Con la curia hemos topado. Francisco Márquez. La Voz de Cádiz

El 'caso Bancalero' no es nuevo en el Carnaval. Ya en 1993, Martínez Ares fue expulsado de la cudrilla del Nazareno y hace dos años el Obispado protestó contra el cuarteto ¿Vaya Cruz!

Ni que estuviéramos en los tiempos de la Inquisición. ¿Cómo por cantar una letra se pueden tirar por tierra más de dos décadas entregadas al palio de la Virgen de las Lágrimas». Con estas palabras, Francisco Javier Bancalero, ex capataz de ese paso, trataba de asimilar la comunicación de su destitución por parte del hermano mayor de la archicofradía de Columna, Luis Benítez Orellana.

No imaginaba Bancalero que la famosa letra cantada en la noche del sábado 27 de enero iba a traer tan drásticas consecuencias. Y lo que peor llevaba era el hecho de que el propio Benítez le recriminase por haberla cantado. «No creo que hayamos insultado a nadie y todo Cádiz está de acuerdo en lo que cantamos. ¿Qué pretendía que yo no la cantase?»

A poco menos de dos meses para la salida procesional de la archicofradía de Columna, la destitución de Bancalero ha sacudido al mundo cofrade, tanto por la forma y el trasfondo, como por lo cercana que tenemos la Semana Mayor.

Asimismo, hay que aclarar que, según el propio Bancalero, en la documentación entregada al Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Cádiz su nombre y apellidos figuran como responsable del paso del Resucitado, por tanto, estamos hablando de una destitución doble, ya que el corista perdería el martillo de la Virgen de las Lágrimas y el del propio Resucitado.

Además otra cuestión que añade más cizaña al tema viene motivada por el hecho de que en los mentideros cofrades se da casi por hecho que este año sí se permitirá el traslado en parihuela, como ya ha solicitado la propia junta de gobierno encabezada por Benítez. Por tanto, de confirmarse este extremo la medida definitiva sólo serviría para dar la razón a la ya mítica letra.

Finalmente, hay que resaltar que Bancalero ha declarado sentirse «dolido por una decisión tomada por amigos míos y en la que según me dicen el cura no ha influido».

Precedentes

De todas formas, hay que recordar que su caso no es el primero que provoca divergencias entre el mundo del Carnaval y el entorno cercano a la Iglesia. En el año 1993, la comparsa de Antonio Martínez Ares, Los miserables, cantó un pasodoble en el que cuestionaba seriamente la figura de Juan Pablo II. En aquella ocasión, la medida de represión le costó al conocido comparsista su puesto en la cuadrilla de cargadores del Nazareno, de la que fue expulsado. Martínez Ares se desquitó, en cierta forma, al año siguiente dedicándole un pasodoble a la imagen del Greñuo.

El precedente más cercano, aunque no con una consecuencia tan dura, lo encontramos hace dos años con el cuarteto sevillano ¿Vaya Cruz! y su representación sobre la Pasión de Cristo. En aquella ocasión, el Obispado manifestó públicamente su repulsa al considerar que «la imagen de Jesucristo había sido ultrajada» y pidió que se tomasen «las medidas oportunas contra los responsables del suceso».