Coram populo, coram Deo. Antonio Sánchez Carrasco

La vuelta al culto externo nos trae de cabeza a los que lo echamos de menos y a los que no, también.  Porque es algo que tarde o temprano tendrán que restaurar y está claro que no saben cómo hacerlo, o aún tienen que cuadrar muchas cosas empezando por Palacio, para llevarlo adelante .Todo el mundo habla de toros, fútbol,  conciertos..., para decir que se aforan dentro pero no se fijan en los exteriores , ¿donde se sitúa la gente antes de un evento de esa magnitud?. Está claro que todo queremos la vuelta a lo que fue, aunque no tenemos claro si cuarenta y tantas personas se pueden meter bajo un paso y después moverse por la Ciudad entre relevo y relevo. Puedo llegar a entender lo de las bandas en la sección viento por aquello de la saliva aunque tampoco se ha demostrado que la música de viento contagie sea del tipo que sea.

¿Las macro bandas tendrán que reducirse?. ¿El público tendrá que usar mascarilla cuando no haya posibilidad de distanciarse?. ¿Los templos  aforados no podrán con tanta gente dentro?. Muchas partes de la carrera oficial no tendrán el tan cacareado espacio de seguridad.¿ Los nazarenos usarán mascarilla hasta que se pongan el antifaz?, habrá que hacer acopio de maderas para hacer andas y lo primero que deberá haber será un decreto nuevo del Pastor, porque si no aquí no sale ni Dios, nunca mejor dicho. Todo esto sale de la imaginación sobre el futuro porque de momento nadie ha esbozado nada. A diferencia con la Feria aunque suene a globo sonda lo aparecido, o los toros,  la Semana Santa sigue su particular valle de lágrimas o más bien de silencio.  Un silencio atronador que nos hace temer lo peor. O que hasta 2023 no haya nada que rascar, o que si se pone algo en la calle va a ser ad experimentun. Si es este segundo argumento tenemos un otoño de Glorias para ir probando todas las variables del estudio. No lo dejemos para sus majestades los Reyes que una vez que nos dejen el carbón ya no hay otro evento multitudinario hasta el viernes de Dolores. Miras las redes sociales como pulso a la opinión y es para salir corriendo.

Pertenezco al Clan de los Costaleros de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y fui el primer trombón que tuvo la Redención,  soy el primero que quiere una Semana Santa como la de 2019. Está  claro que la Semana Santa tiene sus señas de identidad, sus características que la distinguen. Pero hay que recordar que lo primordial es que salgan las imágenes no los aditamentos que  lleven alrededor o debajo. Aquello de que salgan como siempre o mejor que no salgan,..., mejor no voy a calificarlo. A mi modo de ver lo fundamental es que salgan y que cuando sanitariamente se pueda recuperemos todo lo que antes teníamos  y nos dejemos de tratar de componer el pensamiento único y recordemos que aunque nos guste todo de la Fiesta, estamos hablando de devoción y no de afición.

#LosLunesalSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.