Arte Sacro
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José Antonio Grande de León, vestidor y bordador: “Es muy fácil criticar, lo difícil es demostrarlo”. José Antonio Rodríguez. B.C.S.


 Arte Sacro. Para los que no han tenido acceso a la entrevista aparecida en el Boletín de las Cofradías de Sevilla del mes de noviembre 2005, nº 561, a continuación se la reproducimos en su totalidad, siendo la misma al bordador y vestidor Grande de León y realizada por José Antonio Rodríguez.

José Antonio Grande de León tiene su taller en la Plaza de Santa Lucía. Desde allí, numerosas obras nacen para la Semana Santa de Sevilla y para las Hermandades de gloria. Otras llegan para perder el polvo que los años le fueron dejando y recobrar el brillo y esplendor de otros tiempos. Ambas cosas pasará con el palio de la Virgen de los Dolores y Misericordia de la Hermandad de Jesús Despojado que ya duerme en el bastidor. Conocido, especialmente, por su faceta como vestidor es, hoy por hoy, el más joven de los que trabaja para las Hermandades sevillanas siendo, a la vez, el que más Vírgenes viste. En esa cercanía con la imagen, abrumadora frontera entre lo divino y lo humano, José Antonio Grande de León se abre paso compaginado el alfiler y la aguja. 

¿Quién le enseña el oficio de vestidor?

No tengo maestro. Los vestidores nacemos vestidores. El vestidor nace, no se hace. Es algo que me surge desde pequeño vistiendo una Virgen que me regalaron mis padres cuando tenía siete años. No es algo que me hayan enseñado, sino que llevo dentro de mí.

Hoy por hoy, creo que Grande de León es el vestidor más mediático, en el sentido en el que, en los últimos años, los medios de comunicación le hacen un severo seguimiento a las dolorosas que viste; ¿cuándo y por qué comienzas a despertar ese interés de los medios?

A raíz de empezar a vestir a la Virgen del Dulce Nombre. Y sobre todo, a partir de la celebración del LXXV aniversario de la bendición de la imagen, en la que aposté por vestirla al estilo antiguo, similar al día en el que llegó a la Hermandad. Posteriormente, cuando me encargué de vestir a la Virgen de la Consolación, de la Hermandad de la Sed y, sobre todo, cuando me encomiendan esa labor las Hermandades de la Soledad San Buenaventura y Pasión.  

 ¿Por qué esa decisión de apostar por el estilo antiguo?

Quiero ser polifacético en lo que hago. Me gusta darle a cada Virgen un estilo. Soy muy estricto en eso. Es muy importante tener en cuenta a la Virgen que tienes delante y a la Hermandad a la que le estás trabajando. Naturalmente, tienes que imprimir tu sello pero teniendo claro que cada Hermandad tiene su personalidad. No quiero que unas sean una carcamonía de otras, aunque las vistan las mismas manos.

¿Y esa es la clave del éxito?

No lo sé. Puede que tenga que ver el hecho de dotar a cada imagen de su sello, recobrar lo antiguo…

Pero coincidirá conmigo en que no todo lo antiguo tuvo que ser bueno.

Por supuesto. Hay Vírgenes que le van bien el vestirlas de antigua y otras con las que nunca la haría.

¿Por ejemplo?

La Caridad del Baratillo. Es una Virgen que no ha perdido su estilo. Se le ha perfeccionado, pero sin llegar a perderlo. Creo que, últimamente, se disfraza mucho a las dolorosas. Que yo vistiera a la Soledad de San Buenaventura o a la Virgen del Socorro de estilo antigua no quiere decir que lo tenga que hacer con la Virgen de la Consolación de la Sed.

¿Qué imagen necesita volver a ser lo que fue?

La Esperanza de Triana. Me encantaría volver a verla como en los años 50. Creo que el máximo esplendor de la Virgen lo consiguió en aquella época, tenía una personalidad brillante. Era de las mejores vestidas de Sevilla.

¿Hay buenos vestidores en Sevilla?

Me quedo con los antiguos: Pepe y Antonio Garduño, Fernand y Pepe Asián.

Es el vestidor que más imágenes de la Virgen viste para la Semana Santa de Sevilla, ¿eso resta encanto al oficio?, ¿teme que se convierta en algo mecánico?

