www.artesacro.org

 

 

Los Cinco Sentidos

"Una noche cualquiera de un mes cualquiera. Al cobijo de la arboleda que precede al antiguo Hospital de las Cinco Llagas (hoy Parlamento de Andalucía), o en los huecos de los puentes que cruzan el Guadalquivir a la altura de la Expo, suenan los bellos acordes que engalanan las sombras y deleitan a los curiosos que por allí deambulan. Es la música celestial de las numerosas bandas de cornetas y tambores, afinando sus instrumentos como preludio al gran recital que ofrecerán en la Semana Grande de Sevilla, banda sonora que acompañará a Cristo desde el mismo momento de la Entrada en Jerusalén, hasta su Resurrección".

Así comenzábamos en 1999 nuestro primer especial de Semana Santa, que hemos intentado llevarles desde entonces cada Cuaresma, con mejor o peor resultado, sobre todo porque es muy difícil hacer un especial a la altura que ustedes se merecen, con un mínimo de personal que a la vez tenemos que seguir trabajando a diario para ofrecerles información de la Sevilla más arraigada a las tradiciones.

En estas páginas intentamos darles una visión particular de algo que esta presente en el ambiente de Sevilla, una muestra de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús que afronta todo su esplendor en la Semana Santa, pero que la ciudad vive durante todo el año, en cada barrio, en cada reunión, en cada domicilio particular.. en el alma de todos los sevillanos.

Vista: Tertulias, Extraordinarias y vida cofrade

Cualquier época del año es buena para que Sevilla recuerde al visitante cuál es su Semana Grande, cuál es su devoción y su religión, por encima de políticas y tapujos, superando las creencias.

Durante todo el año las tertulias cofradieras se reúnen en puntos neurálgicos de la ciudad, cercanos a la casa hermandad, locales adaptados como sedes de tertulia o bares que, con el paso del tiempo, se han convertido en espacios de divulgación evangélica, aunque, como personas que somos, también se combinan las palabras con la gastronomía y bebidas perennes.

Mientras que degustas la cerveza tras el arduo trabajo diario, tu mirada recorre el rosario de cuadros dedicados a las devociones del barrio, cuando las hay, o te sumerges en la decoración que tanto te recuerda a las fotos en blanco y negro.

La conversación versa sobre las extraordinarias que nos han acompañado el último año, las coronaciones que se avecinan o esa saya bordada a la cual están dando forma en ese taller cercano.

Ni siquiera el verano y su intensa calor hace mella en los cofrades, que aprovechan para arreglar sus templos o repasar de forma íntima a sus Titulares, para que cuando regrese septiembre su divinidad hecha madera luzca en todo su esplendor.

Cuando llega la cuaresma, como ocurre con el naranjo, las tertulias abren sus puertas y organizan degustaciones de bacalao, presentan sus carteles y entregan sus reconocimientos, todo ello al ritmo que les presta la banda que les acompaña ese año para tan digno evento...

Ya falta menos de un mes, llevas todo un año esperando la única semana del año que tiene 10 días y que comienza el Viernes de Dolores para concluir un Domingo de Resurrección. Y cuando pasa, ya estás esperando que pases esos 355 días que faltan para que el milagro se vuelva a repetir...

Oído: Letras de mágicos sonidos

Como preludio al gran acontecimiento, Sevilla se prepara intensamente para revivir cada año su Semana Santa, siendo quizás el acto principal el Pregón que se realiza en el Teatro de la Maestranza y que inaugura esos siete días cruciales para la capital hispalense. Palabras y versos que levantan el vello en la piel y hace surgir la congoja en el alma. Previo a ese pregón, otras voces no menos portentosas recorren las hermandades en forma de meditaciones, exaltaciones y pregones populares.

Como pasa absolutamente con todo, también habrá voces disconformes que encuentren la cal entre la arena y viceversa, porque también somos un pueblo inconformista, incluso con nosotros mismos.

