Navidad en Sevilla. Andrés Delgado Jurado

Primeros fríos de Diciembre. Sevilla se prepara para vivir de nuevo, una de las épocas más hermosas en la ciudad, la Navidad. Luces que decoran escaparates de cada comercio y dan vida a calles del centro y la periferia de los barrios.

La Giralda presenta escarcha en la caliche de sus paredes, como si de una nevada se tratase, donde a los pies de la misma, la catedral se convierte en Belén, para que con el alegre repiqueteo de las campanas, Sevilla de la bienvenida a aquel que de los males nos salva.

Las iglesias y distintas instituciones colocan el nacimiento, mientras que una intensa luz recorre cada calle, para iluminar aquellos oscuros hogares por las difíciles circunstancias vividas en el momento, como cual vela apagada.

Olor a pan de leña, a dulces garrapiñados y a un ambiente peculiar en estas fechas, que da acogida  a sevillanos y foráneos, aquellos que con los ojos vidriosos y la mente llena de recuerdos, mandan un beso al Cielo, felicitando las fiestas a los que ya no están presentes y de nuevo otro año más faltarán en sus mesas. Campanadas que anuncian la llegada de un nuevo año, en el cual se pide Salud y Amor para ir viviendo momentos que en lo más hondo de nuestro corazón quedarán guardados.

Época que finaliza con una lluvia de caramelos en todo su esplendor, por todos los puntos de la Ciudad, en la noche de la ilusión. Una estrella candente que tiene su humilde morada en el barrio de Triana guiará a Baltasar, Gaspar y Melchor, para ofrendar a Jesús con Oro, Incienso y Mirra.

Navidad de villancicos, nieve, belenes y amor. ¡Qué Sevilla despierte, que la Navidad ha llegado, mientras que en mi cara escribo: "pidamos paz en el mundo y ayuda a los necesitados". El momento de adorar al niño dios está presente otro año. Adoremos de nuevo, al rey de los cristianos!