Una ráfaga para el Carmen de San Gil

Francisco Santiago. El taller de orfebrería Maestrante se ha esmerado en la realización de la nueva ráfaga procesional para la Virgen del Carmen de San Gil, quedando atrás dibujos, medidas y papeles emborronados, tan y como indicaron en la bendición de la misma el pasado viernes 3 de julio.

La misma es fruto de hermanos y devotos anónimos que han colaborado con cadenas, medallas o donativos, todos formando parte física y sentimental de esta ráfaga que es de las llamadas de “ocho”, debido a su peculiar forma.

Su estilo es rococó, con decoración libre y asimétrica, con predilección de formas onduladas e irregulares. Su decoración está basada en elementos de la naturaleza: flores, conchas marinas, haces de luz, rayos de fuero, hojas de acanto y nubes. Está repujada completamente a mano en plata de ley de 925 milésimas, con una altura de 2,90 metros y una anchura de 1,67 metros, estando compuesta por 286 piezas.

Igualmente se ha procedido a restaurar y enriquecer la corona de plata y el cetro de la Virgen y, aunque a primera vista puede parecer muy grande con esta corona, hemos de recordar que la de salida es la de oro, de mayor tamaño. Aparte también hay que tener en cuenta que la visión de la Titular cuando procesiona, es normalmente desde abajo hacia arriba.

Han sido casi 80 años los que ha tardado la Virgen del Carmen de san Gil en recuperar para su ajuar esta pieza, recordando y rememorando los años pretéritos en el cual el esplendor de estas corporaciones letíficas era más que evidente.   

Fotos: Francisco Santiago

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