¿Y quién no ha oído hablar de la Saeta?, esa mezcla de dolor y llanto que prende en el silencio, de padre flamenco y de madre Poesía. Cantar hondo de culto que el sevillano sabe escuchar con sublime respeto, acto que tiene su mayor relevancia en la "Exaltación a la Saeta" que se celebra cada año, o en los compases que nacen de las escuelas de la Sagrada Cena o en la vecina localidad de Marchena.

Pero si la quiere vivir en su pleno apogeo, vea la salida de la Hermandad del Silencio, La primera de la Madrugá, y sabrá el porqué son sinónimos Saeta y Silencio y donde Pepe Perejil desborda sentimientos líricos desde la pena de quien sabe que su padre morirá en breve... 

Parte fundamental de la Semana Santa son sus Bandas de Cornetas y Tambores, Agrupaciones Musicales, Tríos de Capilla y, por supuesto, Las Bandas de Música.  Los primeros, y segundos acompañan a los pasos de Cristo y preceden a las Cruces de Guía. Son sonidos nacidos en Málaga, de la Policía Armada en el primer caso y del corazón del Cuartel de la Guardia Civil de Eritaña en el segundo, en esta ocasión estilo nacido en Híspalis.

La música de capilla se interpreta en las cofradías que van en silencio o en los actos externos de carácter piadoso, como son los vía crucis.  Las Bandas de Música acompañan a María Santísima en su pesar, además de, como es el caso de la Los Servitas, acompañar a su misterio, aunque en el pasado también conocieron sus sonidos los misterios de la Sagrada Mortaja, Siete Palabras o Cristo de Burgos.

Y todo esto a pesar de las normas municipales que hacen de esta ardua labor musical pasionista, casi una condena para las bandas que comparten su labor profesional con el frío, la lluvia, las inclemencias y hasta con las multas y los vecinos...

Pero hay otro sonido característico de este Tiempo litúrgico: el rachear de los costaleros y las voces de mando del capataz que, al unísono, van interpretando esa partitura vital en los ensayos de las cuadrillas que concluirán en el magno concierto que supone la Salida en estación de Penitencia.

¡Tos por igual, valientes". A esta es!. Y, tras un golpe seco de llamador, el paso se eleva hasta el cielo. Son las palabras del Capataz mandando a los costaleros a iniciar la andadura del paso, al igual que la frase "Ahí Queó" les indica el final de la misma.

Pero también Sevilla tiene su música sacra. Sobriedad y Seriedad conformado notas de dolor y clemencia hacia Cristo con la música de capilla, o en el concierto que se hace gloria en el Miserere de Eslava a celebrar en la Catedral en días previos a la Semana Santa o en la parroquia del sagrario de forma más popular.

Y si tiene la mala suerte de caer enfermo en su visita a esta gran pasión sevillana, no se preocupe, las televisiones locales (y municipales), así como las veteranos radios, le informarán puntualmente de las salidas, entradas y carrera oficial de las hermandades, sin bullas, sin prisas, aunque les aseguro que no tiene nada que ver con la realidad del momento, con la vivencia de sentir la cofradía en directo.

Gusto: Los bares cofrades.

Tal y como les indicamos en el primero de los sentidos, hay rincones de Sevilla dedicados todo el año a recordar lo que pasó y a conmemorar lo que pasará de nuevo. Son los bares cofrades que, entre buen tapeo, una cerveza helada, olor a incienso y sones cofrades, nos sumergen en ese característico ambiente que hace a nuestra ciudad un Vía Crucis de constante devoción.

La tertulia y la sabiduría se mezclan con las fotografías, con las imágenes, y con productos típicos de la tierra, museos iconográficos de la Semana Grande de Sevilla. "Albores", en la calle Palma del Río en Pío XII, "La Madrugá" en San Hermenegildo, "Casa Ricardo" en San Lorenzo, "La Fresquita" en el Barrio de Santa Cruz o "Casa Ramírez" en San Bernardo, son una mínima referencia de obligada visita para comprobar ustedes mismos por qué hay establecimientos hosteleros tan relacionados con la Semana Santa.

