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Fernando Cano Romero pregonó a la Ciudad de la Esperanza


 Daniel García Acevedo. Fernando Cano-Romero Méndez comenzó y terminó su pregón con la Esperanza. La primera de ellas haciendo referencia a que Sevilla es la ciudad de la Esperanza y el final dedicado a su Esperanza Macarena.

Pero antes de esto, y entre las interpretaciones de la banda municipal de las marchas “Coronación de la Macarena ” y “Amarguras” tuvo lugar la presentación del pregonero a cargo de la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto, en la que será la última intervención en este acto puesto que dejara el cargo tras las elecciones del próximo mes de mayo. Muy emotiva esta presentación, en la que la propia Rosamar pidió  permiso al pregonero para poder despedirse de los sevillanos y la delegada comentó sus vivencias en estos años y lo bien que la han acogido las hermandades y los cofrades, emocionándose al recordar el momento en el que se quedó a solas con la Macarena. Tuvo un largo aplauso de los asistentes, que la hicieron emocionarse aún más.

El pregón tuvo una duración final más larga de lo que el pregonero hubiera deseado, casi dos horas, lo que hizo que Cano Romero mirara una y otra vez el reloj e, incluso, en uno de los numerosos aplausos, señalara al propio reloj como indicación para que se le dejara continuar.

 Fernando Cano hizo el pregón de un cristiano muy comprometido con su religión y sus devociones y empleó el método de pregón tradicional al nombrar a todas las cofradías comenzando por las de Vísperas y terminando por el Resucitado.

La parte más aplaudida, junto con el final, fue el dedicado a la Virgen del Subterráneo en la que hizo una bellísima dedicatoria en contra del aborto. Fue aplaudida antes de terminar el texto y largamente ovacionada por todos los asistentes, menos por dos, al finalizar el párrafo.

“Delicada doncellita de Nazaret, que no dudaste en dar tu SI comprometido, aceptando lo que te proponía el ángel y convertiste el Subterráneo bendito de tu seno virginal en la divina morada de Dios mismo. Tú en quien pudo más tu entrega, que las lógicas dudas: ¿¡Cómo puede ser esto si no conozco varón!? ante el anuncio de un embarazo inesperado. Tú que diste vida a la Vida , no permitas que se arrasen tantas vidas como hacen los modernos Herodes de bata blanca o pijama verde amparados por una ley que protege el criminal asesinato del ser más indefenso del mundo, que no es solo ser vivo sino persona humana desde el primer momento de su concepción y por lo tanto Templo vivo del Espíritu Santo, no sólo conforme a la doctrina de la Iglesia y al quinto mandamiento de la ley mosaica sino a los más elementales principios del derecho natural. Tú, Virgen del Subterráneo, ejemplo de maternidad responsable, no permitas que ninguna mujer de nuestro pueblo consienta que se arranque de su seno la vida incipiente de su propio hijo y le impida ver la luz del día al que podría ser un futuro cofrade de Sevilla.”

 En otro párrafo, criticó a los que quieren ver nuestra Semana Santa como algo cultural y fuera de lo religioso, con este texto:

“La gente sana de nuestro pueblo sencillo sabe muy bien que nuestra Semana Santa no es, aunque se enmarque en esa bellísima estación del año, la fiesta en que se celebra el Solsticio de la Primavera , sino la sevillanísima forma de conmemorar con la más profunda religiosidad la Pasión , Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y los Dolores de su Madre.”

También comprometidos fueron las palabras que dedicó al Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes y a la retirada de crucifijos de las aulas, pormor de la religión, alabando la actitud de nuestra Universidad, aunque no se si la hermandad de Santa Genoveva pensará lo mismo.

“Hoy cuando Tú, Cristo bendito, sobras en los Centros de Enseñanza y Tu presencia molesta en las clases, donde, desde la primaria al bachillerato no falta quien ha conseguido retirar tu Imagen pese a la aplastante mayoría de los que se oponen a ello. Y en las aulas de las nuevas Facultades se prescinde de Ti y en algunas Universidades se profana la Capilla profiriendo ante el Sagrario blasfemos insultos a Dios y a su Iglesia o donde es imposible celebrar el Culto de nuestra Religión sin que los que lo practican logren el apoyo de las autoridades académicas que se muestran si no complacientes, si incapaces de contrarrestar la imposición de una minoría.

