Restauración de la Imagen Primitiva de la Sagrada Mortaja

Reyes Pro. En la misa del domingo dia 19 de enero y tras su restauracion, se bendijo la imagen primitiva de la Piedad de la hermandad de la Sagrada Mortaja, por el director espiritual, Eusebio López Rubio.

La Piedad primitiva recibirá culto en la iglesia de ex-convento de la Paz, calle Bustos Tavera, 15, sede de dicha hermandad. Anteriormente a su restauración, que ha tenido lugar en el pasado verano, la imagen se situaba en dependencias de la hermandad. A partir de ahora y tal como era la intención, desde que se acordó la restauracion antes del pasado verano, podrá ser contemplada por todos los hermanos y devotos mucho más fácilmente.

La Piedad primitiva de la hermandad de la Sagrada Mortaja es una imagen de barro cocido policromado (o terracota) de pequeño tamaño, que puede datarse en el primer cuarto del siglo XVI. Sigue claramente el estilo de la línea que marcaron Lorenzo Mercadante y sobre todo Pedro Millán, pudiendo muy bien encuadrarse en el círculo posterior dentro de la influencia de este artista (que murió posiblemente antes de 1509 y con toda seguridad antes de 1526 según testimonio documental).

Este grupo de la Piedad corresponde a un estilo más evolucionado y avanzado respecto al de Pedro Millán y por tanto puede atribuirse a alguno de sus discípulos: puede que corresponda a la labor de su hijo Juan Millán o de Juan Pérez. Ambos artistas estuvieron activos en Sevilla en el XVI, dato del que disponemos tanto por publicaciones de investigadores ya desde el siglo XIX (Ceán Bermudez, Nicolás de Cruz Conde de Maule y González de León), como según testimonios documentales, pues existe un manuscrito de 1509 en el que el Cabildo de la Catedral de Sevilla mandaba que se terminaran las imágenes del cimborrio de la Catedral a Juan Pérez y a otros posibles discípulos de Pedro Millán: Sebastián de Almonacid y Pedro de Trillo.

En todo caso es indudable que en el primer tercio del siglo XVI trabajaron varios artistas influenciados por Pedro Millán, que continuarían su línea estilística y la escultura en barro, hasta la gran eclosión en Sevilla de la imaginería en madera con los artistas del Renacimiento pleno y del Manierismo.

Por su pequeño tamaño (43 por 46 cm. aprox.) es probable que el destino originario del grupo de la Piedad primitiva fuese una capilla particular o funeraria, al igual que las obras de Pedro Millán para la actual capilla de San Laureano de la Catedral de Sevilla, anteriormente capilla funeraria. Podríamos elucubrar que estando en la iglesia de Santa Marina en una capilla funeraria más o menos oculta o situada en un emplazamiento poco visible o secundario fuese “hallada” por algunos devotos y esto diese origen a la conocida leyenda o tradición del origen de la Hermandad de la Sagrada Mortaja. Esta Hermandad según el manuscrito del Abad Gordillo, en su versión conservada en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, habría tenido su inicio en 1518, época coincidente con la labor de los discípulos de Pedro Millán.

Anteriormente a la intervención restauradora del Prof. Juan Manuel Miñarro la imagen presentaba deterioros y suciedad. Además de añadidos no originales en unos materiales tan poco adecuados como el yeso o la escayola procedentes de restauraciones antiguas. La restauración ha permitido que hoy la veamos en su apariencia originaria, con todas sus partes reintegradas, sin añadidos de material inadecuado y con la policromía fijada y sin suciedad. Además dicha restauración ha posibilitado descartar que se trate de una obra seriada de molde, pues durante dicha restauración se han podido apreciar las huellas de las herramientas de ahuecado original.

El rostro de la Virgen es de una pena contenida, serena… pero muy humana. En un gesto como espontáneo de humano cariño y de compasión, toma la mano de su Hijo, algo que vemos muy frecuentemente en las imágenes pictóricas de la Piedad desde fines del Gótico.