Nuevas normativas de aplicación, con el fin de dignificar los desfiles procesionales en la próxima Semana Santa: Vendedores de globos

Siguiendo un año más y dando un paso importante que ya comenzamos el año pasado. Se están estudiando una serie de medidas por un grupo creado ex profeso, formado por especialistas nombrados por las autoridades municipales, el Consejo de Cofradías y supervisión de la autoridad eclesiástica, de una serie de medidas o normativas a aplicar sobre el control de la venta ambulante que cada vez cobra más un protagonismo muy negativo y desvirtúa el contenido, la imagen y el propio espíritu devocional que siempre deben de tener nuestras estaciones de penitencia.

Queremos matizar desde un primer momento que no es el objetivo de este grupo, aun en formación, el perjudicar la actividad económica y a la vez productiva de estos industriales que aprovechan estos días de festividad en la calle para paliar en todo o en parte las débiles economías de sus propios actores, incrementadas por la crisis.

Debemos informar también desde un primer momento que las acciones a aplicar nunca se basarán en un espíritu sancionador o recaudatorio como pudiera pensarse, sino más bien estarían encaminadas a la aplicación de medidas de control y regulación. Siempre diseñadas para potenciar una imagen de la ciudad que, aunque con un carácter festivo, lleva implícito un fuerte componente de tipo evangelizador y devocional sin los cuales nuestra Semana Santa en la calle, no tendría sentido celebrarse.

En años posteriores y sin pausa, pero tampoco sin prisas, estableceremos medidas de control sobre otros colectivos que ejercen la venta ambulante en el entorno de las cofradías en la calle, como los vendedores de trompetillas y tambores, los que venden productos de cárnicos como hamburguesas o perritos calientes, refrescos, medallitas y otros elementos supuestamente devocionales etc.

En esta ocasión hemos considerado prioritario el centrarnos en el “colectivo de globeros” por el deterioro que en muchas ocasiones provocan en la imagen que esta ciudad debe ofrecer en la celebración de sus fiestas de tipo pasionista y la religiosidad y devoción con la que ha de celebrarse.

En primer lugar, hay que actuar con la máxima contundencia contra aquellos vendedores de globos que acercan sus piñas altamente inflamables a pocos metros del cortejo e incluso tienen la osadía de acercarse a pocos metros de los pasos de nuestras Imágenes procesionales para aumentar su venta, e incluso se atreven a mover su mercancía con el fin de atraer a los niños al mismo ritmo de la marcha que está interpretando en ese momento la banda o agrupación musical en el momento. Esta actitud debe de prohibirse ya desde este año por la falta de respeto hacia nuestros amantísimos titulares y por el espectáculo grotesco y algo circense que deteriora en mucho la imagen de nuestras cofradías a propios y extraños.

Otro punto importante de aplicación a los globeros es la prohibición expresa de productos basados en series infantiles (Peppa Pig, Caillou, La Patrulla Canina, Shin Chan, etc.) informando que, para esta próxima Semana Santa, se podrán vender en la vía publica y a una distancia nunca inferior a los 150 metros del desfile los clásicos globos ovalados de toda la vida y otros nuevos que se fabricarían atendiendo al buen gusto de los futuros cofrades con figuras representativas de pequeños nazarenos, costaleros, monaguillos y músicos con el fin de potenciar sus preferencias futuras en este mundo de las cofradías y erradicar definitivamente modelos «made in china», con lo cual reforzaríamos la tan deteriorada industria local, con nuevas e innovadoras formas de fabricación.

Hemos observado desde hace años la indumentaria de este colectivo totalmente desaliñada e impropia de estos días en que Sevilla viste sus mejores galas, para lo cual proponemos un control en general de estos industriales no regulados por ninguna legislación a una serie de medidas de obligado cumplimiento con ficha de identificación personal, zona o zonas delimitadas donde ejercer su actividad comercial, reconocimiento médico higiénico sanitario y calendario vacunal por el importante riesgo, a nivel de manipulación de productos supuestamente con riesgo de toxicidad y su posible trasmisión a un público infantil que es la principal y única clientela.

Asimismo, aunque por la premura de esta medida y su implantación para la próxima Semana Santa, se les exigirá una uniformidad sencilla, pero a la vez digna; por lo que se le facilitará a aquellos vendedores que lo soliciten prendas de vestir a la medida que requiere esta celebración que debemos de vivir desde el respeto y la compostura como Dios manda.

Todas estas acciones de control serán ejercidas por personal altamente cualificado en estos temas y se harán de forma totalmente gratuita para estos vendedores, por lo quel se les exigirá su cumplimiento.

Fotos: Francisco Santiago, Mariano López Montes y Fco Javier Montiel.