Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo Ordinario
  • domingo, 30 de junio de 2024
  • faltan 287 días para el Domingo de Ramos

Presentado el proyecto de los nuevos faldones para el palio de la Virgen de las Angustias de los Gitanos


Arte Sacro. Este jueves 8 de febrero se presentaba en la Casa Hermandad de Los Gitanos el proyecto de nuevos faldones para el paso de Palio de María Santísima de las Angustias.

426140681_720826426815783_5926576877246880795_n

Dicho proyecto, la actual Junta de Gobierno de la Hermandad, lo incluía en su programa de gobierno y tiene como objetivo el de mejora el patrimonio de sus pasos, siendo el más urgente, los faldones del palio, por el estado de deterioro de los actuales.

Dicho proyecto ha sido presentado a los hermanos y medios de comunicación por el Hermano Mayor, José María Flores Vargas, el asesor artístico de la Hermandad e ideólogo del mismo, Francisco Javier Conde Leo; Gonzalo Navarro, proyectista especialista en bordados encargado de plasmar sobre el papel estos faldones; y Carla Elena, del Taller de sucesores de Esperanza Elena Caro, quien se encargará finalmente de materializarlos.

En su turno de palabra, José María Flores, comentaba que estos faldones vienen a “enriquecer el patrimonio artístico de la Hermandad”, asegurando que se está trabajando para que su estreno sea en la Semana Santa de 2025.

Francisco Javier Conde Leo es el ideólogo de este proyecto, quien como artista y gran conocedor de la historia y parte artística de la Hermandad ha trabajado siempre en unos faldones que sean un complemento a la obra conjunta del paso de palio, siguiendo su línea y estética, aportándole, además de belleza, simbolismo y testimonio catequético.

Una vez definida la línea del proyecto por Conde, la idea ha sido plasmada en papel por Gonzalo Navarro, proyectista especialista en bordados que cuenta ya con importantes obras en la Semana Santa de Sevilla. Y la ejecución de la pieza, que es la fase final de estos faldones, la llevará a cabo el taller de sucesores de Esperanza Elena Caro. Ha sido el taller elegido tras estudiar las diferentes propuestas recibidas para ello, por su correspondencia en calidad y presupuesto, además de la confianza depositada en él, pues fue quien, además, realizó, para la Hermandad, hace seis años, la última túnica bordad del Señor de la Salud donada por un grupo de hermanos, con Pepe Manzano a la cabeza.

426157603_720826470149112_1919012939070796072_n

En resumidas cuentas, y en palabras del propio Hermano Mayor, “unos nuevos faldones acorde con el nivel y la categoría que tiene en la actualidad la Hermandad de Los Gitanos en Sevilla. Todo ello, para honor y gloria de María Santísima de las Angustias”.

Los nuevos faldones del palio de la Virgen de las Angustias desde el punto de vista técnico y artístico

Francisco Javier Conde Leo, quien calificaba su tarea en este proyecto como “un precioso encargo” empezaba agradeciendo a la Junta de Gobierno, no solo por permitirle su “total libertad artística” a la hora de dar vida a estos faldones, sino también por dejarle estar siempre “cerca de la Virgen y de su ajuar".

Además, antes de pasar a describir la parte técnica y artística de los mismos aseguraba, que “he puesto todo mi empeño, aunque parafraseando al recordado Pascual González, con su cara, sé que pocos mirarán los faldones”.

En la idea de este proyecto Conde ha partido de varias premisas y condiciones que consideraba imprescindibles. La primera, de carácter estructural, para Francisco Javier, los faldones deben encajar con el conjunto del paso, por ello, sus líneas maestras deben seguir su disposición, no solo en su estética, sino en su arquitectura, realzando sus cualidades y peculiaridades.

Destacaba que cuando la hermandad se trasladó al Santuario, el paso de la Virgen pudo permitirse más altura, creciendo con los nuevos varales. Una ligera desproporción que se puede reducir, al menos visualmente, jugando con el efecto que produce la línea recta, que vendrá a estilizar el paso con la prolongación de los varales por debajo, creando una visión ascendente desde los zancos hasta las perillas del palio.

En el centro del faldón, siguiendo las formas que predominan en la bambalina frontal, se añadirá un medallón central y un acompañamiento ornamental en forma de C que complete la pieza armonizando con el conjunto.

Por otro lado, el color de los faldones. Las Dolorosas usaban colores oscuros o negros en la mayoría de sus ornamentos, y la Hermandad de Los Gitanos no era una excepción. De hecho como puntualizaba Conde en su intervención, parece que tras la guerra se hizo un manto liso que según testimonio de nuestros mayores era rojo.

Pero en 1959, “se toma el acertadísimo acuerdo de Cabildo de escoger el azul pavo para la Virgen”, un color usado desde la antigüedad en el arte para representar el manto de la Virgen, por las connotaciones simbólicas que tiene. Un manto representa la majestad y el carácter real, y “no hay mejor color que el del firmamento para que sea usado por la que es Reina del Cielo”.

426163463_720826406815785_5062077205475583568_n

De hecho, ya la Virgen de las Angustias tuvo unos faldones de materiales menos nobles pero de ese tono azul que ahora se recuperará, dejando, en exclusividad, el simbólico morado pasionista para el Señor de la Salud.

Y por otro lado, una condición fundamental para arrancar este proyecto era priorizar el contenido simbólico de la obra, es decir, que, además de hermosa fuera didáctica, con un contenido catequético hondo para el fiel que lo ve pasar.

