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“Amargura y Esperanza”: Un Cartel que ha regalado Luz y Vida. José Manuel Pérez Bernal.


 El Cartel de la Semana Santa de Sevilla del año 2008 ha sido el artífice de una de las más importantes campañas realizadas en España de concienciación por las donaciones de órganos.

Emilio Díaz Cantelar, pintor al que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla encargó el cartel, introdujo discreta y elegantemente un mensaje de homenaje a los donantes de órganos, escrito en una vela del paso de palio de la Virgen de la Amargura. Afirma que su esposa, Enriqueta, trasplantada de hígado y de riñón, está viva gracias a su donante y que necesitaba saldar una deuda de vida con la solidaridad anónima.

“Una luz por la vida”

Al cartel lo tituló “Amargura y Esperanza”. Esas dos palabras tan cofrades simbolizaban el dolor ante una enfermedad terminal y la esperanza que significan los trasplantes. También lo interpretó como la soledad, la pena y la tristeza de las familias de los donantes fallecidos, que se transforma en esperanza y en otra oportunidad en la vida para muchos enfermos.

Manuel Román, Presidente del Consejo, inmediatamente captó que este cartel podía convertirse en un foco de concienciación ciudadana hacia las donaciones de órganos, un tema con el que Sevilla aun necesita ser más receptiva. Tras reunirnos en casa del pintor, surgió una iniciativa, a la que llamamos “UNA LUZ POR LA VIDA”. Invitó a los Hermanos Mayores de todas las Hermandades de Sevilla a que hicieran realidad el cartel, colocando velas o cirios dedicados a los donantes de órganos en los pasos de sus titulares.

 Amargura y Esperanza

La Hermandad de la Amargura, protagonista del cartel, organizó el Jueves de Pasión, inmediatamente antes de la Semana Santa, un acto pleno de emoción en el que el Cardenal de Sevilla “fundió” el cirio simbólico del cartel en un candelabro del paso de palio, que se dejó vacío a tal efecto.

Cristóbal Cervantes, presentador de Sevilla TV, fue introduciendo a los ponentes. Tras el Hermano Mayor de la Amargura hablaron el Presidente del Consejo de Cofradías y el Coordinador de Trasplantes. Ana María Rubio, madre de un joven que fue donante de órganos, emocionó a los presentes.

 Dijo que su hijo Fernando no había muerto, pues volvió a nacer en otras personas a las que salvó la vida. Pili del Castillo, saetera que llegó a perder la voz mientras la mantuvo viva una máquina de hemodiálisis, intervino como ella sabe: cantando una saeta con su potente y armoniosa voz recuperada tras su trasplante renal. Cambió la estrofa final de la clásica saeta “Amargura”:

“Gracias te doy Madre mía por poderte hoy cantar, porque me han regalado una segunda oportunidad”.

La madre del donante entregó el cirio a Enriqueta, la esposa del autor del cartel, y esta se lo dio al Cardenal, quien lo “fundió” en el candelabro del paso de palio mientras un cuarteto de música clásica tocaba la marcha “Amargura”.

Fueron momentos de gran intimidad y emoción.

Pocas veces se ha realizado un homenaje a los donantes de órganos de una forma tan sentida y emotiva. Para finalizar, el Cardenal nos dijo que Cristo fue el primer donante y todos nosotros los trasplantados. Insistió en que la donación de órganos es el mayor acto de amor y un deber para todos. Recordó el título de su Carta Pastoral: “No te lleves al cielo lo que necesitamos aquí”.

 El ejemplo de la Hermandad del Sol: “Dar para recibir”

La Hermandad del Sol nos organizó en plena Cuaresma una charla - coloquio sobre donaciones y trasplantes. Al finalizar, todos los costaleros, casi 100 hombres, se fotografiaron mostrando sus “Tarjetas de Donantes” ante sus imágenes. Les acompañaba una mujer muy especial: Eva, vecina del barrio, trasplantada dos veces de hígado y que pudo ser madre tras ello.