En mí no se va a convertir en algo mecánico porque lo demuestro con cada una que visto. De hecho, hay Vírgenes que me han ofrecido y no he querido coger. Que me guste vestir Vírgenes no significa que las cogería todas. Cuando visto a una Virgen es porque esa Virgen me tiene que decir algo. De hecho, todas tienen un pedacito de mi corazón y a todas las visto con el mismo cariño. Yo visto a la Madre de Dios vaya donde vaya.

 ¿Se ha planteado seleccionar más a partir de un determinado momento?

No. Tan sólo he tenido que dejar de vestir a algunas porque se encontraban muy lejos, como son los casos de una Virgen del Rosario de Plasencia y la Virgen de los Remedios de Andújar. Ahora no me planteo dejar ninguna; soy joven y lo puedo hacer…no se si el día de mañana me lo plantearé.

Si se tuviera que quedar con una, ¿cuál sería?

Es muy difícil contestar a eso. Con una sola no me podría quedar.

Bueno, con dos.

Con dos…también es muy difícil. Pero le aseguro que una de ellas sería la Virgen del Dulce Nombre. Es la primera que visto y, si Dios quiere, me moriré vistiéndola.

El tener acceso a tantas Hermandades, le puede dar una visión muy acertada de cómo se conserva el patrimonio de las mismas. ¿Se cuida como ha de cuidarse, se guardan las cosas como se tienen que guardar?

Son pocas las Hermandades que tienen su patrimonio buen cuidado. He intentado, desde la confianza que las juntas de gobierno me dan, el hecho de insistir en la necesidad de prestar mayor atención a este tipo de circunstancias. Cada vez se están poniendo más vitrinas, roperos empotrados, cajoneras… Creo que, poco a poco se está consiguiendo pero el patrimonio ha estado, en general, muy mal cuidado y hay Hermandades que lo siguen cuidando mal. Desde luego, ahora, cada vez más, las Hermandades se están mentalizando de que son poseedoras de obras de arte de bordado, orfebrería…

¿Le habla un vestidor a sus imágenes cuando las viste?

Yo le hablo mucho, le rezo mucho mientras estoy vistiendo a la Virgen. No solo se la viste con su ajuar, también lleva algo de uno.

¿Qué es lo más difícil para un vestidor?

Siempre, vestir a una Virgen para la salida procesional. Cuidar, al máximo por todos los detalles… que no se vea ni un solo alfiler.

 En ese tu a tu con una Virgen, ¿le ha dado alguna vez la sensación de que, en vez de vestir a una imagen, está vistiendo a una mujer?

Si, con Dulce Nombre. Cuando se le suelta la melena, se peina, se le recoge el pelo… es, realmente, impresionante. Es la que más mujer me parece.

¿Le condicionan mucho a un vestidor los miembros de las juntas de gobierno, sobre todo, los priostes?

Tengo la suerte de tener muy buena relación con los priostes, camareras y miembros de juntas de todas las Hermandades en las que visto alguna de sus imágenes. Normalmente, si te llama una Hermandad es porque le gusta tu forma de trabajar. Siempre te dejan mayor libertad, te pueden aportar ideas… 

Cuando deja de vestir a la Soledad de San Buenaventura, a muchos les da la sensación que su relación con la Hermandad acaba ahí, cuando no es verdad. Pero, ¿le dolió el que tomaran esa decisión cuando llegó la nueva junta de gobierno?

Decir que no me ha dolido sería mentir. Es una Virgen que me ha aportado mucho y con la que me he volcado al máximo. Es una imagen que, desde el primer momento, me enamoró y de la que sabía que se le podía sacar mucho partido. Si las personas que ahora la dirigen decidieron que yo no la siguiera vistiendo no es motivo para que yo no mantenga una buena relación con ellos. De hecho, le sigo realizando trabajos para la Hermandad.

¿Por qué surge el taller de bordados?

Siempre he sido un apasionado del bordado y del dibujo. Siempre me ha gustado diseñar, dibujar y crear. Desde muy pequeño he estado tratando con bordado y era algo que me encantaba. Estuve en el taller de José Manuel Elena, con el que podría haber seguido trabajando, pero me aventuré a tener un taller propio.