Para ello, Francisco Javier se ha basado en que los faldones de un paso de palio, son un ornamento estético, que sirve para revestir bellamente las bases de ese altar itinerante, un símil con los “pilares” que sustentan ese retablo provisional, que alberga a la Virgen en la Estación de Penitencia.

Por ello, inspirándose en la Vida de María, que se sostuvo ante todo en las Virtudes Teologales, ha ideado plasmar y representar, de manera simbólica, esos “Pilares” de la Santísima Virgen, contando para ello con tres faldones principales, como tres son las Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad.

Un simbolismo que además afecta en su disposición en los propios faldones, pues la Fe irá en el centro de todo, la Esperanza en el costero derecho que es la mano con la que la Virgen nos ofrece el rosario para la oración, y la Caridad en el costero izquierdo que es la mano en la que la Virgen porta el pañuelo del consuelo.

En cuanto a la ornamentación, Conde tenía claras las pautas a seguir, el palio es una pieza de una gran originalidad, personalísima obra de Gómez Millán con un gran colorido y un estilo inconfundible, “algo único que va por libre”, por lo que para esta parte ha querido beber más de piezas fronteras con los faldones, como son el manto y los respiraderos.

Para ello se ha dado vida a una ornamentación de fuente renacentista “con decoración de candelieri, que encontramos formando parte del manto de la Virgen como varillas de un abanico, y que puesta en los laterales de los faldones va a reforzar con su sentido ascendente la verticalidad del paso”.

Las pautas definitivas para la ornamentación se encontraron gracias a unas sedas antiguas procedentes de una capa pluvial desmontadas y que datan, como mínimo, del siglo XVII. Tras encontrar asesoramiento con especialistas en bordado se adquirieron para ser colocados en los faldones.

Estos bordados serán restaurados y enriquecerán enormemente la obra en conjunto, con esa antigüedad a la que se suma la calidad de su factura. Esta obra recoge las escenas perfectas para representar las tres virtudes teologales de una manera alegórica. Por un lado la más grande, que corresponde a la central es un precioso óvalo que plasma la Última Cena de Jesús. La Eucaristía es un gran misterio de la Fe y, máxime, para una Hermandad Sacramental como la de Los Gitanos. Acompañando a este bordado sobre la Fe, llevará una pequeña cartela con el texto “Misterium Fidei”, Misterio de nuestra fe, la frase que se dice en el momento de la consagración y que irá en latín, siguiendo la usanza del palio.

La cartela lateral relativa a la Esperanza albergará dos escenas que se han fusionado en un solo tondo, que representan las mujeres ante el sepulcro “¿por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” y Jesucristo Resucitado con la Magdalena. Una simbología que encarnará esta virtud a través de la Resurrección, porque no hay Esperanza más grande del cristiano que la resurrección. La acompañará el texto “Spem meam ponam in Deo” sacado de un salmo que dice completo: “En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! Me siento sumamente angustiado; por eso, mi Dios, pienso en ti”.

Y el tercer óvalo llevará otras dos escenas bordadas que recogen el Lavatorio y el Prendimiento. Es decir, que para representar la Caridad tendremos tanto el Prendimiento del injustamente tratado y abandonado por los suyos, como el lavatorio en el que se pone Cristo a servir a sus discípulos. Acompañado por el texto “et in omnibus Caritas”, que forma parte de una famosa frase de San Agustín que dice: “En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad”.

Un detalle que como Hermandad vinculada a la orden agustina, desde su origen, es bonito que aparezca algo de este padre de la Iglesia.

Complementarán a esta obra dos símbolos de la letanías tal y como están en el camarín de la Virgen que se ha convertido ya en algo inseparable de la imagen de la Madre. Irán Bordadas en esos mismos tonos azules.

Así, el faldón delantero llevará el Templo del Espíritu Santo y la Puerta del Cielo, ambas asociadas a la Fe de María, porque albergó en su seno a Jesús como primer templo y es la Puerta por la que nos ha venido el Salvador.

Y en el lateral derecho llevará la Estrella de la Mañana y el ciprés, íntimamente asociados a la Esperanza. La estrella que guía al que en las tinieblas anhela que llegue el día y el ciprés, ese llamado árbol de la vida por ser incorruptible semejando la inmortalidad y la resurrección.

Y en el otro lateral llevará el espejo y la escalera, que personifican la caridad. El espejo de justicia que refleja la perfección y esa escalera que es camino por el que ascender al cielo.

En la trasera llevaría el sol y la luna que además de ese simbolismo mariano que representa, se engloba también, alegóricamente en las horas de nuestra estación de penitencia, donde aparecerá el texto “inter nocte ac die”, “Entre la noche y el día”.

Y para terminar se completan los faldones con el simbolismo de las flores, que representan las virtudes de la Virgen, Flor de las Flores, que irán bordadas en sedas de tonos suaves y adornando los jarrones típicos de la decoración renacentista. Flores que representarán, sólo, rosas y claveles, bebiendo de un villancico antiguo, que une como tantos la Pasión y la Navidad en una de las Angustias de María, la huida a Egipto, y que dice así:

Pobrecita Virgen va pisando nieve

pudiendo pisar rosas y claveles.

Así se adornarán sus benditas plantas, alfombrando su camino el Viernes Santo de rosas y claveles.

Sin duda alguna, se trata de un gran proyecto que lleva por delante un arduo trabajo, cargado de arte, simbolismo y catequesis que vendrán a engrandecer el patrimonio cultural y artístico de la Hermandad de Los Gitanos en el presente y para las generaciones venideras. Y tal y como aseguraban los encargados de ejecutar el proyecto, será, a buen seguro, el gran estreno de la Semana Santa 2025.

Fotos: Manu Socarrás.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.