandad del mismo nombre, el de San Leandro por la hermandad de la Macarena, el de San Fernando por la hermandad de la Redención, el de la Inmaculada Concepción por la hermandad del Silencio, el de el Niño Jesús por la Sacramental del Sagrario, el de la Santa Espina por la hermandad del Valle, y el de la Custodia por el Consejo de Cofradías, siendo exornado por Manuel Palomino con uvas y espigas donadas por la familla Góngora de Villanueva del Ariscal.