Amor y Socorro en la Plaza del Salvador. Francisco de Borja Cordero Murillo
Desde la Colegiata del Salvador, el silencio irrumpe la oscuridad vespertina, el dolor y pena se hace presente en la brisa de la suave noche, Jesús irrumpe al pueblo sevillano, muerto de Amor sobre el árbol de la Cruz, quedando fijado en el madero con tres clavos. El Rostro e imagen es pura expresividad combinado los rasgos realistas del estudio anatómico con la suavidad del final del martirio. La Corona de espina se talla directamente sobre su cabeza. Destaca el plegado sudario que se ata a sus dos caderas con abultados nudos laterales.
Y mientras Jesús muerto de Amor sobre la Cruz, María, testigo silencioso del desprecio del Tetrarca hacia su Hijo, pasea su Amargura en dolorosa vía hasta la Catedral, sabiendo que tras de ella, acompañado por nazarenos de Ruán caminará Jesús crucificado por las sendas del Calvario, llevando Amor y Socorro, para morir amando e ir confiriendo vida.
Amor te da, buen cristiano,
Sufriendo está y llora a chorro,
Muerto va y te da la mano,
Cristo de Amor Sevillano,
Con la Virgen del Socorro.
Fotos: Francisco de Borja Cordero Murillo