La Quinta Angustia por la Plaza de Triunfo. Francisco de Borja Cordero Murillo
La tarde comienza a disgregarse en el horizonte y Jesús se encuentra en el último combate de las tinieblas, en su descendimiento de la Cruz. Su rígida figura queda suspendida en el trivial lienzo nacarado. Los brazos perviven a la gravedad de su tensión cimbreante, y a los pies de la Cruz, la Virgen de la Quinta Angustia, espera con dulzura envolver el cadáver de Jesús.
Muerto se encuentra, Jesús,
Pilato da su permiso,
Ya, lo bajan de la Cruz,
Quinta Angustia, ya no hay luz…,
Se ha cumplido lo previsto.
Foto: Francisco de Borja Cordero Murillo.