Intervención sobre varias piezas del Convento Carmelita del Santo Ángel a cargo de Carles Salafranca Porcar

Arte Sacro. Siempre que se pone de manifiesto y exposición un patrimonio artístico como el extenso y rico que goza el Convento del Santo Ángel, son necesarias en ciertas piezas las labores de conservación y restauración para una mejor visión y lectura de las obras. Este ha sido el caso de estas cuatro piezas que a continuación se reseñan. Un lienzo de pequeño formato de San Sebastián, un crucificado tallado en madera policromada de escuela genovesa, una pequeña tabla con la representación alegórica del Sagrado Corazón de Jesús y un exvoto a la Virgen del Carmen pintado sobre tabla.

Pintura del Corazón de Jesús

De entre todas, destacaba por su particularidad la representación del Sagrado Corazón, que se encontraba en buen estado de conservación. La intervención conservativa se limitó a una consolidación puntual de la policromía, desinsectación del marco y consolidación con resina sintética. Se reintegraron los faltantes de soporte con resina epoxídica bi-componente y se estucaron y reintegraron cromáticamente las lagunas.

Crucificado

En el caso del Crucificado se llevó a cabo una consolidación estructural con cola orgánica y asentamiento de estratos levantados. Se trata de una obra de la escuela genovesa del siglo XVIII, la pieza presentaba especialmente los faltantes de varios dedos y la rotura de ambos brazos a la altura de las axilas. Además, una densa capa de suciedad superficial cubría y ocultaba los matices de la policromía. La limpieza fue especialmente delicada, que se llevó a cabo con jabón neutro disuelto en agua desionizada y disolvente orgánico en zonas puntuales. Se reforzaron las roturas de ambos brazos mediante nuevas espigas de madera de pino, así como la sujeción del Cristo a la cruz, realizado con el mismo material.

San Sebastián

El lienzo representando a San Sebastián, fechable en el siglo XVI, gozaba, junto al exvoto, del peor estado de conservación, un gran faltante provocado por un golpe se observaba e la parte inferior izquierda, además de un amarilleamiento general del barniz. Fue necesario realizar un entelado completo a la obra, fijándolo a un nuevo lienzo de lino natural de trama semejante al original. Se adhirió utilizando gacha como adhesivo, que aportó al proceso la humedad que necesitaba el lienzo para devolver la planitud. Con la limpieza físico-química y la posterior reintegración se devolvió la lectura completa a la obra.

Exvoto

La última pieza intervenida ha sido un pequeño exvoto del siglo XVIII, cuya principal alteración era la pérdida de policromía que impedían la completa observación de la obra. Se consolidó con cola orgánica, asentando posteriormente el color. Se estucaron y nivelaron las lagunas. Debido a la cantidad de reintegraciones que eran necesarias, se optó por realizarlas con la técnica del puntillismo aplicando pigmentos al agua. Tras el barnizado, se retocó con pigmentos al barniz.