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La ampliación del Bellas Artes en Monsalves logra aprobación unánime. Alicia Almárcegui. Diario de Sevilla


 "Sevilla se lo merece". La ampliación del Museo de Bellas Artes mediante la conversión del cercano palacio de Monsalves en segunda sede de la institución es, sobre todo, una "buena nueva". Pero esta noticia, hecha pública el miércoles por la Consejería de Cultura, llega con mucho retraso. Ya en los años sesenta, década en la que Antonio Bonet Correa, catedrático emérito de la Historia del Arte de la Universidad Complutense, era director de la pinacoteca sevillana, se realizó un estudio para hacer crecer el museo hacia el cercano Palacio de los Osuna situado en la propia plaza del Museo. "En su momento yo fui partidario de comprar el Palacio de los Osuna e instalar allí un segundo foco del museo dedicado por entero a la época romántica de Cecilia Böhl de Faber y Fernán Caballero", enfatiza el profesor y director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La opción que se barajó con fuerza de construir nuevos espacios en lo que queda del huerto del Convento de la Merced en el que se ubica el Museo de Bellas Artes –una propuesta por la que apostaba el actual director del centro, Ignacio Cano– era un despropósito, en opinión por los expertos consultados por este diario. "Llevar la segunda sede de la pinacoteca a Monsalves elimina riesgos como el de ocupar el último espacio que quedaba del jardín conventual. Hay que tener en cuenta que el Bellas Artes tiene fundamentalmente pintura religiosa creada para el propio edificio en el que se ubica en la actualidad, por este motivo es prioritario mantener el huerto que había junto al edificio primitivo", razona Vicente Lleó, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.

Asimismo, insiste este experto en la pintura barroca sevillana, la elección de Monsalves es muy acertada, ya que este palacio albergará las pinturas de los siglos XIX y XX. "El continente se adecua con el contenido", adelanta Lleó. Y es que el inmueble original de este palacio desapareció casi totalmente a inicios de la centuria pasada cuando el arquitecto Aníbal González llevó a cabo su remodelación. Si pasa a albergar los fondos decimonónicos y del siglo XX habrá sintonía entre las pinturas y el espacio que las cobijará, según indica Lleó, investigador de una de las joyas que todavía luce el Palacio de Monsalves: la pintura de corte profano procedente de la Casa del poeta Arguijo. atribuida "casi en un 99 por ciento" al pintor Alonso Vázquez, trasladada al edificio a finales del XIX por el Marqués de la Granja.

Otra de las máximas autoridades en pintura barroca sevillana, el también catedrático de Historia del Arte de la Hispalense Enrique Valdivieso, coincide en señalar la "coherencia" que tiene la decisión de llevar la pintura romántica del siglo XIX y las obras datadas en el XX al Palacio de Monsalves. De este modo, el Convento de la Merced, un edificio del barroco, quedará expedito para albergar la pintura de su mismo estilo, todo un "acierto".

"Monsalves es el sitio idóneo para la pintura del XIX", enfatiza el catedrático mientras lanza una advertencia: no basta con trasladar los cuadros del Convento de la Merced al Palacio de Monsalves, hay que completar la colección de esta época. "La pintura romántica tuvo en Sevilla uno de sus principales focos, por delante de Madrid, Bilbao y Barcelona –recuerda–. Sin embargo, el Bellas Artes, a pesar de que posee ejemplos de casi todos estos autores, tan sólo atesora obras insignificantes de muchos de ellos".

Como muestra cita los casos de Valeriano Bécquer, Antonio Cabral Bejarano y José Cabral. Adquirir cuadros de esta escuela sería "interesante" a la par que económico ya que no son obras "excesivamente caras" y aparecen con regularidad en el mercado del arte. En cualquier caso, la posibilidad de que el Bellas Artes se enriqueciese con la colección de pintura andaluza propiedad de la baronesa Thyssen con la que se ha venido especulando en los mentideros de Madrid y de Sevilla – ya se ha cedido una colección similar a Cataluña– no sería la solución definitiva que vendría a paliar el déficit de pintura de este periodo histórico ya que, señala el profesor, "algunos son hasta falsos". "Nunca se podría adquirir el lote completo", enfatiza.

Para el pintor y comisario de exposiciones Juan Fernández Lacomba la decisión de ampliar el Bellas Artes llega "con veinte años de retraso". A su modo de ver, debería haber sido el vecino cuartel de San Laureano el lugar elegido para exhibir la pintura de los siglos XIX y XX y no Monsalves. Coincide con Valdivieso a la hora de incidir en que el Bellas Artes posee una colección incompleta de pintura moderna. Ausencia que es extensible prácticamente a toda la geografía andaluza. "No tenemos apenas obras de pintura moderna. La mayoría de las que se han exhibido en nuestra comunidad en los últimos años procedían de colecciones particulares. De hecho –continúa Lacomba– las que hay en el Bellas Artes y serán llevadas a Monsalves fueron fruto de donaciones generosísimas de los pintores andaluces y sus familias, no compradas".

La ampliación del Museo de Bellas Artes de Sevilla con la incorporación del Palacio de Monsalves permitirá a la pinacoteca sevillana ganar unos 2.700 metros cuadrados expositivos, que se sumarán a los 6.000 que posee ahora. En el área que se gane con esta propuesta que ahora estudia el Ministerio de Cultura se instalarán salas de exposiciones permanentes y temporales (lo que dará vida al edificio), servicios educativos, espacios dedicados a la investigación y la restauración y zonas para otros usos, como cafeterías o restaurantes.










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