La Bondad del Señor. Moisés Viretti.

Podríamos considerar, que tras un mal hecho a nuestros semejantes o una tragedia venida de la naturaleza, recibir su Bondad,

la Bondad de perdonar o restablecer el mal ocasionado o percibido sería que el mismísimo Cristo se manifestara a través de esos milagros.

Milagros de curación, milagros de presencia de un ser querido, milagros del perdón y la vuelta a una amistad que en tiempos se perdió...El pasado sábado , Nuestro Padre Jesús de la Bondad hacía esos ''milagros'' de su advocación; su bondad era recibida para todos aquellos que se acercaron a su paso; su mirada en tez morena se concentraba en el afligido que pedían el consuelo carmelita.

Su mirada quedó en destello ante la petición de docenas de enfermos del Hospital Macarena que como pudieron acudieron a su encuentro ante una porta coeli que se encontraba al final de una larga escalera. Tras la petición de los enfermos en clemencia de su perdón; la Bondad reinaba por doquier, en el que hasta el mismísimo capataz pedía por su propia sangre.

Teniendo fe, esta se manifestó en milagro, y aunque no me atrevía hablarle este me contaba que su niño ya estaba andando y todo quedo en un susto en el día inesperado, y abrazado a mi hermano capataz que tanto pide por mis hermanos candelarios, mi corazón le habló: ''así haces andar a tus costaleros del Carmen para que su hijo reparta Bondad, y el, te la a dado con su gracia, por que un susto te cegó durante la tarde, y así te hizo el milagro de que al igual que tu lo haces andar por las calles de Sevilla al hijo de Dios, el hizo que tu propio hijo volviera a caminar''. Atendamos al Padre, que por difícil que sea y como estrellas del cielo que nos multiplicamos desde el patriarca Abraham, el nunca nos abandona.

''A Pedro e hijo, capataz del Carmen de San Leandro''

Foto: Israel Viretti