Mujer santa, única, intrépida, inquieta y andariega: Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia

Santa Teresa de Jesús no necesita presentación, es de sobra conocida su faceta de escritora, sus obras son superadas en ediciones sólo por el Quijote, siendo la escritora española más leída en el mundo. Los manuscritos de su puño y letra se recopilan en el Escorial (por deseo del rey Felipe II), salvo Las Moradas que están en las Teresas de Sevilla. Es la primera mujer declarada Doctora de la Iglesia en 1970, habiendo sido doctora ya en el siglo XVII por las universidades de Salamanca y otras europeas.

Recorrió los caminos de España sembrando toda la geografía de conventos de carmelitas descalzas que en palabras de Felipe II eran "la joya de su corona". A los cincuenta años de la primera fundación de San José de Ávila, ya hay casi doscientos monasterios de descalzas y otros tantos de carmelitas descalzos, capitaneados por San Juan de la Cruz.

Proclamada Patrona de España en el siglo XVII la Orden de Santiago pugnó para que no lo fuese hasta que por fin fue declarada por Felipe III y confirmada en las Cortes de Cádiz en 1812. Es patrona de numerosas diócesis en España e Hispanoamérica, así como de muchos pueblos y ciudades. Patrona de los Abogados y del Cuerpo de Intendencia, así como de los escritores españoles. Numerosas congregaciones la han escogido como modelo: Institución teresiana, Compañía de Santa Teresa, etc.

Los grandes artistas del barroco nos dejaron imágenes y pinturas bellísimas como Gregorio Fernández, Murillo, Velázquez, Zurbarán, Alonso Cano, Pedro de Mena, José de Mora y tantos afamados maestros, sin olvidarnos de su proyección en el arte europeo, como la genial creación del Bernini, o las pinturas de Lucas Jordán y tantos maestros italianos.

Esta es la santa fundadora, mística, andariega, humilde, escritora, doctora, hija de la Iglesia, luz de la Iglesia universal y faro de la Iglesia española que tiene en Teresa, en palabras del Monseñor Rouco "la mujer más importante de la historia de la Iglesia después de María”.

Padre Juan Dobado para Arte Sacro.

Foto: Francisco Santiago