Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • jueves, 25 de abril de 2024
  • faltan 353 días para el Domingo de Ramos

Jueves pastoreños. Historia. El cuadro primitivo, reclamado y reproducido (y II). Francisco Javier Segura Márquez


Esta revolucionaria hipótesis viene respaldada por el curioso apunte de las cuentas generales de la hermandad (Caja 20, carpeta 312, fol. 43v), en el que aparece un pago de 120 reales a un pintor por realizar una representación de la Divina Pastora que se entregó al convento. No consta el pintor de la misma, pero la fecha, 1718, invita a unir ambas cuestiones. Hay que seguir planteando hipótesis: ¿pudo ocultarse el lienzo primitivo para hacer ver que se entregaba el original? ¿Se hizo una obra diferente “en rescate” del lienzo que ya gozaba de veneración por parte de los fieles? Si repasamos la colección pictórica del convento de Capuchinos, sólo hay una pieza que pueda vincularse a todas estas circunstancias históricas: el famoso “cobre”, pintado por Tovar que, en relicario de plata, conserva la comunidad como verdadero cuadro primitivo.

¿Llevaba verdaderamente ese cobre la identificación de “primera pintura que ha existido de la Divina Pastora” y por ello el padre Ardales la toma por primera representación cuando recupera el convento a finales del siglo XIX?.

La coexistencia de ambos iconos, hasta ahora polémica en grado sumo, tendría ahora pleno sentido: la Primitiva Hermandad, para salvaguardar su imagen primitiva, habría podido entregar una obra a los frailes bajo esa falsa identificación, manteniendo en su propiedad el icono primigenio. Si fueron los religiosos los que pidieron ocultar todas las representaciones, es natural que ocultaran en el convento este cobre del siglo XVIII al que luego darían salida con el tiempo, recuperando su denominación de pintura primitiva.

Esta es una de las curiosas historias que caminan asociadas al lienzo primitivo que venera nuestra hermandad. Una pieza que, mantenida en uso para los cortejos procesionales de la Corona Seráfica hasta el siglo XIX, perdió su estandarte original pasando a ser pintura de pared. Ello favoreció su conservación hasta nuestros días.

Hoy, contemplándola, miramos con nuestros ojos la original devoción de los hermanos de la Primitiva Hermandad, testigo de los primeros pasos de la devoción, amor de Fray Isidoro y tesoro de la Iglesia de Sevilla.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.