SPQR. El Tiro, siempre El Tiro. Antonio Sánchez Carrasco

Estaba claro yo hoy no podía escribir de otra cosa. Bueno si. Porque el día empezó en San Ildefonso. Donde Jesús de la Redención, aquel del que fui músico, escenificaba el momento del beso que salvó a la humanidad cofrade que decía un tasquero. "Anda que si no lo da el beso...., os veo a todos en Chipiona con la Familia"...

En esa iglesia hay una Piedad en una hornacina que es como la sonrisa de mi Lola, no me canso de verla. Y lo demás estuvo muy bien pero lo del Tiro... Con prólogo  en el Arenal entre mi Baratillo con un altar que sabía a cuarto centenario y a aquella carpeta que en el Instituto forré con esa foto del boletín. Y la Carreteria y las Aguas, con grandes altares; y en uno de esos viajes nos cruzamos con Su Eminencia, quise fotografiarlo y..., bueno nada... 

Nos adentramos en el Centro con mis sobrinos y sus sonrisas muy cerca. Y tras pasar por los Panaderos y su hermosisimo altar cogimos  hacia el Tiro de Linea. Y allí se desbordó la Fe. Jesús Cautivo y nunca abandonado se disponía enérgico e implorante como siempre, pero más cercano. Podías pasar tras de él y ante Ella. María la de las Mercedes.

En el paso de la Milagrosa que parecía hecho para una procesión de gloria una vez que la pandemia se acabe. Y allí me senté en un banco. Vi caras conocidas. Saludos de todas las maneras posibles y las Mercedes de María desde todo lo alto. Se me fue la mente a aquel pasado septiembre en el que pude estar encima de aquellos escalones para pregonarte Señora. El último de tus hijos. El que te veía venir cada Lunes Santo desde el parque. El que sigue soñando con tu sonrisa cuando en la distancia se difuminan tus lágrimas. Y ahora estaba allí sentado mirándote con el dolor del alma, donde duelen las cosas que importan. Empecé a notar ese peso en los ojos, el de las lágrimas que suele arrancar la pena. Hasta que una de esas tantas sonrisas que tengo como hermanos me llamó desde el prebisterio.

La pregunta fue intracesdente, se notaba que sólo quería entretenerme. Me señaló a mi Lola allí detrás de su Cautivo un Lunes Santo más y eso me reconfortó tanto que cambié la pena por la fotografía. Arriba seguía mi Virgen, la que vistió de letras mis madrugadas el pasado año. Acabé el día soñado y esperado con ese sabor agridulce que este año caracteriza la Semana Santa.

En el epílogo visitamos San Bernardo y la Milagrosa más felicitaciones a las priostías y hermandades. Eso si termino el Lunes Santo que si debutara como torero estaría entre llamarme "el Niño de las Agujetas" o "Reventaito de Triana". Descansen y sean felices, con mascarillas.

SPQR: Sevilla Patriaque Rumores.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.