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La llama de los Moya sigue viva. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.


Nace la Fundación Juan Moya con el propósito de trabajar por la formación de los cofrades y de mantener el ejemplo que dieron Juan Moya García y Juan Moya Sanabria a lo largo de sus vidas tanto en sus parcelas privadas como públicas

EL compromiso público como católicos, la alianza entre la cultura y la fe, las cofradías como instrumentos válidos de evangelización e instituciones idóneas para vivir esa fe, la ética ejercida en la vida privada y en la pública, la generosidad propia del docente al transmitir el oficio tanto de padres a hijos como de abogados veteranos a letrados noveles. Todos estos valores, que marcaron las vidas de los abogados Juan Moya García (1923-2003) y Juan Moya Sanabria (1951-2007), pretenden ser mantenidos y difundidos en la fundación, de personalidad civil, que promueven en las últimas fechas sus descendientes, animados por los amigos más íntimos de ambos. El prematuro fallecimiento de Moya Sanabria, ocurrido el pasado 22 de enero, ha sido el impulso definitivo para buscar un cauce válido en el que los valores de los que hizo gala en vida no se pierdan y puedan ser conocidos por generaciones posteriores de la ciudad. Los dos fueron abogados. Los dos, pregoneros de la Semana Santa.   Y los dos recibieron la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort. Moya García estaba considerado como uno de los grandes maestros de la abogacía en la ciudad. Convirtió el despacho de la Plaza de la Contratación en un referente del gremio. Estaba considerado como una personalidad más que notable en la Sevilla cofradiera y durante su vida fue un estrechísimo colaborador del Arzobispado. Moya Sanabria fue hermano mayor de los Estudiantes, senador del PP por Sevilla y directivo del Real Betis.

El artículo primero de los estatutos es revelador: “ La Fundación Juan Moya   se constituye en recuerdo y homenaje a dos personas que trabajaron en la defensa y promoción de los valores cristianos y en su divulgación dentro de la sociedad, concibiendo las cofradías y hermandades como el mejor instrumento actual de evangelización”.

Los esfuerzos de esta fundación se centrarán en la formación de los cristianos y cofrades, tal como explican los promotores de la iniciativa: “Pero pensando no solamente en el provecho que pudiera reportarles desde un punto de vista personal, sino, principalmente, teniendo en consideración los beneficios que en la sociedad actual puede tener la proyección de los principios y valores cristianos.  Pensando no en una fe encerrada y teórica, sino concibiendo al cristiano como un instrumento de evangelización, ya que si algo caracterizó a las personas de las que toma su nombre la fundación fue la promulgación de sus creencias y valores en todos y en cada uno de los ámbitos de actuación: en la familia, en el derecho, en la política  y, en general, en la sociedad”.

Y el objetivo de formar a los cofrades no debe sorprender a nadie que tuviera la oportunidad de conocer a los homenajeados: “De todos es conocido que tanto Juan Moya Sanabria como Juan Moya García encontraron en el mundo de las hermandades de Sevilla, y concretamente en la Hermandad de los Estudiantes, un punto de referencia donde desarrollar su fe. Por ello, estaban y estamos convencidos que las hermandades, lejos de ser centros de expresión cultural, son y deben ser instrumentos de evangelización. Las hermandades y cofradías están al servicio y son parte integrante de la Iglesia,  son instrumentos de evangelización de una fe y de unos valores que tanta falta hacen en la sociedad actual”.

La fundación organizará y subvencionará cursos que sirvan para promover los fines fundacionales.

El logotipo: Cultura y Fe

Sobre un libro que representa el mundo del Derecho, en recuerdo de las profesiones de padre e hijo, emerge un lirio morado, la flor más característica que suele adornar casi todos los Martes Santos el paso del Cristo de la Buena Muerte , a cuya cofradía se entregaron en cuerpo y alma los dos homenajeados en la nueva fundación. El logotipo pretende aunar el mundo de la cultura y de la fe, un propósito que marcó las vidas de ambos personajes como hermanos destacados de la cofradía de la Universidad.

Nota: Noticia publicada el sábado 13 de octubre en Diario de Sevilla.










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