Viernes de Dolores de procesiones en los barrios

Daniel García Acevedo. Un nuevo Viernes de Dolores se nos ha ido en el que podemos destacar el numeroso público congregado en cada uno de los barrios donde salían procesiones por nuestra ciudad.

La Misión

A las 18,00 horas se abrían las puertas del templo del Claret para la salida procesional del Señor de la Misión. Destacaba el incremento en el número de nazarenos este segundo año como hermandad de penitencia. De los 300 del año pasado a los 400 de este año, con una nómina de 1.200 hermanos. Se estrenó un guión sacramental labrado, lo que le ha dado a la corporación un nuevo tramo. La salida la hacen los costaleros, a las órdenes de Antonio Santiago, de rodillas debido a la baja altura de la puerta. En el colegio se le cantó una saeta al Cristo de la Misión. En la parroquia, por parte del consejo de cofradías, estuvo presente el delegado de glorias, Miguel Martínez. La banda de las Cigarreras puso los sones musicales, siendo esta la primera hermandad en la que tocan en su XXX aniversario fundacional.

Bellavista

Una hora más tarde salía la hermandad de Bellavista en la que la nota más destacada es la nueva disposición de las imágenes del paso de misterio. El Señor de la Salud y Remedios figura ahora en la delantera del paso y, tras el, el sayón con la cuerda y el romano que queda junto al olivo enfrentándose a San Pedro, en actitud de sacar la espada. En la anterior colocación la lanza del romano tapaba al Señor desde todas las perspectivas. Debutó como capataz general Jesús Varela y en el palio Pepe Calle. En la calle Guadalajara le fue lanzada una gran petalada al paso de misterio, mientras la Virgen del Dulce Nombre en sus Dolores y Compasión llegaba a la calle Enamorados acompañada por la banda de música Santa Ana de Dos Hermanas.

Pino Montano

La hermandad de Pino Montano cambio su recorrido al pasar por la parroquia de San Francisco de Asís, congregándose un gran número de personas y devotos de la corporación. A la salida asistieron el Cardenal Carlos Amigo, el delegado de hermandades, Manuel Soria, el presidente del consejo de cofradías, Adolfo Arenas y el delegado de día, José Manuel Rodríguez. Se estrenó el guión de San Isidro Labrador, obra de Grande de León. También fue estreno el llamador del paso de palio donado por la cuadrilla de hermanos costaleros. El paso de Ntro. P. Jesús de Nazaret, acompañado por la agrupación de la Encarnación , venía andando a la perfección por la calle Corral de los Barquilleros. El palio de la Virgen del Amor, debido a las rachas de viento existentes en ese momento, estaba con la candelaria apagada aunque los encendedores se afanaban para poder encenderlo. El hermano mayor, Antonio Jiménez, no pudo asistir a la procesión debido a la enfermedad que le tiene ingresado en el hospital, habiendo dejado la UCI y encontrándose ya en planta.

Padre Pío-Palmete

Tras hacer estación de penitencia en la parroquia de Ntra. Sra. de los Dolores, del Cerro del Águila, la corporación de Padre Pío-Palmete volvía a su barrio por la calle Afán de Ribera acompañado de vecinos del Cerro y de Palmete. Este año se han tallado las capillas delanteras y traseras del paso del Señor de la Salud y Clemencia. También se ha enriquecido con bordados en oro la toca de sobremanto de la Virgen de la Divina Gracia. Esta hermandad se caracteriza por la humildad de sus enseres y de las andas procesionales, llevada con mucha dignidad por todo el cortejo.

Cristo de la Corona

El gran estreno de este día fueron los nazarenos en la hermandad del Cristo de la Corona. En número de 43 y con túnicas de color verde ruan y cinturón de esparto se precipitaban por la calle Rodrígo Caro para descender Mateos Gago y, de esta manera, llegar a las gradas de la Catedral y entrar en la misma por la puerta del Perdón. Con la seriedad que les caracteriza, solo se escuchaba el trío de música de capilla Ntra. Sra. de la Victoria y el coro de cámara Ritornello, que interpretaba motetes. Tras el paso figuraba un cortejo litúrgico con el preste. A las 00,20 horas hacía entrada el paso por la puerta del Perdón del patio de los Naranjos, poniendo el cierre a la estación de penitencia realizado en el Palacio Arzobispal.