Arte Sacro
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De nuevo entre nosotros. Ya queda menos. Alberto de Faría Serrano


 Diluviaba  por la Puerta Carmona  un reguero de devoción y  se precipitaba un manto de bienes. A las puertas del vestigio romano se  abastecía un caudal de fe  incontenible e incontestable. Castañitas recién sacadas del horno para la segunda desapacible velada del adviento que nos trae un mejor Amparo que la anterior. Donde dentro de 2 meses cruzará una enorme tela que ilustren Capirotes peregrinaba la Sevilla bulliciosa y el pundonor del barrio. Tras los ventanales se desprende un run run cuaresmal, un rubor del oleaje que crea siempre la expectación del rito renovado: “Niña ya la has visto;”que guapa nos la han dejao”. A un lado y a otro de Águilas, el incesante ir y venir de fieles cumplía con milimétrica puntualidad cuaresmal el rito de ir a saludar a la vecina restablecida. Mas aún parecía que algo extraordinario estaba por suceder y  por instantes en alguna fantasía capillil se dibujaría la silueta simétrica de los  varales. No.  Mucho más sencillo y más humano;  acudían a una cita esperada y anhelada desde hace tanto. Stabat Mater inter nobis.

Atravesar la puerta ojival de San Esteban es y será en este preludio inmaculado atravesar el arco celeste del presagio de un Martes Santo idealizado, distinto y que se palpa en el brillo de los ojos de los hermanos y de los fieles. El murmullo expectante de los que se van a acercar a verla se vencía con la emoción  contenida o desbordada de los que salían  de la capilla. Tanta  o más que la que había generado el Besamanos del año pasado, la Doncella amparada por los suyos recibía el calor de todos. De nuevo entre nosotros estaba el Amparo y el consuelo de los desamparados, de los desheredados de la salud y los desafortunados en el viaje de la Sevilla del tercer milenio.

Más dulce que nunca. Más brillante que siempre. Más bella como jamás hayamos imaginado.  Su inmaculada  y fina mantilla de encaje y bordado  glorificaba la virginidad de su estirpe  y  la  pureza de su actual presencia material. Delicattessen la intervención de la cirugía de los divino del IAPH para quitarse el sombrero y postrarse de hinojos en una reverencia descomunal.  La suavidad de su bendita tez es ahora un regalo para los sentidos; una delicia para el gozo mariano; y una Causa de nuestra Alegría mañana -  hoy mismo a la hora del ángelus  para Antonio Sierra Escobar. Frente a frente estará la Delicadeza  de la Madre de los Desamparados y la prosa florida y encendida del fundador del pregón del Costalero. Hoy querido Antonio serás el patero que la lleve por las veredas del paraíso de tu recreación. Disfruta como nunca como aquellos martes santos que ibas bajo su amparo y protección. Hoy tu costal será el verbo emocionado y tu cadera el cimbreo del ripio y de tu talento.

No se lo pueden perder por nada del mundo. Al amanecer acudan a San Esteban en pos de la Madre de los Desamparados cuando solo falten 118 días para que atraviese con mimo y como no quiere la cosa la angostura ojival del corazón del barrio de la Puerta Carmona. Ya queda menos.









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