Sun Tzu cofradiero. Antonio Sánchez Carrasco

Para aquello neófitos en la materia Sun Tzu fue un General Chino (sin rima), que escribió un tratado sobre el arte de la guerra, unos cuantos de siglos antes de que Pilatos se comprara la palangana y cuyo texto sigue sirviendo no sólo para la guerra sino para la vida en general.

Así un día de esos extraños que te da el segundo verano de pandemia, empecé a releer aquel libro que me leí en tiempos universitarios y que esa noche de julio de 2021 me hizo pensar en el mundo cofrade en general y en esta ciudad tantas veces madre y madrastra a la vez. Y como hice en mis tardes de universidad cuando aún creía en poder cambiar el mundo, lo abrí de manera aleatoria y distinguí la primera frase. "Quién no tiene metas es poco probable que las alcance". Así de memoria aquella frase retumba en mi cabeza un buen rato. ¿Quién tiene y quién no tiene metas en el universo cofrade?. Aquel que se presenta a hermano mayor, suele alcanzar su meta, algunos tras varios intentos, aunque otros llevan una intrahistoria detrás que los aleja de esa meta por no tener esa "pureza" en su vida personal lo que les obliga a abandonar sus metas de vara dorada y otros miles de ejemplos en esos primary colors que a veces acaban como el Rosario de la aurora, a farolazos. Y seguro que todos conocemos ejemplos.

Luego está como meta la vuelta al culto externo, siempre en momentos epidemiologicos que lo permitan, todos admiramos los protocolos  que se preparan en otros ámbitos de la vida para volver a una normalidad controlada. En la fe callejera de momento que sepamos no hay metas puestas con lo que será más complicado alcanzarlo como destino.

Y todo esto porque Sun Tzu no era Cofrade y los que tenían alrededor eran chinos y no capillitas. Nadie pondría en duda sus guerras o sus vestimentas o sus costumbres. Ni tendrían que soportar a gente como yo escribiendo sobre sus decisiones ni por supuesto unas redes sociales incendiarias que la mayoría bajo obvios pseudónimos le darían más dolores de cabeza que unas catapulta.

Sin embargo el Sun Tzu actual en Sevilla vendería "silla a tres euros". Y te diría "ten cerca a tus amigos pero también a tus enemigos". O lo que es lo mismo cuando llegues tarde a la salida de una cofradía controla a las personas de la bulla y dale la razón  y hasta pipas a la señora del pelo cardado que a las primeras de cambio le dice a todo el mundo que lleva ya allí cuatro horas. Esa es la que marca los destinos de que veas bien la cofradía o no.

Sun Tzu no fue sevillano, ni siquiera estuvo en Europa lo que hasta Sun Tzu vería es que a este paso vemos antes un dragón de fuego celebrando el año nuevo chino (sin rima) por las calles, que una cofradía con banda pues como ya dijo el general Chino "tienes que creer en ti mismo" y aquí parece que hace años que vivimos la fe a escondidas, como si fuéramos culpables de algo, y además nos fijamos más en lo accesorio que en la esencia y así  según Sun Tzu se ganan pocas batallas.