Cuando faltaban 7 días para la Semana Santa, el Hermano Mayor, Francisco Javier Parrado, nos volvió a llamar para colocar en los pasos del Cristo y de la Virgen unos cirios con la leyenda “DAR PARA RECIBIR”. El acto llenó de emoción a los numerosos hermanos presentes. Cuando la cofradía salió a la calle el Sábado de Pasión, allí estábamos para dar las primeras “levantás” de los pasos, dedicadas a los donantes de órganos. El capataz, José Manuel Palomo, les “arengó” hablándoles de solidaridad y de vida. Eva, con su hijo Fernando junto a ella, fue quien golpeó el “martillo” en nombre de todas las personas trasplantadas. Los costaleros impulsaron hacia “el cielo”, con mas fuerza y emoción que nunca, a Dios y a su Madre. Es su forma de rezar y de ser solidarios.

Nos sorprendió que los nazarenos y costaleros entregaban al público presente estampas de sus titulares con una leyenda impresa: “Hazte donante de órganos, como yo”. Todo el barrio del Plantinar, de Sevilla, olía a azahar, incienso y a solidaridad.

 Solidaridad en la Hermandad del Dulce Nombre de Bellavista

El Viernes de Dolores sale la Cofradía del Dulce Nombre por las calles de Bellavista, un barrio situado al sur de Sevilla. Alfonso Lozano, su Hermano Mayor, nos llamó para que encendiéramos los cirios dedicados a los donantes de órganos instalados en los dos pasos.

La Virgen del Dulce Nombre, una imagen increíble de Luis Álvarez Duarte, estaba en su paso de palio rodeada de rosas y claveles de un tono rosa muy especial, llamados “dulce nombre”. El Cristo de la Salud ya estaba “cautivo” en un paso de grandes proporciones, que en Sevilla llamamos “barco”.

Los hermanos estaban entusiasmados con el contenido solidario al que habían dedicado su estación de penitencia. La madre de un joven donante y una niña de 6 años trasplantada de riñón encendieron las velas. Esta madre nos emocionó cuando agradeció este gesto hacia los donantes de órganos y nos dijo que su hijo no había muerto, que seguía vivo en muchas personas. Afirmó que la donación le significó un consuelo para su dolor y que se sentía orgullosa de lo que hizo.

Tras unas palabras emocionadas de Elena Correa, Enfermera Coordinadora de Trasplantes, el Hermano Mayor y su Junta Rectora se fotografiaron con sus Tarjetas de Donante para ejemplo de los hermanos y de todo el barrio. Afirmó que cuando los mensajes solidarios surgen desde los más íntimos sentimientos religiosos, llegan directamente al corazón. Agradeció al mundo cofrade este homenaje a los héroes anónimos que salvan vidas y la labor de concienciación con las donaciones de órganos.

Muchos Hermanos Mayores y líderes políticos de Sevilla que asistieron al acto nos prometieron su apoyo.

Una “historia maravillosa” en la Hermandad de Los Negritos

 “Una historia maravillosa” se titula el artículo que Julio Sanz, Alcalde de la Hermandad de Los Negritos, ha escrito en el último Boletín. Son historias que narran el milagro de la vida gracias a las donaciones de órganos. En todos los boletines se recuerda este tema que incluso se trató, elegantemente, en una portada.

En la Hermandad de los Negritos continuamente se hacen homenajes a los donantes de órganos, no solo porque son hermanos un cirujano, un anestesista y el Coordinador de los Equipos de Trasplantes de Sevilla, sino porque nuestro Cardenal es el Hermano Mayor. Además, la Junta de Gobierno es un ejemplo incansable en la concienciación sobre este tema de solidaridad cristiana.

Este año, por la lluvia, Paco Garrido no pudo hacer la “petalada” desde la espadaña de la capilla con la que cada año, después de su trasplante de corazón, da gracias a la Virgen por la vida. Pero si pudo llorar de emoción Carmen, una hermana trasplantada de córnea, al poder ver, otro año mas, al Cristo de la Fundación y a la Virgen de los Ángeles rodeados de hermanos.

Pili del Castillo, como siempre, cantó saetas, este año a puerta cerrada. Ella cantó incluso cuando la fuerza de su voz se apagaba mientras una máquina de diálisis le permitía seguir viviendo. Una vez trasplantada, su voz hizo retumbar, un año más, las paredes y los corazones en la Capilla de los Ángeles.