Comenzó en un gran taller, que es el de José Manuel Elena, pero ¿a quien más ha mirado para aprender?

Tengo varias referencias. Me gustan muchísimo las hermanas Antúnez, Juan Manuel Rodríguez Ojeda, Olmo y Doña Esperanza Elena Caro. Creo que son los mejores referentes que hemos tenido en el bordado.

A la hora de bordar ¿qué matices le distinguen de otros talleres?

Todos tenemos una personalidad y eso se aprecia en el diseño y en el bordado. Evidentemente, todo vendrá determinado por la Hermandad que te encargue la pieza. Procuro usar todo tipo de punto y de hilo. Trato de recuperar muchas de las cosas que se han perdido. Por ejemplo, el bordado de cardos, es algo que me gusta mucho y que va a quedar patente en el palio de Jesús Despojado. Tampoco puede haber grandes diferencias con otros talleres porque todos nos basamos en el bordado tradicional sevillano, con los mismos hilos y puntos. La única diferencia puede residir en el diseño.

¿Cómo está la agenda?

Pues, ahora mismo, bastante ocupada. Tenemos el palio de Jesús Despojado, las restauraciones de la saya de salida de la Candelaria, del banderín de la Santa Cruz, de la Soledad de San Buenaventura y la del simpecado de la Hermandad de las Nieves, que hace más de un siglo que no procesiona. También tengo que hacer un dosel de cultos para la Hermandad del Baratillo, un palio para la Hermandad de Pasión de Plasencia, una saya de cardos para la Estrella de Huelva, un manto procesional para la patrona de una localidad de Valencia y un Simpecado del Rocío para la Agrupación de Segovia. Tengo, también, algunos proyectos como la restauración del manto y de la saya de la Virgen del Rosario de San Julián, el techo de palio de la Agrupación Parroquial de Pino Montano y un palio completo para una Hermandad de Montellano.

¿Es más vestidor que bordador?

Quizás se me achaque que soy más vestidor porque llevó desde pequeño en esta tarea. Y, lógicamente, en comparación llevo muchos más años vistiendo que bordando. Pero creo que durante toda mi vida esas dos tareas van a ir compaginadas. Desde luego, pongo el mismo empeño haga la labor que haga.

Ha tenido, recientemente, un accidente mientras realizabas unos trabajos para una Hermandad. ¿No le parece necesario un seguro que os proteja?

En contra de lo que se ha dicho, la Hermandad para la que yo trabajaba en ese momento tenía un seguro. Naturalmente, es necesario, porque ninguno estamos libres de que nos pueda ocurrir algo así. Ha sido una caída desde casi seis metros de altura pero, gracias a Dios, sólo fue una vértebra rota. Pese a que me recomendaron reposo absoluto, desde el día 1 de septiembre estoy vistiendo y trabajando mucho en el taller.

En este oficio, has encontrado amigos y enemigos, ¿no?

Si, un poco de las cosas. Te llevas muchos palos de gente que piensas que puede ser tu amiga y, después te demuestra lo contrario. Nunca me ha gustado criticar, sólo he procurado defender mi trabajo. Hay gente que se instala delante de los pasos para acribillar y criticar a toda costa…es lo que menos me gusta de esta profesión. Entiendo que pueda haber personas a las que le puede o no gustar mi trabajo; y eso lo respeto porque cada uno es libre para tener un criterio u otro. Lo que no acepto es que haya personas que se inventen cosas y critican por hacer daño. Es muy fácil criticar y muy difícil demostrarlo. Hay vestidores y bordadores que me acribillan y luego no hacen nada para demostrar que son mejores que yo.

¿Tiene página web?

Estoy en proceso. Hoy en día, Internet es una herramienta de trabajo más. Nos beneficia aunque, también, nos hace daño.

¿Por los foros?

Más que leerlos me lo cuentan. Internet se ha puesto como el mundo del corazón; la cuestión es despellejar a la gente. La función de informar se ha cambiado por la de destruir. Sin duda, hay páginas como Arte Sacro, La Pasión o Arte Cofrade que ayudan a los artistas y a la Semana Santa… pero, también, hay otras que hacen mucho daño. Y no sólo a los artistas, sino a cualquier persona relacionada con el mundo de las cofradías. La cuestión es destruir. Y lo que más le duele a uno es que te destruyen o intentan destruir tus compañeros del mismo gremio. Me han criticado restauraciones que, ni siquiera, han pasado por mi taller.