 Frente a todo ello nuestra Universidad Hispalense, que se enorgullece de tener en tu Imagen el mayor de sus tesoros, te acoge con respeto y cariño, respalda tu Hermandad y Tú Señor sigues enseñando desde la cátedra del amor, que la conseguiste ganando la oposición más dura jamás convocada, la de derramar tu sangre y entregar tu vida en la soberana lección de tu propio ejemplo, por eso Señor, Tú sientas cátedra desde siempre, Tu no te jubilarás jamás, ni serás nunca catedrático emérito, porque Tú nos seguirás explicando incansable tu asignatura desde la Cruz en la que mueres dando siempre la lección de tu entrega total por los hombre y por eso cada Martes Santo te resultan insuficientes la Capilla , las clases y el edificio inmenso de nuestra Universidad, y sobre la austera tribuna de tu paso sales al Aula Magna de nuestras calles, bajo la bóveda de nuestro cielo azul y recibiendo el beso que los rayos de sol, que peinan desde la altura las esbeltas palmeras de la calle San Fernando, o envuelto en el perfume de los naranjos en flor de la Plaza de la Contratación , para, desde tu cátedra ambulante a ese mundo que te desprecia y quisiera prescindir de tu Imagen Sagrada en los centros del saber, impartir la lección magistral y única que sólo Tú puedes dar; la de entregar la vida por nosotros en tu serena, plácida y dulce Buena Muerte.”

 Especialmente bello fue el pasaje en el que nombró todas las advocaciones marianas de nuestra cuidad y en el que intercala un mensaje a favor de la restauración de Santa Catalina.

“Así la llama de las Mercedes en Santa Genoveva, hasta Santiago llega con aires marismeños al son de la flauta y el tamboril, el Rocío bienhechor que humedece el verde camino de nuestra vida, descubre su belleza pese a las Penas que la embargan en San Andrés y sus Tristezas al pie de la Vera Cruz , contempla sus Dolores en el majestuoso paso que le diseñó quien a ello consagró su vida, reparte Salud desde San Gonzalo y es manantial perenne de purificadoras Aguas en el Museo, a la que un trozo del cielo baja para convertirse en el mar de su manto que besa la blanca espuma de su singular toca, como llena de Gracia en quien tenemos nuestro Amparo la veneran los Javieres en Omnium Sanctorum donde también es Carmen marinera, es refugio de los que se sienten Desamparados en San Esteban, Dulce Nombre de desbordada hermosura cuando suenan las bambalinas de su palio en la oscuridad de Conde de Barajas, Candelaria incendiando los jardines con el fuego abrasador de su belleza. Dolores cuando nos perdemos por el Barrio de Santa Cruz para encontrarnos con su paso y Buen Fin para cuanto en sus manos depositamos con confianza.

 Es Guadalupe, la más joven sevillana, en la vecina Capilla del Rosario donde me acaba de entregar su pañuelo como la mejor compañía en estos momentos, y he dejado a sus plantas mi oración de gratitud por ello. Dolores y Misericordia en el viejo compás de la laguna, acompañando al Señor de Sevilla es Mayor Dolor y Traspaso y en su Soledad en la Carretería , de la Cabeza patrona de la más benemérita de nuestras instituciones castrenses y Madre de Dios de la Palma cuando inflama de luz su candelería la oscuridad de la Plaza de San Pedro.

Contempla las Lágrimas de la Virgen , arropada bajo la joya de su manto felizmente recuperado por las mejores manos artesanas, al pasar por Santa Catalina, sumida en la dejadez y el abandono por el desinterés de quienes podrían ser responsable de su posible pérdida y la proclama Reina de los Ángeles, de los angelitos blancos y de los negros que la copla machiniana recuerda que también suben al cielo todos los negritos buenos. Y el Barrio de la Feria la aclama reina del Rosario cuando llora la pérdida de quien encabezara la nómina de sus Hermanos y forma ya en la lista de los de Montesión que la alaban con las avemarías de sus misterios de Gozo y Gloria que los de dolor no tienen cabida en el Cielo.

 Sevilla no encuentra palabras para describir la belleza del dolor que sólo puede transformarse en hermosura en el rostro de la Virgen que arrastra su pena por el Valle inmenso y húmedo de sus ojos entre el rosa clavel que se empina en las cónicas piñas de sus jarras, mientras la cera de sus decorados cirios llora a la par en la perfecta armonía que sabe conseguir quien con su maestría cofrade vuelca todo su cariño en Ella.

Como tampoco hay forma de expresar la belleza de la Imagen dolorosa de la Madre de Dios que debieron tallar gubias celestiales, única forma de explicar la que es, se la mire de frente o de perfil, la faz dolorida de la soberana Virgen de la Victoria , o encontrar bajo la arboleda de la Plaza Nueva a la Soledad recién salida del Convento Franciscano de San Buenaventura, exquisitamente ataviada por quien se desvela por Ella con cariño, o se hace oro para acompañar a la Virgen de Loreto, y se pasma ante el primor del rostro de la Virgen de Montserrat,  vecina querida, en el marco de su original paso o guarda respetuoso silencio cuando, tras la Sagrada Urna con el Cuerpo del Señor, la Virgen de Villaviciosa preside el Duelo por la muerte de su Hijo.”

