De regreso en San Juan de la Palma. Francisco De Borja Cordero Murillo
Rompiendo la madrugada, regresa a su templo ungida por el fervor de Sevilla, María Santísima de la Amargura; la Rosa que sin norte comprendido, lleva el dolor florecido en su mirada, va Herida por el filo de su llanto, y su pena se sumerge entre el pavor de la gracia y la ternura. Sigue a su Hijo el Señor del Silencio, de blanco perenne, el cual de forma inexplicable y cautiva, se presenta ante el pueblo sevillano que lo espera; ¡No!, para condenarle, sino para expresarle la máxima de Amor que desde mi ciudad Mariana, elevamos al Señor y a su Bendita Madre.
Desde San Juan de la Palma
se desplaza con dulzura,
calle Feria rompe el Alma,
Silencio Blanco es la calma,
A la voz de… ¡La Amargura¡
Fotos: Francisco De Borja Cordero Murillo.