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Martínez Camino afirma que la instrucción pastoral "no es un documento político, sino moral"


La instrucción pastoral "Orientación morales sobre la situación de España" aprobada en la última Asamblea Plenaria, fue presentada el 29 de noviembre, en la sede de la CEE

Arte Sacro. La Instrucción Pastoral "Orientaciones morales sobre la situación actual de España", que los obispos aprobaron en la última Asamblea Plenaria que se ceebró del 209 al 24 de noviembre. El Secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, presentó el texto completo. Explicó también que el documento no es de carácter político, sino “una perspectiva moral sobre la vida pública” yque “recoge el fruto de la reflexión de los últimos años”. El portavoz de la CEE afirmó que el documento no es una imposición y sí una proposición. A este respecto, señaló que el espíritu de este texto es “esperanzado, constructivo y propositivo”.

La Instrucción consta de tres capítulos, precedidos por una introducción y culminados con una conclusión, en los que se describe la situación actual y se analizan sus causas; se realiza una llamada a superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento, asío como a poder anunciar en libertad la fe en Dios y en Jesucristo; y se propone un reforzamiento de la identidad católica para llevar a cabo cualquier acción en la sociedad y se anima explícitamente a los católicos a vivir la caridad social para el fortalecimiento de la vida pública. Así en el capítulo primero destaca datos relevantes de la historia reciente de España, en la que expresa el elemento positivo del advenimiento de la democracia y otro negativo como es el desarrollo "alarmante del laicismo en nuestra sociedad".

Libertad religiosa

Por ello Martínez Camino destacó que “los católicos estamos en condiciones de reconocer y acoger de buen grado los logros de la cultura de nuestro tiempo, como son el avance del conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, el reconocimiento formal de los derechos humanos, en particular, de la libertad religiosa, o las formas democráticas de gobierno de los pueblos”.

El texto indica que "el laicismo radical y excluyente , impulsado por algunos sectores, está en la base de algunas legislaciones, promovidad recientemente en España, que deterioran gravemente el bien común de una sociedad, formada en buena parte por los católicos". En este sentido, continúan explicando en el capítulo III, que una de las mejoras de la democracia debe ser "el respeto y protección de la libertad religiosa, donde se recoge que un Estado laico, verdaderamente democrático, es aquel que valora la libertad religiosa como un elemento fundamental del bien común, digno de respeto y protección; el terrorismo, intrínsicamente perverso, del todo incompatible con una visión moral de la vida, justa y razonable". En este punto la instrucción pastoral afirma que es objetivamente ilícita cualquier colaboración con los terroristas.

Los nacionalismos y sus exigencias morales

En cuanto a la participación de los católicos en la vida pública y el fortalecimiento de su fe, el texto subraya que "estimular a los católicos para que se hagan presentes en la vida pública y traten de influir en ella, no quiere decir que pretendamos imponer la fe ni la moral cristiana a nadie, ni que queramos inmiscuirnos en lo que no es competencia nuestra. En este asunto hay que tener en cuenta una distinción básica. La Iglesia en su conjunto, como comunidad, no tiene competencias ni atribuciones políticas. Su fin es esencialmente religioso y moral".

Los obispos aportan también unas palabras sobre los nacionalismo y sus exigencias morales. En el punto 73 del capítulo III, explican que "la Iglesia reconoce, en principio, la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la unidad política de España. Pero enseña también que, en este caso, como en cualquier otro, las propuestas nacionalistas deben ser justificadas con referencia al bien común de toda la población directa o indirectamente afectada. Todos tenemos que hacernos las siguientes preguntas. Si la coexistencia cultural y política, largamente prolongada, ha producido un entramado de múltiples relaciones familiares, profesionales, intelectuales, económicas, religiosas y políticas de todo género, ¿qué razones actuales hay que justifiquen la ruptura de estos vínculos? Es un bien importante poder ser simultáneamente ciudadano, en igualdad de derechos, en cualquier territorio o en cualquier ciudad del actual Estado españo"l y en este sentido se preguntan "¿Sería justo reducir o suprimir estos bienes y derechos sin que pudiéramos opinar y expresarnos todos los afectados?".










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