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Provincia. Santa Ana y la Virgen de Valme podrían ir juntas este año a la Ermita de Cuarto


 Arte Sacro. Con motivo del Año de la Fe convocado por Su Santidad el Papa Benedicto XVI, y que se viene desarrollando desde el pasado 11 de octubre, las Hermandades de Santa Ana y Nuestra Señora de Valme han acordado proponer que las veneradas imágenes de la Patrona y la Protectora de Dos Hermanas participen de forma conjunta en la peregrinación al Real Santuario de Cuarto, que debe celebrarse el domingo 23 de junio de 2013 en conmemoración del 40º aniversario de la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de Valme.

Dicha peregrinación está prevista en las Reglas de la Hermandad de Valme y, como es sabido, tiene lugar cada siete años el domingo más cercano a la festividad de San Juan Bautista. La última fue en 2006, de forma que, en esta ocasión, coincidirá providencialmente con el Año de la Fe y la efemérides antes citada, razón por la cual se pretende darle un carácter y solemnidad especial, en consonancia con los objetivos establecidos por la Iglesia para este magno evento.

La Hermandad de Santa Ana –que además fue madrina de la Coronación de la Protectora nazarena– ha aprobado esta iniciativa en el Cabildo General Extraordinario que ha tenido lugar en la tarde de este martes, acogiendo así la propuesta que le había planteado la Hermandad de Valme, previo acuerdo de su Cabildo de Oficiales.

Es intención de ambas Corporaciones que, una vez obtenida la pertinente autorización eclesiástica en los términos que procedan, se constituya una comisión conjunta con la finalidad de organizar los actos y cultos que habrán de servir como preparación espiritual para esta peregrinación, de acuerdo con las directrices del Arzobispado y de la Parroquia de Santa María Magdalena.

 Las dos Hermandades entienden que esta ocasión se presenta especialmente propicia para –como pide el Santo Padre– “impulsar el espíritu misionero, de tal manera que en nuestras parroquias y comunidades cristianas no nos ocupemos sólo de servir a los que vienen a la Iglesia con acciones pastorales de mantenimiento, que nunca debemos descuidar, sino que sintamos la urgencia de salir a las afueras, a las encrucijadas, en busca de los que nunca estuvieron en la Iglesia y de aquellos que la han abandonado, para ofrecerles también el don inestimable de la fe”.

En este sentido, la peregrinación a un lugar sagrado e histórico como lo es la Ermita de Cuarto, constituirá, a buen seguro, un medio eficaz para coadyuvar a los fines propios del Año de la Fe, pues esta “crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo; nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo”.

Además, Benedicto XVI ha afirmado que, en el presente Año, “será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe”. En el caso de Dos Hermanas, no cabe duda de que esa historia y esa fe se sustentan sobre dos columnas egregias: Santa Ana y la Virgen de Valme.

Tomando como guía e inspiración el título de la Carta Apostólica Porta fidei –por la que se convoca el Año de la Fe–, se puede decir que Ellas conforman la espléndida “puerta” por la que entró la fe cristiana y católica en nuestro pueblo, hace ya casi ocho siglos, determinando su nacimiento e incluso su identidad como colectivo humano. Pues en estas dos señeras imágenes se hallan, ciertamente, las raíces más profundas de Dos Hermanas, asociadas de forma indisoluble a la conquista de Sevilla por el rey San Fernando y al proceso que se puso en marcha a partir de 1248, con la repoblación y recristianización de estas tierras.

Por todo ello, ambas Hermandades, como depositarias de ese inmenso tesoro devocional que acrisola una fe varias veces centenaria, consideran que deben aunar sus esfuerzos e inquietudes para realzar del modo más solemne posible la celebración de este singular Año, promoviendo –como pide el Papa– “iniciativas misioneras para ayudar a redescubrir el don de la fe y la responsabilidad de testimoniarla”.

En definitiva, se pretende que el próximo 23 de junio de 2013 sea, Dios mediante, una jornada memorable, verdaderamente extraordinaria y espiritualmente fructífera, que contribuya a intensificar y revitalizar la fe de nuestro pueblo, mediante un ejercicio público de evangelización abierto a la participación de todos los fieles, devotos y nazarenos en general.

Fotos: Eduardo Fdez. López.










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