A un bobo solemne. Francisco José Fernández de la Cigoña.
Hay un individuo que se siente feliz repitiendo cuarenta veces lo mismo y creyendo que con ello me molesta.
Podrá observar que me traen tan sin cuidado sus mediterráneos que no le borro ninguno y también que no le sigue nadie en esa campaña que ha emprendido contra mí con mucho más celo que resultado.
Por mí como si mañana decide cambiar de sexo o comprar el libro de Pagola. Me es indiferente. Pero hoy he amanecido caritativo y movido por la parábola de los talentos le voy a dar un consejo aunque la palabra talento encaje tan mal con usted. No es que no sepa hacer rendir los talentos. Ni siquiera los entierra. Usted los pierde al tocomocho o en la estampita. Porque es bobo de solemnidad.
Para conocer toda la información, pulsar aquí