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Mons. Blázquez entregó los Premios ¡BRAVO! 2006


Arte Sacro. La Conferencia Episcopal Española entregó el pasado 23 de enero los Premios ¡BRAVO! 2006. Con estos galardones, la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social reconoce “la labor meritoria de todos aquellos profesionales de la comunicación en los diversos medios, que se hayan distinguido por el servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores evangélicos”. En el acto de entrega estuvieron presentes el Nuncio Apostólico, Mons. Manuel Monteiro de Castro; el arzobispo emérito de Mérida Badajoz, Mons. Antonio Monterio y el presidente de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Bilbao, Mons. Ricardo Blázquez, quien presidió el acto y ofreció unas palabaras a los asistentes al acto y presentó a los premiados de esta edición.


El Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Ricardo Blázquez señaló que no cabe mayor aspiración para una profesión que "la de profesar la causa del ser humano en la promoción y respeto a su dignidad y la del bien común: la verdad del hombre en su dimensión personal y su vida social. Esta es también la causa de la propia Iglesia, que ha hecho del ser humano, amado y redimido por Cristo, su camino en la historia".

Además afirmó que "esto explica, el que en unos premios, como son los Bravo, la Iglesia haya querido aunar la causa común que ella misma y la comunicación social comparten: el amor a la persona humana y el bien común, y premiar a quienes con su trabajo o con su trayectoria de vida la han encarnado. Esta es la razón también por la que la Iglesia y la comunicación social han de vivir necesariamente en amistad y buscar -con exquisito respeto de los respectivos ámbitos- caminos de colaboración".

Palabras de Mons. Blázquez

Por otra parte, Mons.Ricardo Blázquez manifestó que estos premios son, además, una prueba de que la visión de la Iglesia acerca del mundo de las comunicaciones sociales es positiva. No puede ser de otra manera si queremos ser fieles a la doctrina y espíritu del Concilio Vaticano II, que considera a los medios “maravillosos inventos de la técnica” (Decreto Inter mirifica, n. 1).

También explicó que pudiera parecer esto una utópica declaración, en contraste con la dura realidad del mundo de la comunicación, "gobernado frecuentemente por una dinámica puramente económica que deja de lado o, al menos, supedita el propio servicio social de toda comunicación social, si quiere ser tal. Incluso para muchos intentar una comunicación en la que primen los valores y los contenidos sobre los medios, la persona sobre la técnica, la cultura sobre el dinero, la persona y el público sobre el consumidor. Todo esto puede parecer un puro sueño, pero nosotros no queremos renunciar a este ideal, y nos alegra encontrarnos con testimonios ejemplares de este empeño que nos muestran que es factible".

El Presidente de la CEE presentó, así, a los premiados en esta edición:

"Entre los galardonados se encuentran el Premio ¡Bravo! Especial es para Joaquín Navarro-Valls, quien después de un prestigioso trabajo periodístico en diversos medios, ha servido durante más de dos décadas como Portavoz de la Santa Sede y director de su Sala de Prensa, llevando a cabo una gigantesca labor de renovación de los servicios informativos del Vaticano que han servido de manera excelente para mostrar en todas sus dimensiones humanas y espirituales el gran pontificado de Juan Pablo II, acercando la persona y magisterio del Papa a la opinión pública de todo el mundo.

El Premio ¡Bravo! de Prensa de este año ha correspondido al sacerdote y periodista Joaquín Luis Ortega. Su abnegado y excelente trabajo al frente de la Portavocía de la Conferencia Episcopal Española y en distintas realidades eclesiales del campo editorial y de la comunicación, como han sido la Biblioteca de Autores Cristianos y Ecclesia de las que ha sido ha sido director, Vida Nueva, Cadena COPE, hacen de Joaquín uno de los publicistas católicos más importantes de nuestra reciente historia.

Otro ¡Bravo!, esta vez de Radio es para el periodista Carlos Herrera, director del programa Herrera en la Onda, de Onda Cero. Este consagrado periodista se ha hecho merecedor de este galardón por su trabajo radiofónico en el que sabe conjuntar de forma magistral el rigor informativo con la profundidad en el análisis y el respeto en la crítica. Si hubiera que hacer un equipo o selección de la radio española, Carlos Herrera nunca estaría en el banquillo, sino que ocuparía un lugar destacado e indiscutible y además podría jugar en todos los puestos, al dominar con maestría todos los registros radiofónicos.

Acreedor del Premio ¡Bravo! de Televisión se ha hecho en esta edición el Ente Radio y Televisión Valenciana, por la excelente cobertura informativa realizada con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias y especialmente de la Visita del Papa Benedicto XVI a Valencia, tan cuidadosamente preparado por la Archidiócesis del Turia. Esta Televisión Autonómica, además de prestar un magnífico servicio público dando la señal institucional de estos eventos a todos los medios audiovisuales del mundo que lo han requerido, ha sabido demostrar con ello su gran profesionalidad y nivel al superar con creces este importante reto.

El Premio ¡Bravo! de Música es para Pasión Vega, verdadero aire fresco de la copla, abierto a la brisa de otros aires musicales. De ella diré, tomando prestada unas palabras del periodista Antonio Burgos que “no hace arqueología de la copla. Hace vida, de ahora, de siempre. Ha tenido el valor de quitarle el abanico y la bata de cola a nuestras canciones. Belleza a solas. Armonías.” También lo es en la coherencia de sus convicciones que traduce en el mensaje de sus canciones.

