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La Catedral se quedó pequeña para la misa por la Venerable Madre María de la Purísima


 Eduardo Fdez. López. Ayer domingo, primero de Cuaresma, además de los besamanos, besapies o traslados propios de este tiempo y que todos los medios se centraron en anunciar, se celebró en la Catedral una misa de acción de gracias para celebrar que Madre María de la Purísima fue declarada Venerable por Su Santidad el Papa Benedicto XVI el pasado 17 de enero.

La eucaristía, presidida por el cardenal arzobispo de Sevilla fray Carlos Amigo Vallejo y en la que participaron más de sesenta sacerdotes comenzó minutos más tarde de las cinco de la tarde con la lectura del decreto enviado por el Papa en el que declara Venerable a Madre María de la Purísima, futura santa sevillana y que tal y como ayer quedó comprobado en Sevilla, devotos nunca le faltará.

Y es que el primer templo sevillano se quedó ayer pequeño, más de cinco mil personas de todas las edades asistieron desde lugares bien distintos de toda España en los que habitan las Hermanas de la Cruz, si a esta cantidad le sumamos todos los fieles y devotos particulares que también asistieron, no dudaríamos en decir que la eucaristía fue seguida por alrededor de diez mil personas.

 Llegaron por ejemplo además de toda Andalucía de Alcázar de San Juan, Extremadura e incluso desde Lugo. De la archidiócesis de Sevilla destacaba la asistencia de fieles de Villanueva del Río y Minas y Estepa, donde Madre Purísima fue Superiora en sus respectivos conventos.

Esto provocó también problemas a la hora de entrar en la Catedral, ya que todo el mundo quería entrar desde bien temprano para coger un sitio, bien con vistas al altar del Jubileo o alrededor de las numerosas pantallas colocadas por todas las naves, incluida una también en la parroquia del Sagrario.

Al final, y tras más de una discusión con las personas encargadas de la seguridad para poder entrar, todo el mundo entró y se sentó donde pudo.

Más de lo mismo ocurrió al finalizar la eucaristía y que terminó con las palabras de Carlos Amigo “Que Dios quiera que volvamos a reunirnos para celebrar la Beatificación de Madre María de la Purísima” y el canto del Salve Regina, cuando en la Puerta de Los Palos todo el mundo esperaba también para despedir a las Hermanas de la Cruz, llegadas también desde todos los conventos que la orden tiene en España.

Pero el día no empezó en la Catedral, ya que desde primera hora de la mañana fue masiva la asistencia de fieles al convento para visitar la cripta donde se encuentra enterrada la Venerable. Hoy 2 de marzo, el convento volverá a ser como cada año un hervidero de personas que acudan en esta ocasión a visitar el cuarto donde la primera de las hermanas de la orden y santa sevillana por excelencia, murió.

Fotos: Eduardo Fdez. López.










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