Pero, también hay muchos que le siguen y apoyan

Lo he notado cuando he tenido el accidente. Tengo que darles las gracias a mis familiares, amigos, a las Hermandades… a las visitas y llamadas continuas interesándose por mí, todo tipo de atenciones… y eso se agradece cuando uno pasa por esto. Porque se pasa muy mal y esto ayuda a superarlo.

El palio para Jesús Despojado, su gran proyecto

A principios de año se daba a conocer el proyecto de restauración de las actuales bambalinas y techo de palio y ejecución de nuevas bambalinas para el paso de palio de la Hermandad de Jesús Despojado. Un diseño basado en el estilo decimonónico, asimétrico formando cardos, ramas entrelazadas, hojas de acanto, flores y campanillas. A petición de la Hermandad, el escudo de la Corporación figurará en la bambalina delantera y trasera. 

No cabe duda que el palio para la Virgen de los Dolores y Misericordia, de la Hermandad de Jesús Despojado es el compromiso de mayor calado al que la joven trayectoria del taller que regenta José Antonio Grande de Lebrón se enfrenta. El bordador asegura que “el palio se encuentra en muy mal estado. En unas condiciones lamentables debido a que nunca ha sido restaurado y a las muchas lluvias que ha padecido. Tiene manchas de humedad muy profundas. El techo, incluso, tiene las esquinas desechas por la cantidad de agua que le ha caído”.

En la actualidad todos los bordados se han desmontado y se ha comenzado con la limpieza de algunas piezas. Tras la restauración, el paso de palio volverá a recuperar la tonalidad azul marino del terciopelo que, en los últimos años, se acercaba más al negro. “Lo vamos a restaurar respetando, al máximo posible, la pieza original. En este momento, se están restaurando las piezas, una a una, en bastidores pequeños para después pasarlas al terciopelo”.

Si se cumplen los plazos, cuando acabe la Semana Santa del próximo año el palio se encontrará, al completo, restaurado. “La idea es dedicarle, después de feria, el resto del año, al nuevo palio. Si todo marcha según los plazos, el estreno se producirá en el año 2007”.

Grande de León sabe lo importante que es esta oportunidad que le brinda la Hermandad de Jesús Despojado: “No la voy a desaprovechar; sé lo que significa tener un palio en Sevilla y la responsabilidad que tengo entre manos. Te prometo que no voy a defraudar ni a la Hermandad ni a Sevilla”.

El joven artista lo asegura convencido. De hecho, numerosas manos expertas son las que van a contribuir a que este proyecto pueda realizarse con las mejores garantías, según comenta. “Vamos a usar los mejores materiales en un trabajo que aúna doble esfuerzo: por un lado, la restauración de las bambalinas, que pasarán al interior, y la ejecución de las nuevas”.

El más solicitado

A sus 30 años, José Antonio Grande de León es el vestidor que más imágenes viste en la Semana Santa de Sevilla. Con catorce años vistió a su primera dolorosa: la Soledad de Osuna. A esta le siguieron la Anunciación de Juan XXIII, Ntra. Señora del Amor (Pino Montano) y la Soledad en su Esperanza de la Parroquia de San Ildefonso.

La primera dolorosa para la Semana Santa de Sevilla a la que viste es la Virgen del Dulce Nombre. Dos años más tarde le hacen vestidor de la Virgen de la Consolación de la Hermandad de la Sed y a ésta le siguieron: Dolores y Misericordia de la Hermandad de Jesús Despojado, Piedad y Caridad del Baratillo, la Virgen del Socorro de la Hermandad del Amor, la Merced de Pasión y la Virgen del Carmen de Calatrava. Durante tres años vistió a la Soledad de San Buenaventura, imagen en la que dejó un personalísimo sello al vestirla a la antigua usanza. En la provincia viste a la Virgen del Socorro (Alcalá de Guadaíra), Belén (Patrona de Pilas), Amargura (Montellano), Dolores (Patrona de Camas), Amargura (Arcos de la Frontera), Esperanza (Utrera) y Dolores (Puebla del Río). 










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