Diálogos en la calle. Una de desagradecidos en el pasado puente festivo y mejor ni investigues. K-pirote.

K-pirote, ¿qué tal el puente de la Inmaculada?

-Pues muy bien. Me he pasado los días de besamanos en besamanos, para qué te voy a engañar.

-¿Y qué tal? K-pirote ¿Algo digno de comentario?

-De todo, de todo… Me ha gustado mucho el dosel inmaculado de la Redención, la sobriedad del de Madre de Dios de la Palma, la Virgen de los Dolores de las Penas, las rosas blancas del Silencio, la originalidad desconocida del de San Buenaventura, los Ángeles de los Negritos... En fin, no me puedo quejar.

-K-pirote, para, para el carro… Que me vas a dar un pregón y todavía queda para mucho para el 9 de marzo. Deja algo para Burgos.

-Como me has preguntado, pues te contesto. Simplemente.

-K-pirote, me refería a chascarrillos, hombre, que seguro que te has enterado de cosas interesantes con tantas vueltas como te has dado.

-Pues exprésate mejor, hombre. Pues me han comentado el cabreo sordo, sordísimo, de dirigentes del Silencio con Eduardo del Rey, flamante consiliario segundo que algún osado cronista dominical sitúa una y otra vez como futuro hermano mayor bautizándolo erróneamente como ‘infante’. Aunque te digo que ha sido sordo me he enterado, porque me fui a cercevear la noche del sábado al Donald, cuartel oficioso de la Quinta Angustia, el Calvario y cada día más del Silencio, y no veas cómo largaban algunos destacadísimos hermanos de esta cofradía…

-¿Y qué ha hecho ahora ese buen hombre?

-Pues recordaban que la hermandad tuvo que dar la cara ante determinados periodistas para que resplandeciera la verdad de los resultados del cabildo electoral. Ya sabes que algunos informaron de que se había producido un voto masivo de castigo contra Del Rey, lo cual parece que no fue cierto. Entre tinto y tinto, alguno recordaba que la hermandad reaccionó institucionalmente ante lo que consideró un “cebamiento público e injusto”.

-¿Y a qué viene eso ahora K-pirote?

-Pues a que al besamanos acudieron varios de esos periodistas. Y, por lo oído, le faltó tiempo a Eduardo Del Rey para pelotearles y bromear con ellos en el mismo atrio, delante de todos. Esa conducta fue la que, al parecer, enojó a algunos. “El tío se comportaba como si nada hubiera pasado”, decía un alto cargo mientras zampaba aceitunas en el Donald.

-Ya, ya… K-pirote, lo comprendo. Pero no me sorprende. Esta ciudad es así. No me sorprendió la actitud de este señor el día de la votación del pregonero, ni me sorprende lo que me cuentas ahora de él. Cuando unos se rompen la cara llamando a las redacciones de los periódicos por salvar su reputación, este señor, lejos de dar un discreto paso atrás y ser agradecido, se dedica a seguir cultivando relaciones y de qué manera, por lo que me cuentas, en el mismo atrio de la hermandad que lo ha acogido en su junta de gobierno reflotándolo a la vida pública, ¿no?

-Exacto. ¡Eso mismo largaban en el bar que te digo! Esos, exactamente, eran los argumentos de los enfadados. Me quedé de piedra. Te lo prometo.

-Ay, K-pirote, a veces pareces nuevo en esto… Anda, sigue viendo besamanos. ¿No sabes que este puente siempre es de tunos…y de tunantes? Y ya me dirás los nombres de esos periodistas, que te noto reservón.

-Oído, oído cocina. Te los daré. Se trata de dos. Y muy conocidos.

¡Oído cocina!

K-pirote hoy mejor te pido que no investigues... Miedo me da como te enteres porque durante el pasado besamanos la Virgen de los Ángeles, titular de la hermandad de los Negritos no estrenó el rosario del que tu hablaste... Cuando se quiere, hay argumentos para todo...