Pero entre todos, destaca uno por lo atípico en este apartado, un sitio que se ha convertido en centro de culto, aunque no resulta cofrade a primera vista, si que resulta punto crucial de visita para todo aquel que se encuentre en la zona de Santa Catalina.

Me refiero al "Rinconcillo" situado entre la calle Gerona y la Plaza de los Terceros. Punto de encuentro de tertulias y contra-tertulias, de trios de capilla, de entrega de premios y de historia viva de la ciudad.

Tacto: Tocar a Dios.

Resulta curioso pero, para el visitante, uno de sus fines principales es intentar tocar las imágenes lo cual llega a ser casi un reto. Lo que ellos no saben es que eso es imposible. Vayamos por partes; es imposible tocar las imágenes cuando están sobre sus paso, pero todas las hermandades realizan actos previos a la Semana Santa (Triduos, Quinarios, etc...) en los cuales, a su culminación suelen poner a sus imágenes titulares en besapiés o besamanos, único momento real en el cual podemos tocar a las imágenes.

Otro acto muy particular es el tocar los respiraderos del paso cuando está parado o pasando junto a nuestro lado, esto no se debe de hacer, porque estamos dañando el patrimonio de la cofradía, en realidad lo que se debe de hacer es "santiaguarse" ya que no está permitido el tocar los pasos, aunque la realidad sea otra muy distinta.

Otra forma de activar este sentido es la cera que se desprende de los cirios portados por los nazarenos. Les resultará muy curioso la comitiva de niños que se acercan a los nazarenos para pedirles cera, la cual acumulan poco a poco, hasta formar una gran bola. 

De todos modos esto llega a convertirse para el nazareno en su verdadera penitencia, ya que el acoso de algunos de estos críos (y no tan críos), puede crispar al más santo de los varones, sobre todo en el tramo comprendido por la carrera oficial donde el caramelo está casi vetado y es más chic el pedir la estampita de turno, la medallita o la cera.

La otra cara de esa moneda, es el acto voluntario del nazareno que ofrece cualquiera de sus "ofrendas" a los más pequeños sin necesidad de utilizar la famosa cancioncilla "Nazareno, dame un caramelo. Si no me lo das...". Esa sonrisa que muestran los niños cuando reciben este preciado galardón es uno de los momentos más emotivos en la vida de los futuros penitentes y en el recuerdo de sus padres.

Olfato: Incienso y Azahar.

Nos trasladamos hasta principios del mes de marzo. Los naranjos empiezan a mostrar esos tonos blancos que en breve darán forma al azahar, perfumando las calles hispalenses con ese característico aroma que la hace diferente, que avisa de que la primavera no puede esperar más, que pronto, muy pronto, Dios recorrerá Sevilla acompañado de su pueblo.

Esta vez elegimos el mes de junio y damos un paseo por el centro histórico, tomando como punto de partida la Plaza de la Encarnación, paseando por la calle Puente y Pellón en dirección a la Plaza del Salvador.  Justamente, entre estos dos puntos, esta la calle Córdoba, la cual tiene un aroma exótico que invade el aire y embriaga el alma, un olor a Iglesia, a santidad que purifica los sentimientos.

Es el incienso, que venden en pequeños puestos ambulantes; aroma que pertenece al mayor Templo erigido a Cristo y conocido por "Sevilla", la Tierra de María Santísima. Esta mezcla de esencias procedentes de oriente que precede a los pasos en la Semana Santa y que en esta concreta calle sevillana podemos disfrutar durante todos los días del año esencias que surgen de incensarios con forma de Hornos de la Cartuja y que prende gracias a las pastillas de carbón incandescente.

Quizás usted, en su particular visión externa de la pasión, no entienda qué relación hay entre el olor y la devoción, pero si piensa visitarnos en Semana Santa, podrá entender perfectamente la gran relación y la reciprocidad entre estos términos, sentimientos y sentidos hechos uno.

Fotos: Francisco Santiago

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

 

©Todos los derechos reservados - www.artesacro.org