Esperanza Macarena: Semilla de la Solidaridad

 La Señora de Sevilla es la Patrona de la Asociación Andaluza de Trasplantados Hepáticos desde hace 12 años. Cuando en Sevilla no nos abrían las puertas para hablar de las donaciones de órganos, para concienciar a una provincia reacia a dar, pero siempre dispuesta a recibir, la Hermandad de la Macarena dio un ejemplo de cristianismo y de visión de futuro.

Antonio Santiago, capataz de la Macarena, reunió a sus 160 costaleros hace ya unos años. En la intimidad de la Basílica, antes de comenzar los ensayos nocturnos, les pedimos a este colectivo solidario que se convirtieran en la semilla del cambio de mentalidad en una Sevilla reacia a las donaciones de órganos. Ellos habían vivido el drama de Carlos Monge, uno de los fundadores de la primera cuadrilla de hermanos costaleros, al que un virus de hepatitis le obligó a dejar la pasión de su vida. Todos se emocionaron cuando Carlos, después de su trasplante de hígado, volvió a ser el de siempre. Incluso llegó a colocarse el costal para levantar “hasta el cielo” a la Virgen.

Este año, Antonio Santiago dedicó la primera “levantá” de la Esperanza Macarena a Carlos, quien de tantas veces como la llevó al cielo, al final se quedó con Ella. Cuando la Virgen llegó al “Palquillo” de La Campana le habló a sus costaleros: Les recordó que la Esperanza era la Patrona de los trasplantados de hígado, quienes estaban vivos gracias a sus donantes. A ellos les dedicaron la primera “levantá” de la Macarena en la Carrera Oficial de Sevilla, a los donantes y a los enfermos trasplantados.

Antonio Santiago y sus costaleros sabían que la “Madrugá” del Viernes Santo de Sevilla se estaba transmitiendo por muchas emisoras de radio y televisión a toda España, y por internet a todo el mundo. Yo lo viví en directo y no pude contener las lágrimas. Habían cumplido una promesa que nos hicieron años atrás a Carlos, a Eva y a mí, delante del Hermano Mayor, Juan Ruiz Cárdenas: Se habían convertido en “semillas de la Solidaridad”. ¡Solo hombres de esa categoría pueden llevar a la Esperanza Macarena por las calles de Sevilla!

 La sensibilidad de la Soledad de San Lorenzo

Concha está trasplantada de riñón tras 10 largos años de hemodiálisis. Es del barrio de San Lorenzo, del centro de Sevilla, y nos acompañó a Eva y a mí a la “mudá” del paso de la Virgen de la Soledad desde su almacén a la iglesia.

El día de la “mudá” es muy especial. Se reúnen todas las cuadrillas de costaleros para el último ensayo. Los capataces, los hermanos Ariza con sus hijos, al finalizar la “igualá” dieron las últimas instrucciones. Es el momento en que el Hermano Mayor, José Manuel Albiac se dirigió a los costaleros. Le habló de lo que significa la “soledad” de las familias de los donantes, de la soledad y la angustia de los enfermos terminales que se transforma en esperanza y vida gracias a la generosidad sin límite. Les informó que este año iban a dedicar la estación de penitencia a los donantes de órganos. Nos presentó y durante 15 minutos les hablamos de lo que significa la donación de órganos, la lucha por la vida, la solidaridad anónima….. Cuando Concha y Eva contaron su experiencia personal, mostrando su actual calidad de vida, los ojos de estos hombres, preparados para afrontar un reto muy duro, brillaban no solo por la emoción.

Rafael Ariza, el capataz, me prometió que cada vez que entraran en la Carrera Oficial con las siete hermandades de las que son capataces, la primera “levantá” en La Campana iba a estar dedicada a los donantes. Así lo hicieron y fueron imitados por otros capataces.

Tras la “mudá” a la Iglesia de San Lorenzo, todos los costaleros, capataces y Hermano Mayor se fotografiaron ante la Soledad mostrando sus Tarjetas de Donante. La prensa de Sevilla captó ese emotivo instante y el ejemplo lo han seguido otras cuadrillas.

