Detalles que engrandecen a las Hermandades. Daniel García Acevedo

Me llama un buen amigo para contarme, emocionado, lo que le había pasado hacía unos minutos.

Resulta que recibe una llamada en su móvil y, al descolgar, preguntan por su madre. Le indican que son de la hermandad de la Amargura y están llamando a personas mayores (su madre tiene 87 años) para interesarse por ellos o por si les puede hacer falta algo. Mi amigo les indicó que su madre se encuentra con su hermano y que, gracias a Dios, está muy bien pero que, como no puede ser de otra manera, les agradecía muchísimo la llamada y el interés. Me lo contaba emocionado y orgulloso de su hermandad, por el trato que en estos malos momentos dispensa a los más desfavorecidos.

En otras hermandades están, igualmente, atentos a los grupos de riesgo, como la de la Sagrada Lanzada, que desde su diputación de caridad comunica a los hermanos enfermos o mayores que viven solos y necesitan cualquier cosa (ir a la compra a por comida, medicamentos, productos de higiene, etc.) desde la propia hermandad les harán llegar lo solicitado.  

Ya sabemos que las hermandades no son O.N.G., nos lo repiten continuamente en las jornadas de formación, pero estos detalles siempre las hacen más grandes, sobre todo en estos momentos de zozobra en los que vivimos por culpa del Covid-19.

Sirva todo esto para quitarnos la pesadumbre, en cierto modo, que nos ha dejado en el corazón la suspensión de las cofradías durante la próxima Semana Santa que viviremos de una forma distinta y desconocida.

Daniel García Acevedo

Foto: Fco. Javier Montiel.