Dia 25 de confinamiento. Arenales de azul. Antonio Sánchez Carrasco

Se levanta un Miércoles Santo distinto, como toda la semana. Más que distinto, extraño. Porque aunque la Semana Santa y sus días varíen de año en año y de persona en persona. Lo principal, que son las procesiones siempre están ahí. Pero este año, no. Este año el principal apoyo de la Semana Santa no está. Y así llegamos a la mitad de la Semana. Un día en el que a este juntaletras se le encoge aún más el ombligo. Porque en mi casa, Lola y yo somos del Baratillo. Hoy Ella tendría libre y saldríamos temprano para ver a San Bernardo en el Puente. Allí donde la Salud de Cristo se aproxima lo más posible a Fernando Carrasco; para después bajar por Mateos Gago para adentrarnos en el Arenal rodeado de hermanos vestidos de azul que van hacia donde Piedad, Misericordia y Caridad nos guían por el camino. Allí haríamos parada en el Taquilla, rodeados de gente querida y a los que los une la sangre baratillera. Uno de mis instantes favoritos es ver llegar nazarenos por la calle de Sevilla que más me gusta, Circo. No nombro a nadie porque necesitaría folios y folios. Aunque ayer se fue Antonio Pardo, el prioste de mi juventud en el Baratillo, una de esas caras que siempre permanecerán unidas a mi alma baratillera. Siguen apareciendo letras en mi cabeza, miro mi alfombrilla del ratón, un boletín antiguo del Baratillo no podía ser de otra manera. Hoy no es buen día. Lo mejor de este Miércoles Santo es que sólo va a durar 24 horas. A partir de ese momento en el que den las 0:00 y entre el Jueves Santo ya pensaremos en que falta un día menos para pisar ese Arenal de luz y llegar al 13 de Adriano, este año estaremos hasta en la “mudá” de vuelta del palio de mi Caridad y no nos cansaremos de hacer ese camino que nos lleva a donde cada dia nos aguardan nuestros titulares. Hasta que poco a poco olvidemos este Miércoles Santo de ausencias. Porque nada es más contrario al Baratillo que el vacío que hoy siento.

Aunque la frase para acabarlo me viene de un recuerdo de Rafael Díaz Palacios que en gloria esté, su penúltimo Miércoles Santo, la hermandad con buen criterio había colocado unas sillas en la puerta para sus mayores. Yo bajaba de la azotea del amigo Miguel Ángel y mientras, mi Caridad embocaba Pastor y Landero en la lejanía lo ví y me acerqué hasta él.

-¿Qué tal Rafael, como estamos?

-Bien hijo, bien....-miró hacia la trasera del palio y añadió- bien jodío.

Así que estamos bien...

#Undíamenos #FuerzaPacoRobles

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.

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