Septiembre ¡Qué bonito Nombre tienes!. María del Amor Rasero Zárraga

“Devuélveme, septiembre, el privilegio de esos días. De esos días que son horas, de esos instantes que se esfuman, en el mismo momento en el que pronunciamos tu nombre y a la vez el Nombre, que acelera nuestros corazones.

Estoy sedienta de Ella,
soy fiel a su Mayor Dolor,
a sus lágrimas, a su pena…
a Jesús, su eterno amor.

Devuélveme la ilusión, de esa noche en la que espera, vestida de reina en su capilla. Devuélveme esos nervios, de cómo estará vestida, de un turno de vela a su lado, pasando el pañuelo por sus manos.

¡Que vuelvan a abrirse esas puertas! ¡Que todos nos postremos ante Ella! Ante esa mirada que te cautiva, que te atrapa y de esperanza llene tu vida. Ante un dulce rostro que te invita a hablarle en voz alta y con toda tu alma. Con el corazón, con la experiencia de los años, con la angustia de las penas, con la gratitud de las alegrías; suplicando salud un año más, honrados por tenerla frente a frente de nuevo.

Porque quieren más.
Queremos más:
Más años para quererla,
más tiempo para rezarle.
Y tan corta es la vida
¡que la eternidad es nuestra Gloria!

¡Devuélvemelos, que la reja es fría! ¡Devuélvemelos, que desde abajo mis ojos no alcanzan los suyos! ¡Devuélvemelos, por favor, que mi amor es puro! Quiero verla cruzar la plaza, quiero que los primeros rayos del sol acaricien su cara, ¡Quiero caminar y rezar el rosario con Ella, esa bonita mañana!

¡Lo quiero todo con Ella!
¡Porque es la Virgen que me enamora!
Porque es mi pasado, mi presente y mi futuro.

Devuélveme la dulce brisa
y el perfume de esos labios,
admirar cercana su belleza,
¡besar de nuevo sus hermosas manos!

Devuélveme, ¡septiembre!
cada una de sus cinco lágrimas,
qué bonito Nombre tienes…
¡Que traes al amor de mis amores!

Devuélveme su pecho cálido,
encaje que siempre te sosiega,
ver reflejado en sus eternos ojos
¡Que su Dulce Nombre es mi vida entera!”

A María Santísima del Dulce Nombre.

A mi Hermandad.

Foto: Fco Javier Montiel