Arte Sacro
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El Fiscal. Diario de Sevilla.


Meditación imaginaria en el coro. Dejó la gabardina cuidadosamente en uno de los posabrazos. Cuando miraba con fijeza al altar, se le fue el santo al cielo por unos minutos. Quizás se distrajo con la minuciosidad del gótico mudéjar de la sillería del coro de la Catedral. O tal vez con un sermón de nunca acabar. El caso es que el personaje se puso a pensar en 2006... "Tenemos que arrancar el año fuertes, sin meteduras de pata que den pie a una cuaresma convulsa, sobre todo porque mucho me temo que si otros años se ha hablado de dinero o del tema de la seguridad, seguro que en este arranque de año se hablará mucho de las nuevas hermandades en la nómina de Semana Santa. ¡Qué cruz me ha caído! Son las típicas situaciones que no me gustan nada, pero nada. El año pasado gestionamos bien la propuesta del Resucitado. La clave estaba en posponer el debate, en lograr que pasara la Semana Santa sin que nosotros ni el Arzobispado nos pronunciáramos en firme. Alcanzamos así el mes de junio y fue todo bien, al menos conseguimos que el tema se tratara sin el contexto de la cuaresma. El rechazo de todos mis consejeros a la propuesta del Resucitado fue unánime. El problema es que esa unanimidad no se da ahora en el caso de San Pablo. Salvo mi vicepresidente, que tiene un criterio claro de no ampliar ningún día, los demás reparten sus favores y sus disconformidades según los casos. Antes teníamos el Resucitado y ahora, además, San Pablo, el Carmen Doloroso... ¡Esto ya es demasiado! Hay hermanos mayores que me dicen en privado una cosa y después callan en las asambleas. Y si éramos pocos, el Ayuntamiento se mete por medio a apoyar a las nuevas cofradías. Por un lado se quejan en la prensa de lo que cuestan las horas extras de la Policía Local, pero por otro hacen su demagogia particular diciendo que no habría ningún problema en montar un dispositivo para la cofradía de San Pablo. Y este 2006 me temo lo peor con unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina. Con el cardenal ocurre también que primero dice que las puertas de la Catedral están abiertas para todas las hermandades, que se ilusionan rapidamemente, y después dice que es el Consejo el que tienen decidir y tomar la iniciativa. Y ahora vienen a mí de todos los barrios recordándome las palabras del cardenal. ¿Y qué les digo yo? A ver si mañana me inspiro durante la partida de golf..."

Ley tabaquera. Nadie ha llamado por el momento al teléfono del Ministerio de Sanidad para preguntar si se podrá seguir echando un pitillo al aire libre de los atrios  de San Antonio Abad, de la Basílica de la Macarena, del ex convento de la Paz o de la Parroquia de San Sebastián durante esas homilías  soporíferas (recuérdese la marcha apócrifa –de cornetas y tambores por supuesto– titulada Mi cigarrito sermonero) o durante esas bodas a las que uno no sabe verdaderamente por qué le han invitado (para los casos de enlaces junto al Arco debe interpretarse la marcha Espumosa nupcial en el Plata). ¿Se podrá fumar o no en los atrios? ¿Y en las sacristías? ¿Y en los servicios de la Catedral donde se oye la tos del maniguetero recargando el nivel de nicotina? Por lo pronto, la única certeza es que en los palcos y en las más de veinte mil sillas de la carrera oficial sí podrá consumirse tabaco. El Ayuntamiento tiene claro que al ser un “espectáculo al aire libre” (algunas aplicaciones de las leyes por analogía las carga el diablo) no procede la prohibición taxativa. Ya saben, a seguir tocando la marcha Mi cigarrito tras las oficios camino del palco. El que lo tenga,  claro. El palco, no el cigarrito.