 Igualmente destacables los pasajes dedicados a los grupos jóvenes y su presencia en Madrid para las Jornadas Mundiales de la Juventud el próximo mes de agosto y el dedicado al Jueves Santo y a la hermandad de la Quinta Angustia.

Muy emotivo el recuerdo al atentado al Señor del Gran Poder, que lo hizo con estas palabras:

“No hace aún ni un año, en la tarde de un verano aún incipiente, cuando el calor sofocante del día, daba paso a una leve brisa y terminaba la postrera misa en la Basílica , un perturbado cuya posible esquizofrenia nunca podrá justificar su inconcebible acción, trató, zarandeándote bruscamente, de derribarte, arremetiendo contra ti a empujones y patadas. Los sevillanos, que con espanto enmudecieron al presenciar el ultraje no daban pábulo a lo que veían. Sevilla, toda Sevilla, por la que corrió la triste noticia, se conmocionó en lo más profundo de su ser, llegó a los más alejados puntos de España y del mundo, donde tu devoción tiene arraigo y raíces profundas. Y Sevilla, y los sevillanos de bien, tiritaron de frió en el verano de las calores altas. Afortunadamente, los ignotos objetivos del agresor, no se cumplieron y los daños en tu Cuerpo, Señor, se subsanaron felizmente, como sin embargo no pueden serlo tantas agresiones que, porque no se ven y a nadie escandalizan, sufres en tu cuerpo real y verdadero, presente en nuestros Sagrario, donde también eres agredido, zarandeado y apaleado por la conducta y los pecados de los hombres como lo hicieron con tu imagen bendita, Señor del Gran Poder.

 Padre Nuestro que estas en San Lorenzo, y al que con nuestro comportamiento, no siempre santificamos tu Nombre, al que pedimos con la boca pequeña que venga a nosotros tu Reino porque no nos interesa dejar de ser reyezuelos del nuestro y no siempre estamos dispuestos que se haga tu Voluntad, tan distinta quizás a la que nosotros deseamos, pero tú, Señor, no dejes de darnos el pan que necesitamos cada día, perdona cuanto te ofendemos, ayúdanos a ser generosos como Tú con los que nos ofenden y líbranos, como sólo Tú puedes hacerlo, de todo mal y haz Señor, que nunca nuestra ofuscación pueda llevarnos a zarandearte a agredirte, a tratar de derribarte, Señor del Gran Poder del trono de Amor que tienes en el corazón de cada sevillano.”

Significativos fueron las dedicatorias a la Centuria Macarena , a la Esperanza de Triana o a su Cristo Cautivo de Bellavista.

La parte anecdótica y que hizo reír al público del Maestranza, incluido al alcalde, fue lo que le ocurrió a una señora devota de la Macarena , viendo el paso en las Setas de la Encarnación el año pasado:

 “Cuando la Virgen dobla en la esquina de los altos Colegios para alejarse por Feria hay mucha de su gente a las que le entra un resquemor por el cuerpo pensando que no va a volver. Felisa, que no duerme en toda la noche impaciente en la espera, es incapaz de aguardar el regreso para verla pasar por la esquina de su casa y hay un momento en que se echa a la calle al encuentro de la Virgen. El pasado año debió azuzarla más la impaciencia y andando, andando, llegó hasta la Encarnación donde el paso acababa de levantarse tras la tradicional parada ante la Iglesia Universitaria a la que acabo de referirme, coincidió junto a un matrimonio que, según ella, por su forma de hablar “eran de por ahí arriba”, la señora que “debía ser arquitecto por lo menos”, por como se explicaba, se mostraba horrorizada advirtiendo a su marido el terrible contraste que podía ofrecer la grandiosidad artística del paso macareno con las inacabadas edificaciones bajo las que había de pasar. Una nueva parada permitió que la señora se explayase mas y mas en su apreciación a lo que ella indiferente seguía haciendo oídos sordos, una pequeña chicotá le dio la satisfacción de que le pararan la Virgen justo delante y cuando complacida la miraba dispuesta, a no separarse de Ella, la señora volvió a insistir en su teoría del contraste y dirigiéndose directamente a ella, que harta ya de escuchar la repetida cantinela, y aún consciente de que llevaba razón, no pudo por menos que contestarle con la salerosa gracia de su barrio; “Señora; ¿¡va Usté a perdé er tiempo mirando p´arriba con lo que tiene delante de los ojos!?”

Por último, cerró el pregón con un pasaje dedicado a la Esperanza , tal y como lo empezó, aunque en este caso personalizado en la Macarena y utilizando la única poesía del texto:

 Sevilla vio su Esperanza, en

tu carita morena, y te hizo

su Madre buena, el centro

de su bonanza, y te llamó

Macarena.”

 

 

 

Fotos: Miguel Ángel Osuna Abril.










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