Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 20 de abril de 2024
  • faltan 358 días para el Domingo de Ramos

Opinión. La vara dorada. Juan Manuel Labrador Jiménez


Es importante seguir el mensaje de Cristo, permanecer siempre atentos a lo que Él quiere decirnos para mantenernos cerca de su amor al cumplir sus doctrinas. En nuestras Hermandades, sin duda, hay una figura clave y trascendental, como es la de aquel que, elegido por sus hermanos democráticamente, ostenta el cargo de Hermano Mayor. 

¿Quién es o debe ser realmente un Hermano Mayor ? Un individuo que se limita a cumplir un mero protocolo social dentro de la vida urbana de la ciudad y que, últimamente, se convierte en una persona destacada que surge de la nada, puesto que antes de ostentar el cargo nadie lo conocía... Craso error. Dios, como Padre Nuestro que es, lo hace todo partiendo desde la humildad y la discreción, pero haciendo patente su Palabra entre nosotros. Un Hermano Mayor ha de hacer exactamente lo mismo, y estar pendiente de sus hermanos, de atenderlos y orientarlos, de escucharlos y estar cerca de ellos en plena igualdad, porque ante los ojos de Cristo, nadie es más ni nadie es menos.

Decía un viejo cofrade que ocupó dicho cargo de responsabilidad en su Hermandad, que la vara dorada es muy llamativa y reluciente, y que da mucha elegancia al que la porta, pero hay que ver la de sinsabores que traía consigo ese dorado, cuando todo se hacía por y para sus hermanos, y tratando de no defraudar a nadie. Ese es el objetivo de todo cofrade, el servicio, y más aún cuando ese cofrade es el cabeza de todos ellos, y como su labor no empiece por ahí, malas consecuencias puede acarrear la situación.

Hace unos años, José Luis Garrido Bustamante escribió un acertadísimo soneto en el que manifestaba textualmente “Esa vara que llevas... ¿es tu vara?... / La arrancaste, acaso, de la mano / sudorosa de esfuerzo de ese hermano / al que ahora no miras a la cara?...”, lo que es un claro reflejo de los tintes políticos con los que últimamente se tiñen nuestras corporaciones cofrades.

Un Hermano Mayor no es un líder político, no debe hacer bien las cosas para satisfacer su ego, tratar de alcanzar un reconocimiento, asegurarse con sus proyectos la reelección al cargo por un segundo mandato, o, incluso, para seguir en la junta tras haber ostentado el mayor puesto de responsabilidad porque piense que sin él, todo se irá a pique... Nadie sobra en las cofradías, pero tampoco nadie es imprescindible, pues ha de quedarnos muy claro que el único y gran Hermano Mayor está en el Sagrario, y que su modelo es el único a seguir e imitar, porque para eso Él es el Maestro.

Llevemos siempre, siempre, siempre por bandera una palabra ya citada en líneas anteriores, como es “humildad”, y que nuestros Hermanos Mayores, como cabezas visibles de nuestras Hermandades, sean la que lleven constantemente a gala para así mostrar a la sociedad lo que somos los cofrades: cristianos comprometidos con el Mensaje de Cristo.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.