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Provincia. El alcalareño barrio del Campos de las Beatas recibió a María Santísima de la Salud y a San Juan Evangelista tras su solemne bendición


Manuel Pinto Montero. La Agrupación Parroquial de la Tercera Palabra esperaba con ansia el momento de presentar a la Santísima Virgen de la Salud al popular barrio alcalareño del Campo de las Beatas. El día elegido fue el 20 de febrero de 2016, segundo sábado de Cuaresma. Momentos antes de la hora indicada se podía contemplar, como si de una peregrinación se tratase, a los vecinos caminar hacia el Puente de Carlos III para cruzarlo y poder contemplar a su Virgen de la Salud. Éste fue el lugar elegido por la Agrupación, donde se encuentra la frontera entre el Campo de las Beatas y el centro histórico de la ciudad panadera.

Bajo uno de los ojos del histórico monumento y tras grandes colgaduras que cubrían el puente se encontraba la Santísima Virgen de la Salud y el discípulo amado, San Juan Evangelista. El acto se iniciaba con la lectura que explicaba el pasaje bíblico que representaría las nuevas tallas junto al Cristo de San Miguel, se trata del momento en el que Cristo entrega a su Madre para que fuese Madre nuestra. Tras ésta lectura tomó la palabra el autor de las imágenes, Darío Fernández y el vicepresidente de la Agrupación que tras los agradecimientos dio paso a Enrique Pavón, concejal de Fiestas Mayores.

El momento tan esperado por todos los presentes llegó cuando Félix Amo, director espiritual y párroco de Santa María y San Miguel, tomó la palabra y las colgaduras se abrieron contemplándose las bellas imágenes de la Santísima Virgen y del discípulo. Eran las seis y siete de la tarde cuando un tímido sol por vez primera iluminaba el rostro de la nueva dolorosa alcalareña. Unos minutos después, a las seis y cuarto de la tarde se procedía a bendecir las sagradas imágenes ante la atenta mirada y la emoción de los hermanos y vecinos del Campo de los Beatas.

Poco después se iniciaba el traslado solemne y glorioso de María Santísima de la Salud y San Juan Evangelista hasta la Parroquia de Santa María y San Miguel. La Cruz alzada abría el camino mientras todas las miradas se centraban en el rostro de la dolorosa, numerosas fueron las muestras de aprecio al autor de las imágenes que acompañó durante el itinerario a la Agrupación Parroquial.

Dejaba atrás el lugar de la bendición para caminar poco a poco hacia su barrio cruzando el puente sobre las aguas del Guadaíra. En el centro del mismo se posó durante unos instantes antes de seguir el camino que la llevaría a los pies del Cristo de San Miguel.

María Santísima de la Salud es una talla de vestir con el rostro inclinado a la derecha y con la mirada que se dirige al Crucificado. Por sus mejillas resbalan cinco lágrimas, tres en el lado derecho y 2 en el izquierdo. Lució saya roja de terciopelo y manto azul de terciopelo, sobre sus sienes pequeña diadema de plata. En el pecho portó puñal de plata. La Virgen de la Salud tiene tallado los pies que se pueden contemplar al quedar al descubierto por la saya. Se nos presenta la Virgen con sus brazos abiertos acogiendo a todos sus hijos.

Junto a la Madre el Hijo que le entrega Jesús. La Imagen de San Juan Evangelista arropa a María en ese duro trance. Luce la talla túnica verde de terciopelo y mantolín rojo de terciopelo, en sus sienes nimbo de plata.

Muchos devotos portaron las andas que estaban exornadas con rosas rojas y lirios morados. En las esquinas iluminando las imágenes dos faroles de metal plateado cedidos por la Hermandad alcalareña del Perdón. Gran esfuerzo el que realizaron sus portadores al subir las empinadas cuestas del barrio, como la de Santo Domingo de Guzmán. En la calle la Rábida fueron las mujeres quienes portaron a la Santísima Virgen y a San Juan. El autor de las imágenes, Darío Fernández, tuvo el privilegio de tocar el llamador de las andas invitado por el grupo de capataces.

Los sones del Trio de Capilla Musical Madre de Dios de los Ángeles pusieron música al traslado que continuaba el recorrido por las calles del barrio ya con la luna como testigo cuando se acercaba al Templo Parroquial de Santa María y San Miguel. En el último tramo cayeron algunas gotas de lluvia, seguro que sería de la emoción de aquellos que partieron y contemplaban la llegada al barrio de la Madre de la Salud.  

Tan solo unos minutos antes de las ocho la Virgen de la Salud y San Juan Evangelista atravesaban el dintel del Templo Parroquial y contemplaban al Santísimo Cristo de San Miguel que esperaba en el Altar Mayor. Con un respetuoso silencio la Virgen atravesó el Templo hasta quedar situada en uno de los laterales del presbiterio.

La emoción se hacía presente entre los hermanos de la Agrupación al contemplar ya en el Templo a sus imágenes titulares: el Santísimo Cristo de San Miguel, Madre de Dios de los Ángeles, María Santísima de la Salud y San Juan Evangelista. El próximo Sábado de Pasión las nuevas imágenes de la Virgen de la Salud y San Juan Evangelista procesionarán junto al Crucificado de San Miguel, que en los próximos años completará el paso de misterio con las tallas de Santa María Magdalena y un soldado romano.

La Agrupación Parroquial de la Tercera Palabra continúa paso a paso su camino de Hermandad y en esta ocasión lo ha hecho llevando Salud a todos los vecinos del Campo de las Beatas.

Fotos: Manuel Pinto Montero.










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