Un cirio muy especial acompañó a La Soledad

La Virgen de la Soledad tuvo junto a ella, a su izquierda, el mismo cirio que el Cardenal colocó en el paso de La Amargura. Ana María, la madre del joven donante, lo había llevado porque su hijo fue costalero de La Soledad.

Grabó en el cirio el nombre de su hijo y dos fechas: las dos fechas en las que nació Fernando. La de su nacimiento y la del día que “volvió a nacer en otras personas, a las que salvó la vida”.

 Intimidad y emoción en la Hermandad del Valle

El Lunes de Pascua de Resurrección la Virgen del Valle tenía todas las velas de su candelería encendida. En el centro de la Iglesia de la Anunciación, su paso de palio resplandecía como una joya de luz en la noche de Sevilla.

Al finalizar la Misa, el Hermano Mayor, Félix Hernández, llamó a las familias de los hermanos que fallecieron durante el último año. Les fue entregando un cirio de la delantera del paso que, con el nombre del difunto, había acompañado a la Virgen durante la tarde del Jueves Santo.

Al finalizar, me entregó los cirios dedicados a los Donantes de Órganos.

Llevaban pintados a mano a San Juan y a María Magdalena, junto a mensajes de esperanza y de vida. Estaban situados a ambos lados de la Virgen, ocupando simbólicamente el lugar privilegiado donde, hace siglos, procesionaban estas imágenes y que, tradicionalmente, son colocadas junto a Ella el Domingo de Resurrección.

Con las luces del templo apagadas, a puerta cerrada, la intimidad solo estaba iluminada por la Virgen del Valle. Cuando el recogimiento invitaba a sentir la cercanía espiritual de quienes ya están con Ella, la magia de una saeta cortó la respiración. Fueron tres saetas separadas por minutos de silencio. La sensación de paz interior convirtió en instantes un acto irrepetible que debió durar casi una hora.

Es posible la vida después de la vida

Al finalizar, le comenté al Hermano Mayor que, realmente, los donantes de órganos siguen con nosotros, físicamente, en la Tierra. Le agradecí este homenaje, precisamente en Pascua de Resurrección, porque ellos permitieron la “resurrección” de muchas personas con enfermedades terminales. Le di un emocionado abrazo porque, sin darse importancia, la Hermandad del Valle se había acordado, con una sensibilidad y una sencillez que solo se consigue tras muchos siglos de vida, de unos héroes anónimos que salvaron muchísimas vidas en Sevilla, demostrando que es posible la vida después de la vida.

 Nuestros enfermos han recuperado la Esperanza

La Semana Santa de 2008 ha sido en Marzo. La hemos vivido y disfrutado en una primavera fría y lluviosa. En Sevilla ha tenido, gracias a un cartel y a un Consejo de Cofradías solidario, un contenido de homenaje a los donantes de órganos y de concienciación ciudadana con este tema.

Durante la Semana Santa, paralelamente y en silencio, en los Hospitales de Sevilla se ha trabajado día y noche. Muchas donaciones permitieron que muchísimos enfermos volvieran a nacer.

En la Medicina y en los Trasplantes, las casualidades o la suerte no existen.

El trabajo de concienciación, las muestras de agradecimiento a la solidaridad anónima y el respaldo de nuestros sentimientos religiosos más profundos a las donaciones de órganos han calado en Sevilla, haciendo que nuestra sociedad sea más solidaria y generosa.

Durante el mes de Marzo de la Semana Santa del 2008, 9 donaciones de órganos permitieron que 10 enfermos se trasplantaran de hígado, 15 de riñón, 12 de córneas y uno de corazón. Ha sido excepcional. Con varios meses como este Marzo disminuirían sensiblemente las listas de espera. Nuestros enfermos han recuperado la Esperanza.

¿Una casualidad?: No lo creo. Todo ha sucedido, sencillamente, por cuestiones de Arte y de Corazón.

Nota: Articulo publicado en la web: www.hermandaddelamacarena.es

Fotos: Juan Alberto García Acevedo, Eduardo Fdez. López, Juan Muñoz y Arte Sacro.










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