Presentada la restauración del grupo escultórico de la Coronación de la Virgen, de Cristobal Ramos, del Santo Ángel

Arte Sacro. Ayer martes, 13 de agosto, tras la santa misa de las 20 horas, en la iglesia del Santo Ángel tuvo lugar la presentacion de la restauración del grupo de la Coronación de la Virgen, de Cristóbal Ramos.

Se trata de uno de los conjuntos mas admirados por los cofrades entre las joyas que atesora el Santo Ángel.  Participó en algunas muestras, como en la de la Realeza de Maria, organizada por la hermandad de la Cena.

Ha sido restaurado por el restaurador Julio Alcaraz, devolviendole su esplendor magnifico de las mejores obras detallistas que hizo Ramos y de las que la iglesia y convento del Santo Ángel posee una de sus mejores colecciones.

Proceso de intervención de la Coronación de la Virgen

El objeto del presente artículo sobre la intervención llevada a cabo sobre el conjunto escultórico de la Coronación de la Virgen (situ en la Iglesia del Santo Ángel de Sevilla) es el de exponer los criterios y tratamientos de conservación y restauración a los que ha sido sometido por el conservador y restaurador Julio Alcaraz.

Dicha obra escultórica, atribuida al célebre escultor Cristobal Ramos (Sevilla 1725- Ibídem 1799), es de dimensiones académicas, siendo de la tipología de bulto redondo, realizada en terracota y telas encoladas, policromada y estofada en oro y plata. Presenta otros materiales, como ojos de cristal y atributos u ornamentación realizados en madera.

La obra representa, como se ha dicho anteriormente, el momento en el que la Virgen María es coronada por la Santísima Trinidad como reina de cielos y tierra. El conjunto se compone de cuatro personajes principales: el Espíritu Santo, saliendo de unos rayos de sol, Dios Padre y Jesucristo entronizados sobre unas nubes y coronando a la Virgen María, la cual se encuentra arrodillada sobre las nubes, con los brazos entrelazados sobre su pecho y la cabeza inclinada hacia abajo, sobre la atenta mirada de dos pequeñas cabezas de querubines.

Por otro lado, el estado de conservación de la obra era preocupante. El soporte presentaba algunos deterioros ocasionados por el paso del tiempo y su manipulación. Las piezas de terracota se encontraban en buen estado, exceptuando las pérdidas volumétricas, mientras que las telas encoladas presentaban pérdidas de preparación y grietas, las cuales le daban inestabilidad a la obra. Las capas polícromas se encontraban en un estado de conservación muy preocupantes, ya que había un gran porcentaje de zonas con una fijación al soporte inestable y grandes zonas de pérdidas de la misma. La gran acumulación de suciedad por polvo y humos, unida a los restos de cera, impedían poder apreciar la calidad y tonalidades, así como detalles minuciosos que presenta la obra. La policromía original ha llegado intacta en zonas como carnaciones de los personajes, cabellos y peana, mientras que los ropajes fueron repolicromados en su totalidad en posibles intervenciones de décadas pasadas. Las nubes y todas las zonas estofadas, presentaban repintes puntuales en zonas donde la plata original se había perdido.

La intervención sobre el conjunto escultórico se ha basado en la conservación/restauración científica, teniendo muy en cuenta su funcionalidad, la cual es de culto, por lo que debía de transmitir unos ideales y unas sensaciones que en el estado en el que se encontraba no llegaba a ser del todo posible.

El criterio principal en esta intervención ha sido el conservativo, por lo que se han respetado los repolicromados que presenta la obra en zonas como los ropajes de los personajes, ya que no dañan la integridad de la obra y su eliminación supondría un riesgo innecesario para la pieza.

El restaurador, Julio Alcaraz, ha escogido para ello los tratamientos menos dañinos para la integridad de la obra, usando para ello materiales reversibles, inocuos y estables con los materiales componentes de la misma.

La obra ha ido documentándose fotográficamente antes, durante y tras la intervención realizada, para dejar constancia de su estado anterior, del proceso de intervención y de su estado final tras la misma, evitando en todo momento que se pueda incurrir en una falsificación.

Tras la documentación fotográfica, comenzaron los procesos de conservación y restauración. Se eliminó de forma mecánica la gran acumulación de suciedad y cera que presentaba la obra. Una vez realizada la limpieza superficial se procedió a la consolidación del soporte mediante inyección y a la fijación de la capa polícroma al soporte mediante colas proteicas.

Una vez se llevaron a cabo los tratamientos curativos, se procedió a los tratamientos de restauración (más estéticos y visuales). Para ello se comenzó reintegrando volumétricamente aquellas faltas significativas, como dedos de algunos personajes o el pico del Espíritu Santo. Tras esto, se procedió a la realización de test de solubilidad para la limpieza química y posteriormente se procedió a la realización de dicha limpieza, estucado de lagunas, reintegración cromática y protección final de la capa polícroma.

Fotos: Alcaraz Restaurador/Juan Alberto García Acevedo.