¿Atasco en ventanilla? Los empleados de una sucursal bancaria del entorno inmediato de la Plaza Nueva andan bastante enojados por la tarea que les supone tener que hacer frente al pago de los premios de las participaciones de lotería de varias hermandades que han resultado agraciadas con la pedrea. En la mañana del pasado jueves se produjo un colapso y escenas de desesperación. Al parecer, hubo quienes quisieron cobrar el mismo día 22 con el sorteo recién terminado. Cierto interventor perdió los nervios detrás de la caja y exclamó: “¡No se acepta más lotería del..! [inclúyase aquí el nombre popular de la corporación] El buen hombre no recuerda ya cuando a esta sucursal le tocó gestionar cientos de millones de pesetas de hace pocos años porque ese mismo número fue el primer premio de un sorteo ordinario. Seguro que entonces –henchido de gloria– telefoneó a los altos jefes de Madrid para dar cuenta de tamaña hazaña. Pero claro, ahora toca pagar cientos de pedreas que sólo atascan la ventanilla.

Juan Garrido. La concesión del premio Andrés Vandelvira a este veterano de la canonjía y de la gestión tanto de intereses públicos como eclesiásticos no debe quedar en una mera reseña sobre un galardón que reconoce una notable labor en defensa del patrimonio histórico. Garrido pertenece a una reducida hornada de sacerdotes (el difunto Manuel Benigno García Vázquez, el actual delegado ejecutivo del Cabildo Catedral, Francisco Navarro y, lamentablemente, muy pocos más) fundamentales en el pontificado de monseñor Amigo, con capacidad de adaptación a los tiempos y con una altura de miras que ya quisieran tener las nuevas generaciones de jóvenes sacerdotes que copan ya los principales puestos directivos de la Diócesis. Garrido Mesa representa el aperturismo en el seno de la jerarquía eclesiástica que por edad deberían encarnar los nuevos chicos de Palacio. Y resulta que es justo lo contrario. Cuantos más jóvenes, más retraídos, más conservadores, más cercanos al manteo y el bonete, más temerosos de no molestar al poder político y más encerrados  tras la trinchera de la secretaria.

E mail recibido. El mensaje llegó esta semana al ordenador de la familia Suárez López. Procede de un matrimonio norteamericano (Edward y Helen) perdido estos días por los mares de este mundo. Ambos vivieron una  intensa Semana Santa y conocieron y departieron con Su Eminencia el Lunes Santo en el Barrio León. El mensaje dice: “Nuestra posición es Latitude: 18 Deg N 40 min W y Longitude: 029 Deg 22 min W [...] Estamos a muchos kilómetros de Sevilla [...] Muchas felicidades a todos. Y al Cardenal de Sevilla también”.

El pertiguero. Primer golpe. El calvo de la lotería no sólo sopló  en Vic (Barcelona), donde cayó integro el Gordo de Navidad, también lo hizo con una pequeña bocanada de aire por Villarasa (Huelva). El número que ha jugado y repartido el ex presidente Antonio Ríos ha resultado agraciado en el bombo con un premio menor. Cien euros al  décimo no resuelven la vida, pero dan para un homenaje. Segundo golpe. Fernando Aguado ha realizado los cuatro nuevos arcángeles para la Virgen de la Salud de San Isidoro, una de las corporaciones de gloria más vivas que se conocen. Están hechos en madera de cedro, estofados en oro fino y policromados. Tercer golpe. ¿Por qué en la Delegación de Fiestas Mayores se han enterado por la prensa de la cesión de una nave del antiguo convento de San Agustín a la Hermandad de San Esteban? Es una decisión de Urbanismo.  Y ciriales arriba.  Hablando de opositores, menuda cena de Navidad organizaron los ex mandatarios y afines del Gran Poder en el Club de Tenis Betis. Cierto camarero asegura que fueron casi 80 y que entre ellos había miembros hasta de la actual Bolsa de Caridad. Nos sopla también que el promotor tiene nombre de licor exquisito de la Palma del Condado.

EL LAGARTO DE LA CATEDRAL:

<<Entérate si el párroco de San Vicente, Antonio Mauri, está a punto de dimitir de sus funciones como director espiritual de las Siete Palabras, donde la cosa la pintan ya tan negra como cuando se alude al taxi para valorar el número de hermanos que frecuentan la corporación>>

 elfiscal@diariodesevilla.es 










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