Coherencia y honestidad en la convicciones éticas, así como fidelidad a los principios que sustentan la condición humana, incluso en las situaciones en que la persona es mas denigrada es lo que muestra la película premiada con el ¡Bravo! de Cine: el film El noveno día, del director alemán Volker Schlöndorff, que pone de manifiesto, el testimonio real de un sacerdote católico prisionero en un campo de concentración nazi durante la II Guerra Mundial. Este galardón será entregado a su director en un acto que se celebrará el mes de septiembre con motivo de los 50 años de presencia del Jurado de la Organización Católica SIGNIS en el Festival de Cine de San Sebastián.

El Premio ¡Bravo! de Publicidad es en esta ocasión para la Campaña institucional de la ONCE sobre discapacitados, realizada por la agencia McCaen Erikson. La comunicación comercial hace en esta ocasión una clara apuesta por el fomento de los valores la solidaridad a la par que la defensa y promoción del papel social de los discapacitados. ¡Qué gratificante y necesario es en estos momentos cuando, como es el caso de esta campaña premiada, la creatividad de la comunicación se da de la mano del sentido social ya que ello reconcilia a la comunicación con su razón de ser más genuina: el servicio a la persona y a la sociedad! Mi enhorabuena a la ONCE y a los creativos de McCaen Erikson.

Dejo para el final dos premios Bravo para dos realidades comunicativas –una joven y novedosa en lautilización de las nuevas tecnologías y la otra con 75 años de servicio- nacidas del empeño esforzado de dos diócesis españolas modélicas en la pastoral de las comunicaciones sociales: me refiero al portal en Internet Análisis Digital, de la Fundación García Morente de la Archidiócesis de Madrid, y el Semanario La Verdad, de la Archidiócesis de Pamplona.

Análisis Digital es Premio ¡Bravo! en Nuevas Tecnologías por lograr en Internet ser un verdaderodifusor de información religiosa y del pensamiento cristiano ¡Enhorabuena por vuestro servicio a la Iglesia y a la sociedad!

Por su parte, el Semanario La Verdad es Premio ¡Bravo! al Trabajo Diocesano en Medios de Comunicación Social. En La Verdad de Pamplona rendimos homenaje a la labor callada, pero tan importante para la Iglesia, de las sencillas publicaciones diocesanas y a cuantos las hacen posible. ¡Gracias por vuestro servicio a la comunicación en la Iglesia!."

Por último, Mons. Ricardo Blázquez se dirigió a los premiados y les manifestó su admiración y reconocimiento hacia ellos y hacia sus trabajos a favor de una comunicación digna del ser humano, que se materializan en los estos galardones, "pero sabed que son más grandes en nuestro espíritu", concluyó.

Discursos de agradecimiento de Joaquín L. Ortega y Joaquín Navarro Valls

Tras recibir los galardones tomaron la palabra, en nombre de los premiados, Joaquín Luis Ortega y Joaquín Navarro Valls. Joaquín L. Ortega reconoció en su discurso que el ¡Bravo! de Prensa le llegaba como una “caricia otoñal” en el aniversario de sus bodas de oro sacerdotales.

Para el ex director de la BAC su “fórmula” de trabajo ha sido conjugar dos valores que consideró “sustanciales”: “la lealtad al Evangelio y una firme y cultivada eclesialidad”, con el “ejercicio de la libertad de los hijos de Dios”. Según expresó, está fórmula no es “un talismán”, pero le ha servido como “cayado para el camino” que le ha tocado andar.

Ortega calificó “el fenómeno de la secularización globalizada” entre lo más negativo de ese caminio y se refirió a la dimensión que ha adquirido en España, como “descristianización ramplante”, que “orilla a la Iglesia en la irrelevancia social”. .Asimismo, recordó la desaparición del periódico “YA”, fundado por la Editorial Católica, como uno de los aspectos negativos que le ha tocado vivir y que calificó como “la mayor pérdida del catolicismo español de los últimos tiempos”.

El español Joaquín Navarro-Valls, portavoz durante 22 años de la Santa Sede, en su breve discurso de agradecimiento recordó su anterior visita a la CEE acompañando a Juan Pablo II, precisamente para la inauguración de la sede de la Casa de la Iglesia, y afirmó que durante su larga trayectoria profesional al servicio de la Santa Sede, era mucho más lo que había recibido, que lo que había dado.

Explicó que en cualquier tipo de comunicación, el problema es “tener algo que decir”, y consideró una “tragedia de la comunicación a nivel mundial” los esfuerzos que se hacen por decir algo, por conseguir un espacio en un periódico para inventar algo en lo que no se cree.

“La comunicación periodística no puede ser más que la transmisión de una experiencia que uno considera verdad; sin esa experiencia, no hay comunicación. Si no se cree que la comunicación es verdad, no hay periodismo sino propaganda”, afirmó Navarro-Valls.

En este contexto, resaltó que durante sus años de trabajo como portavoz de la Santa Sede y director de su Sala de Prensa, nunca orientó su trabajo “a atraer el interés de la opinión pública”, sino que su intento se centró en “no defraudar las expectativas”, que la opinión pública ya tenía, pero no en crearlas.










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